martes, octubre 16, 2012

Luto menosmolérico

Este posteo iba a publicarse hace la friolera de 3 años, pero por unas cosas u otras ha ido posponiéndose. Y eso que va dedicado al ídolo menosmolérico por antonomasia, pero quizá por eso mismo y por aquello de rendirle un buen homenaje no salía la cosa adelante.

Aprovechando un luctuoso aniversario vamos a ir a por ello, aprovechando para recordar las líneas que le dedicó en su día su compañero de juergas baloncestísticas y la semblanza que algunos de sus compañeros y admiradores le tributaron meses después de su muerte.


Y como a este mundo no hemos venido a sufrir, toca recordar alguno de sus grandes momentos. Entre mi top-3 particular rescato los siguientes, sin seguir ningún orden particular ni considerarlos lo mejor de lo mejor, pero sí lo que antes me ha venido a la cabeza.

Me llamo Michael, Michael Jordan

Tiburón Puyol

¡Quéee...! Iba a decir... ¡Qué huevos tienes, Felipe!

Y entre vídeos y recuerdos aquí estamos sus devotos 3 años más tarde, siguiendo sus enseñanzas y buscando la felicidad día tras día.

¡Menosmoléricas gracias por los buenos ratos pasados, jugón!

viernes, octubre 05, 2012

¿Otra vez aquí?

Justo antes de comenzar una nueva temporada, va siendo hora de informarles del acontecimiento más notable de la anterior, que una cosa es ser humilde y otra muy distinta huir del autobombo alimentador de ego.

Pues sí, sorpresas te da la vida. Y es que a insistentes no nos gana nadie. Un año después de la debacle numantina, el dúo de moda de los banquillos cántabros se plantó de nuevo con sus chavales en la final de liga junior con la ilusión de oye, quién sabe, quizá este año se junten los astros y suene la flauta, desafiando a la historia que los persigue. Para empezar bien, la parte de las lesiones pre-partido estaba más que cubierta pero confíamos en poder presentar al menos un quinteto de jugadores en el encuentro, tirando de teléfono y repescando jugadores que habían desaparecido del mapa semanas antes sin saber nosotros muy bien por qué.

El rival esta vez, el plantel de la EDM Piélagos, gallito de la generación del 95 y muy pintón de por sí, reforzado con un fichaje llegado desde más allá el Valle que les da nombre y que aporta la nota exótica a la competición. Hasta el momento se habían repartido victorias y derrotas entre los dos equipos, habiendo bastante dosis de vulevú en un par de esos partidos (nos sale la vena profesional y nos ponemos a ocultar bazas; demasiada televisión, lo sé), llevándose ellos a la saca el título de Copa, así que ahí tienen los antecedentes para que hagan sus cábalas previas a la lectura del relato.

¿Ya? Prosigamos pues.

Tras el esperado vídeo épico proyectado en el vestuario para arengar a las tropas, el partido comenzó con los de morado (sí, nosotros) eligiendo buenas opciones en pista delantera, no queriendo con ello decir que las metiéramos todas, que eso de la puntería es otro cantar, y dando caña en la defensa y la pelea por el rebote contra los bigardos de verde, lo que se tradujo en un resultado al final del primer periodo que me río yo de Xavi Pascual, 16-05.

En el segundo periodo la decoración no varió mucho, y resistiendo las acometidas de los pielaguenses y con un par de robos de balón por aquí y otros tantos triples tirados a lo loco pero metidos por allá, la distancia subió hasta los 20 puntos, 37-17, quedando en 16 al intermedio, 37-21. Buen botín, ¿no? El guión del que suscribe, que tantas suspicacias e incredulidad había levantado, marchaba como marcaba el libreto.

Tras sosegar a los adolescentes exaltados en el vestuario, y como era de prever conociendo el batallador carácter de los de Piélagos, las distancias se redujeron a 12 puntos en cuestión de segundos, pero tirando de carisma el achante no pasó a mayores y se consiguió mantener esa ventaja acabado el tercer periodo, 49-37.

Sí, sé lo que están pensando, ustedes que son calculadores al extremo. Con el ritmo de anotación rival de 12'33 puntos por periodo nos bastaría con meter un par de tiros libres, uno si me apuran, para asegurar la victoria. Pero parece mentira que no nos conozcan y sepan que nos van las emociones fuertes. Prosigan, prosigan.

