Se avecina inexorablemente la hora
Aprietas los dientes
Respiras hondo
Contraes tus músculos (especialmente los abdominales)
Haces acopio de todas tus fuerzas
Y, finalmente .... ¡empujas!
Sí, amiguitos, a la hora de dar lo mejor de uno mismo, ni siquiera ser un implacable e infalible vigilante nocturno te libra de seguir esos pasos. Para muestra, un botón:
La bat-señal tendrá que esperar
Mi más sincero agradecimiento al Chuchas. Sin su ayuda no habría descubierto este impresionante documento gráfico.
¡Ah! Y no penséis que este concienzudo análisis termina aquí. En una próxima ocasión veremos cómo tampoco ELLAS están libres de este ritual.
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