Eso de las vacaciones de Semana Santa sin tener que chapar no es un buen negocio, se lo digo yo. Resulta que para el viernes noche ya había ido al cine a ver "El buen pastor" (yo se la recomiendo, pero esperen a que la vea el irlandés y no deje títere de la CIA con cabeza), limpiado el PC que anda que no tenía mierda ni nada (y es una falacia eso de que después de desengorrinado funcione mejor), degustado una descollante cacerolada de pasta con diversos condimentos como celebración de mi primera visita al nido de soltero de Hepeti, realizado trapicheos informáticos con Miguelovas, cenado con una mínima pero selecta representación de telekos, tomado unas birras y/o copichuelas por ese motivo, visto algún que otro partido de Euroliga, dado un reconfortante paseo a la orilla del mar por la bella ciudad de Santander (guiño guiño a otro que nos lee), y disputado una reñida partida al trivial con un compañero y sin embargo enemigo telemático cuyo nombre no diré, dado que la victoria cayó de mi lado y no quiero ensuciar y pisotear por el suelo del departamento su hasta ahora respetado nombre.
¿Y ahora qué hago el sábado y el domingo? Descartados la revisión de código C, el estudio de alemán y la realización de ejercicio físico por diversas razones que no vienen al caso pero podrían resumirse con un "no me apetece un cagao", pues nos queda leer (aprovecho para recomendarles "Una noche de perros", de Hugh Laurie, puesto oportunamente en el mercado gracias al éxito de la serie del doctor cojo con malas pulgas) y tirar de videoteca, que últimamente me han pasado material tanto Juanisho como el putter y no es plan de hacerles el feo.
¿Y qué vi? 5 películas nada menos. De dudosa calidad todas ellas, como pude comprobar a posteriori. Les juro que cuando me puse a verlas esperaba otra cosa. Bueno, no de todas, para qué voy a pretender engañarles.

Casino Royale, versión 1967. A pesar de su extraordinario reparto, me dejó frío. Helado. Cubito total. Cómica en plan "Aterriza como puedas" pero con humor grueso sesentero, que eso hoy día no escandaliza ni a mi ahijada, y bastante liosa. Eso de tener 5 directores no le ayudó. Parecía que la había dirigido Koldo el de Gran Hermano siguiendo un guión escrito por Sly Stallone. Eso sí, genuino papel de Woody Allen como Jimmy Bond, sobrino de ya pueden imaginar quién.

Noche en el Museo. Comparto la opinión de quien me la pasó, el detective youtubero: un rato (largo, bastante largo) entretenido. De esto que acaba y no tienes del todo claro si has malgastado 105 minutos de tu vida en los que podías haber hecho cosas mejores como aprender punto de cruz o no ha sido tan mala la cosa. Más infantil que comedia al uso de Ben Stiller y su colega rubito. Una vez más, se cumple el Teorema de Stiller-Wilson: Es condición necesaria y suficiente la aparición de Ben Stiller en una película/serie/fiesta infantil para que su amigo Owen Wilson tenga trabajo en esa misma película/serie/fiesta infantil.
Corolario al Teorema de Stiller-Wilson: el recíproco, para desgracia de Ben Stiller, no es cierto.
Conclusión: Elige mejor a tus amigos, Benjamin.

John Q. Dramón. Justo lo que necesitaba para acompañar el sandwich de jamón y queso de la noche del sábado. Denzel nunca nos falla. Me hizo sopesar seriamente la opción de comprar una pistola e irme a Liencres, a ver si así acorto los plazos con mi rodilla de fosfatina.

Pearl Harbor. Empalague de coraje y empacho de barras y estrellas. La doy un 5 por los efectos especiales, que están cojonudos,
y por la participacion de Alec Baldwin, que a este paso se va a convertir en mi actor favorito debido en buena medida a su reciente especialización en papeles de jerifalte duro-cachondo (muestras de lo que digo pueden hallarse en "Entonces llegó ella", "Dick & Jane" o "Infiltrados"). Por cierto, ¿alguien puede decirme QUÉ DEMONIOS PINTA CUBA GOODING JR EN LA PELI? ¡Si tiene menos participación que yo! (algo similar a lo que le ocurre a
Jennifer Garner, lo cual es un delito, pero no estamos hablando de eso ahora mismo). Dice
Juanisho que es por introducir la nota de color, pero para nota de color las camisas hawaianas que se gastan los horteras de reclutas yankis. En fin, al menos parece que el juego de playstation, de tanto matar y echar abajo aviones, tenía un puntillo.

La vida en juego, atinada traducción del original "Gridiron Gang". Esta vez sí, lo han clavado. Resulta obvio que cuando quieren, pueden.
El Rey Escorpión se corta la coleta y tapa como buenamente puede sus kilométricos tatuajes para dar rienda suelta a su otra pasión en la vida aparte de inflar a guantazos a Imhotep y sus secuaces: adoctrinar en las artes del jurgol americano a una panda de jóvenes delincuentes pandilleros sin remedio al tiempo que endereza su comportamiento y cuida de su madre enferma, mientras huye de su tormentosa figura paterna. Por supuesto, los paisanos de las américas de nuestros productos autóctonos de la Gándara, la Alberi y/o Cazoña demuestran que detrás de las cadenas de oro, los andares chulos y los "deja de mirar el culo a mi novia que traigo a mi gente y te mato, negro" se esconden unos corazones de oro que ya le gustaría a la madre Teresa de Calcuta, además de unos atletas al estilo de Carl Lewis pero sin dopaje. En resumen, una vuelta de tuerca más sobre un tema de sobra conocido, éste de la superación y la forja de valores a través del deporte y qué bueno es el coach que nos lleva de excursión, pero que como suele ocurrirme con estas pelis, me ha molado. Ya veis, me motivo, me motivo y.... El pasado deportivo siempre vuelve para atormentarnos, amigos.
En fin, que no se puede decir que con lo visto durante estos dos días vaya a poder rebatir a esa legión de detractores que insinúan e incluso afirman que hago gala de unos discutibles gustos cinematográficos. Pero por lo menos las he visto en casita, de gratis, mientras otros se dejan sus buenos euros en ir a sala grande a ver clásicos como "The Host". Y no miro a nadie.