En el inicio del periodo definitivo los errores se sucedieron por ambas partes, siendo cada canasta equiparable a un gol y mostrando el marcador en el minuto 35 un resultado de 54-41 favorable a Cantbasket. 13 puntos, 5 minutos. Fácil, ¿no? Pues cuando el oxígeno continúa llegando al cerebro sí, pero digamos que ese no era el caso. Las naves moradas se habían quemado y cada ataque era una nueva partida al yo-yo, apurando el tipo con la pelota los 24 segundos de posesión y jugándose en el mejor de los casos una mandarina que lo mismo podía llegar a entrar. Vamos, que ya era una cuestión de ver si a los rivales les quedaba gasolina suficiente como para dar la vuelta al asunto.

Y resulta que la cosa se pone 56-52 a falta de 8 segundos. Y el rival que solicita tiempo muerto y nada más poner la bola en juego mete canasta desde bien cerquita del aro, sin gran oposición por nuestra parte. Y cuando la cosa apunta a que se va a rifar un gomazo y así parar el reloj y acudir al potro de tortura de los tiros libres, ahí va nuestro base y en un alarde de avispidad lanza una patada a seguir que es recogida por un elemento anárquico delgadurcio que enfila la canasta, da un bote y es agarrado por la parte trasera de su camiseta por un rival mientras consigue anotar. El árbitro principal no lo duda y señala falta antideportiva. Vamos, que tras el tiro libre adicional nos corresponde la posesión de balón con 3 segundos por jugar. Es decir, 58-54 + tiro libre + posesión. Se pueden imaginar la ronda de abrazos que se repartió por el banquillo cantbasketiano.

Se falla el tiro libre, psche, no es un problema teniendo 4 puntos de diferencia. Un momento, qué pasa aquí, a qué fin le da la bola el árbitro de nuevo para otro tiro libre. Acabáramos, que ha dicho el señor colegiado que la canasta no era válida. O sea, que seguimos yendo sólo 2 arriba. Glups. Aquí el desgarbado se porta y consigue un puntito más. 3 de ventaja, saque de banda, y el caos que se adueña de la neurona de los entrenadores de Cantbasket y no hacen un par de cambios estratégicos, con lo que la bola va a parar al titán de los tableros, que recibe una falta ipso facto que lo envía a su infierno particular. Y el primer tiro que resulta en cuasi rotura de tablero. Y el segundo que va camino de rebotar con la parte trasera del aro y salir despedido... cuando el muchacho decide ir a por su propio rebote y el estamento arbitral lo sanciona como violación, con lo que los verdes aún van a tener una última bala en su recámara. Jurl jurl.

Aprovechemos para dar un toque de color al relato reflejando la pasión que inundaba las gradas. Y es que paportu se había largado en el descanso a hacer de miranda en unas reparaciones motociclistas del tío de Renedo de quien esto suscribe, pero Sasha que estaba expectante entre el público le envió un SMS en el momento de la antideportiva convocándole para los previsibles festejos. Imagínense ahora la cara de paportu cuando entra al pabellón y se encuentra un 57-54, 1'5 segundos de juego, y balón en posesión de Piélagos, mientras Sasha con cara de susto le repite una y otra vez "Estaba ganado, te juro que estaba ganado". De la tragedia surge la comicidad, ya saben.

En fin, que los verdes pusieron la bola en juego, no todos los morados siguieron las instrucciones impartidas por sus entrenadores, un verde recibió totalmente solo en línea de 3 puntos y lanzó de forma bastante cómoda, el balón salió despedido hacia la canasta y, tras un segundo que duró más o menos 200000 centésimas, y mi cara pasando por los estados de la de Perasovic durante una famosa traca del Cibona... el balón no entró.



57-54. Boza Maljkovic estaría más que orgulloso de nosotros de interesarle lo más mínimo una competición regional juvenil cántabra.

Como propina eufórica, la integridad física de los preparadores fue puesta en riesgo. Pero mereció la pena, vaya que sí. Y además tengo a los chavales bien aleccionados y tuvieron especial cuidado con la rodilla derecha.


