miércoles, septiembre 01, 2010

Una de patatas asadas (I)

Toda esta mierda empezó cuando mi señor progenitor A, para gran disgusto de mi señora progenitora B, vino y me dijo que si me apuntaba a ir a Nepal. A subir no sé qué pico de 6.500 metros. Ah, pues naturalmente, faltaría plus. Si hay que ir a Nepal, se va, y punto. Tampoco hay mucho mejor que hacer por aquí. Fue entonces cuando recordé lo de mi súper poder cardiaco. Básicamente el súper poder consiste en que cuando a mi patata le parece correcto, mete sexta velocidad y se pone a unas 230 pulsaciones (en 247 está el récord, aunque creo que podría superarlo sin mucha dificultad). Como quien no quiere la cosa. Con la gorra. Así dicho suena muy terrible, pero en realidad lo único que hay que hacer cuando te da el súper poder es sentarse, relajarse y esperar a que el puto corazón vuelva a su ser habitual, cosa que sucede en unos pocos minutos. Si no sucediese, pues entonces ya mejor se llama a una ambulancia para que venga rauda y veloz a que te inyecten no sé qué movidas que hacen que todo funcione otra vez según los ritmos canónicos de los corazones sin sexta velocidad. Y santas pascuas.

Todo esto, claro está, al nivel del mar. Ya más arriba no sé cuáles son los protocolos para conseguir que todo vuelva a la normalidad. Así que decidí ir a preguntárselo a mi cardiólogo de cabecera. El tipo en cuestión, que es todo amabilidad, me preguntó muy solícito que si yo era gilipollas, que si realmente tenía algún retraso, que si estudiaba para ello, o que si sólo me gustaba hacérmelo. No, no, señor cardiólogo, se lo digo en serio, ¿puedo irme a Nepal?. Por supuesto, imbécil, puedes ir, lo que no vas a hacer es volver como a eso que llamas corazón le dé por meter sexta por encima de 5.000 metros. Ah, ya veo. Qué cojones vas a ver, maldito irlandés, tú no ves una puta mierda, si vieras algo te habrías operado hace ya tiempo como te he repetido hasta la saciedad y no andarías jugando a la puta ruleta rusa haciendo maratones y mierdas de esas, ostia, que cualquier día te da un puto infarto, y si no es a ti, a tu madre. Ah, ya veo. Deja de decir que ya ves, joder, y vete a Nepal a ver si así me libro de ti de una puta vez. Bueno, hombre, no se sulfure, si se va a poner así me opero y punto, aquí paz y después gloria.

Así que me operaron. Dos veces. Es que se ve que la primera sólo fue para practicar. De hecho creo que ya que estoy metido en faena voy a ver si me hago alguna de estética también, porque me han comentado que con la crisis la Seguridad Social es como el Carrefour y tienen 3x2 en operaciones. Así que saliéndome por el mismo precio, no es plan de desaprovechar. Y además siempre quise la nariz de Brad Pitt.

Bueno, a lo que iba, que me operaron. El temita en cuestión me lo explicaron como sigue. Tú no te preocupes chaval que esto es muy sencillo. (Por qué iba yo a preocuparme, hombre, no tengo ni la más mínima preocupación, los médicos siempre me han dado mucha confianza, sí señor). Bien, lo que vamos a hacer es meterte un catéter por la vena femoral, llegar al corazón, encontrar el nervio que no debería estar y que hace que tu patata tenga el súper poder, provocarte la taquicardia, quemarlo, y volver a sacar el catéter. (Chachi piruli). En caso de que por la vena no podamos acceder a lo que hay que quemar, pues te pinchamos la arteria y repetimos el proceso. (Ah, ¿y no podrían mirar primero a ver dónde está eso que quieren quemar para acertar a la primera?). No, no podemos. (Chachi). Pues eso es todo. (Un segundo colega, no tan rápido, ¿y si queman lo que no hay que quemar?). Ah, entonces tu patata se queda sin señal y se para. (Ajá, mire, yo no tengo muchos planes de futuro, pero uno de ellos es seguir viviendo, y de lo que recuerdo del colegio para poder llevar a cabo dicho plan es bastante fundamental que mi patata no se pare). Ah sí, no te preocupes, te revivimos con las palas, y te ponemos un marcapasos de por vida, pero las probabilidades son de 1000 a 1. (Ya, a mí me parecen muchas probabilidades). No, que va, son bajísimas, casi nunca pasa nada. (Casi nunca). Sí, casi nunca, ande firme aquí, ¿quiere leerlo?. (No, gracias).

Continuará…

3 comentarios:

Miss.Burton dijo...

LAPUTAREHOSTIA, tío, esto no puede acabar con un "Continuará", joder, que es heavymetal¡¡
Yo es que ando un poco perdida, y pensé que con estas edades, las tuyas menores que las mías, estas cosas no pasaban, pero claro, que coño tendrá que ver la genética con las edades...
Joder, me has dejado preocupada. Espero ese continuará sea para darle un poco de emoción a un final feliz, aunque jodido de pasar.
Bueno, pues eso, cuídate mucho, anda, y cuéntalo pronto. Yo ando bastante descolgada de blogs, pero siempre paso por aquí cuando me conecto, SIEMPRE. Una recuerda el sitio donde la casi parieron.. un decir, vamos, donde estrené alias.
Un beso, y coño, espero que haya ido todo bien. Harry el sucio a tu lado PURA CARNE DE INÉM... y un jula, vamosssss....

Portu dijo...

Ni genética, ni Nepal, ni leches en vinagre. Tú lo que tienes es una envidia tremendamente corrosiva por el aquí firmante y te has propuesto alcanzar su récord personal de pasos por quirófano, si no de qué ibas a hacer tus visitas de dos en dos.

Pues verdes las han segado, amigo, porque yo también tengo mis contactos en la sanidad pública y si me lo propongo paso por toriles cuando me viene en gana. Tal y como he hecho en esta temporada primavera-verano.

Y sí, seguidora delirante, lo mío también queda en un "Continuará..."

Miss.Burton dijo...

Joder, pero qué pasa, si soís todos unos chavales.... Por si no me había quedado preocupada con el irlandés, ahora tú, Portu...
Bueno, ir dando el parte, que yo me piro de vacas el x, pero a la vuelta, y antesde, aquí sigo, paloquehagafalta.
Yo creo qeu eso es de tanto estudiar.. Yo no pegué ni chapa, y coño, toco madera, pero ahí sigo... voy abollada, pero sigo.
BSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, Y CUIDÁNDOSE¡¡¡¡¡¡¡¡¡