Y de aquí fuimos encaminados a Zaragoza a participar en el Campeonato de España de la categoría, viaje en el que hubo ataques químicos y disputas con solteras alteradas en el autobús, documentos extraviados, calor a raudales y derrotas, abultadas derrotas. Pero de eso ya hablaremos en otro momento, no es momento de rememorar asuntos tristes. Como ese que dice que la vendida de mi ahijada se pasó a la parte rival del graderío durante el descanso para así disfrutar de pinturas de guerra y pompones.

jueves, octubre 04, 2012

Con pedales no hay moje

Me veo en la obligación moral de recuperar un pretérito artículo de investigación, destapado años atrás para las masas por nuestro periódico de referencia, el Marca.


No quisimos darle mayor importancia, achacando todo a un fallo en el análisis motivado por la elección de sujetos de no suficiente menosmolería, pero viendo el cariz que han tomado los acontecimientos deportivos en este grupo de un tiempo a esta parte, con esa pasión por el duatlón, el triatlón, el ironmanlón y esas movidas es hora de tomar cartas en el asunto y tratar de frenar un poquito al irlan, que se nos calienta y la andaluza no tiene culpa de nada y no va a ser la que tenga que pagar sus desmanes. ¡Ya está tardando en hacerse con un sillín más ancho que de buen cobijo a sus irlandesillos!


miércoles, octubre 03, 2012

Somos cantabrones

Desde su exilio am Deutchsland, el Retirao (der Pensionerte mientras dure su periodo muniqués) rememora y celebra sus orígenes y me solicita que haga partícipes de ello a nuestros entusiastas lectores. Ahí lo llevan.  

NO ERES CÁNTABRO…
  1. Si no echas de menos la "S" en las matrículas nuevas.
  2. Si no has dicho al llegar a una playa del Mediterráneo: "¿y esto es bandera roja?".
  3. Si no llamas "Madaleno" a cualquier tren turístico.
  4. Si no entiendes qué es ponerse los "espais" y subir a "cuchus" a un "raquero" por un sitio "pindio".
  5. Si nunca dijiste "chon", "sincio" o "cogerse una chupa".
  6. Si no te emocionas al ver botellas de agua de Solares fuera de Cantabria.
  7. Si nunca te has quejado de que en el mapa del tiempo no nos sacan. ¡Y te cabreas mucho!
  8. Si no has montado un espectáculo en cualquier parte de España cantando La Fuente de Cacho como si te fuera la vida en ello.
  9. Si no te ofendes cuando la gente dice "Santander" para referirse a toda Cantabria.
  10. Si no has discutido alguna vez si al ir de Santander a Reinosa "se sube" o "se baja".
  11. Si no alucinas con el Desfiladero de La Hermida aunque hayas pasado un centenar de veces.
  12. Si no has pasado a por hamburguesas/perritos/patatas ... al Eros o a la freiduría de Manolo.
  13. Si no adoras el clima del Norte.
  14. Si no has dicho nunca "el de Cantabria es el mejor" aunque no supieras muy bien de lo que estabas hablando.
  15. Si no sabes quién era Cioli.
  16. Si al ver los "minisobaos" de supermercado no los miras con "lastimuca" y te acuerdas de los deliciosos sobaos de El Macho.
  17. Si al ver el nombre de Santander en la Formula 1 no te has sentido orgulloso.
  18. Si nunca has dicho "¡una de rabas!".
  19. Si al escuchar el pito y tambor no te ha entrado una alegría que no puedes describir.
  20. Si no has estado alguna vez pasando frio y dices "soy un chicarrón del Norte".
  21. Si cada vez que comes un cocido no piensas que el montañés es el mejor.
  22. Si no has dicho la mítica frase de "Cantabria me pone".
  23. Si nunca te han dicho que vas hecho un "bardal".
  24. Si pones "lo" / "la" / "le" bien en una frase.
  25. Si nunca le has dicho a nadie que tiene "moreno de Noja" (de "NO JAbonarse").
  26. Si cuando has salido de la tierruca no te han dicho que hablas cantando.
  27. Si tus diminutivos no acaban en "-uco" / "-uca".
  28. Si no has subido a La Bien Aparecida.
  29. Si nunca has dicho "qué pasa Lin".
  30. Si nunca has cambiado cromos en la Plaza Pombo.
  31. Si cuando hablas del acento de alguien en inglés no has dicho nunca "inglés de Potes".
  32. Si no piensas que Cantabria es Infinitaaaaaaaaa, (aunque sea muy "pequeñuca").
Ah, y no dejen de escuchar la que ha sido sin discusión considerada canción del verano en los últimos años en nuestra región.

viernes, julio 06, 2012

Mis dos cojones de acero

El médico dice que es falta de potasio. Mi madre, que no haga caso al médico, que consulte a un psiquiatra. Y la andaluza opina que simplemente es que soy gilipollas. Yo particularmente creo que la andaluza tiene razón. Pero el caso es que odio quedarme con la duda. No saber si puedo. Que me digan que no hay pelotas.

El primer anormal que subió un 8000 perdió todos los dedos de las manos y de los pies. Al llegar abajo le preguntaron que por qué había subido al Anapurna. Porque está ahí, respondió el imbécil. Esto es parecido. Porque está ahí. Porque a alguien se le ocurrió que nadar 3800 metros, hacer 180 kilómetros subido en la burra, y luego correr un maratón podía ser divertido. De cojones. Y yo, por supuesto, tenía que saberlo.

Bien, pues ahora ya lo sé. En contra de lo que pudiera parecer a primera vista, no es divertido. Repito por si alguien no lo ha entendido bien, NO ES DIVERTIDO. Es más, por raro que parezca, es bastante doloroso. Para que lo entiendan, ustedes piensen en cualquier actividad placentera. La que más les guste. Incluido follar. Mola, ¿verdad? Bien, ahora piensen en hacer esa misma actividad durante 12 horas sin parar. Y cuando digo sin parar, me refiero a sin parar. ¿Parar? No, nein, nasti de plasti, nones, niet, rien de rien. Sólo seguir y seguir. A que ya no mola tanto. Bueno, pues ahora cambien la actividad placentera por algo que desde el inicio sea intrínsecamente doloroso. Correcto. Eso es un ironman. Ni más, ni menos.

Yo me fui a probar suerte a Klagenfurt, Austria. Ah, claro, ese es de los fáciles, suelen decir los ironmans de barra de bar. Por supuesto, fácil de cojones. Coser y cantar. Pan comido. Un entreno suave. Casi ni te enteras.

Y además siempre hace buena temperatura. Naturalmente. El agua a 25 grados. Nada de neoprenos. Primera en la frente. Máxima de 36 a las dos de la tarde. Para empezar a correr con la fresca. Lo que les decía, buena temperatura.

Sales a las siete de la mañana. Himno austriaco. Cañonazo. Todos al agua. Tú por el lado de los malos, para que no te suelten muchas ostias. Y no te las sueltan, hasta la primera boya. Ahí te comes las del pulpo y las del bombero todas juntas. Segunda boya. Más estopa pa la tropa. Coges el canal, y sales. Esto es Jauja. 1h12’, el 366 de 2400. Ni Phelps, oigan.

A la burra. Primera hora, 34.2km/h de media. Y reteniendo. La peña te pasa como si fueras parado. Tú flipas. Joder, debe de ser que a ellos les convalidan el maratón. Primera vuelta 2h47’. En la segunda empieza a apretar el calor. Pero a apretar de cojones. Paras en los avituallamientos a vaciarte bidones de agua por encima. A partir del 140 empiezas a apretar el culo porque las piernas duelen y los riñones van bien jodidos de ir acoplado abajo. 2h58’. Total: 5h45’. 700/2400. A 31.5km/h de media.

Por supuesto con cada italiano que te cruzas (llevas el nombre y la nacionalidad en el dorsal) le dices que “anche voi perdete la partita di questa sera”. Y un viva Iniesta. Y viva España. ¡Por Santiago y cierra! Y esas cosas del Cid y de los tercios en flandes. Ellos responden con tonterías sobre Balotelli y Pirlo. Me descojono.

Te bajas de la burra. Milagrosamente consigues poner la espalda recta. Te calzas las zapas. Bueno, vamos a correr un maratón. Ves de nuevo a tus hermanos y a la andaluza que llevan siguiéndote todo el puto día desde las cuatro que te levantaste, y que han pintado la carretera con tu nombre y que te animan lo que pueden. Paras a decirles alguna tontería para que piensen que vas sobrado. Y te pones a ello. 36 grados y mucha humedad. En cada avituallamiento, en cada fuente, en cada manguera que sacan de las casas, hasta en cada puto charco paras a empaparte de agua. Jodido calvario. Vas como si acabaras de bañarte en el lago con ropa. Así todo, hasta el 17 mantienes el tipo. 5’45’’ el kilómetro. A partir de ahí no sé muy bien cómo explicarlo. Todo el recorrido es una especie de comitiva de muertos vivientes que se arrastran como jodidas almas en pena. Eso parece un puto episodio de The Walking Dead. Una broma de mal gusto. Qué cojones, eso es Zombieland. Entre el 22 y el 28 como la cabeza no te va muy bien se te olvida beber cocacola en dos avituallamientos y empiezas a pensar que no llegas para el partido. Gente andando. Gente vomitando. Gente acalambrada. Gente tirada debajo de los árboles. Gente que no puede ni andar. Gente a la que se llevan en camilla inconsciente. Gente que colapsa. Gente que llora. Todos arrastrándose para intentar acercarse un poco más a la puta meta. Tú incluido, que eres un jodido guiñapo y haces varios kilómetros a ritmo de 7’30’’. Jamás pensaste que se pudiera correr tan despacio. De alguna manera consigues que tu cerebro siga empujando hacia esa jodida línea blanca. Los últimos seis kilómetros te recompones un poco y consigues completarlos a un ritmo que casi no se puede calificar de digno. 6’25’’. En la última recta ves a la andaluza en las gradas que grita y llora porque pensó que se quedaba viuda antes de casarse y porque sabe lo que has tenido que hacer para estar ahí. Y la das un beso porque ella lo ha sufrido contigo. Y ha aguantado tus putos entrenos, y tus putas quejas, y tu puto cansancio. Y pasas por debajo del arco, y alguien dice “you are an ironman”, y tú no le ves bien porque no puedes reprimir un par de lágrimas. 30 años 5 meses 27 días 11 horas 52 minutos y 45 segundos después de haber salido.

La prueba del delito

lunes, febrero 27, 2012

Tres horas

Tres horas. 180 minutos. Una cantidad ingente de segundos. Pueden ser largas o cortas, según se mire. Follando con Elsa Pataky, cortas. Hablando con Elsa Pataky, largas. Durmiendo, cortas. Clavándote alfileres en los ojos, largas. Creo que quien más quien menos puede entenderlo. Al menos los que hayan visto Barrio Sésamo. De los educados ciudadanos de la ESO ya no estoy tan seguro.

Tres horas. En el maratón es la marca que separa a los hombres de las gominolas. No es UN objetivo. Es EL objetivo que cualquier popular con un mínimo de sangre en el cuerpo quiere superar. Un segundo menos de 180 minutos. O lo que es lo mismo, 42.2 kilómetros a 4’15’’ el kilómetro. Una risa para algunos pocos, un puto calvario para otros muchos. Entre los que me incluyo. Por supuesto.

Tres horas. Eso fue lo que me dijo el jodido diablillo de mi hombro izquierdo. Citándole textualmente: “tres horas, nenaza, a que no hay huevos”. Y yo odio que me llamen nenaza. Especialmente el jodido diablillo de mi hombro izquierdo. Dios, cómo odio a ese pequeño hijo de puta. Porque yo soy del norte, y en el norte te enseñan que aquí no se da un paso atrás ni para coger carrerilla. Van a caer las tres horas por mis cojones. No te jode.

Tres horas. Lo escribes en un papel que pegas en la puerta de casa el primer día de los cuatro meses de entrenos que has planificado. Y sales a correr. Con sol, con frío, con lluvia, nevando. Sobre hierba, sobre asfalto, sobre barro, sobre nieve. En buena forma, cansado, tieso, ágil, resacoso, con jetlag o sin él. Series, cuestas, tiradas, rodajes, saltos, miles, dosmiles, fartleks. Porque el entreno no se negocia. El entreno se hace. Y punto. Como comer. Porque has dicho que vas a bajar de las tres horas. Por tus santos huevos.

Tres horas. Eso le dices a la andaluza el día antes del día D mientras te metes para el cuerpo el décimo kilo de pasta de la semana. Imposible. No lo veo. En la puta vida voy a conseguir correr a ese ritmo durante 42 putos kilómetros. La andaluza te mira. La andaluza se ha cruzado este país de pandereta nuestro de punta punta, de Santander a Sevilla, para que no sufras solo y para recoger los cachos a la llegada. Lo vas a hacer, dice. Puede que sí. También puede que no. La cosa va a estar muy justa. Lo único seguro es que por muy del norte que seas, estás cagao.

Tres horas. Eso pone en el globo del tipo que marca el ritmo. Oye, ¿a cuánto piensas pasar la media? A 1h29’, para tener un poco de margen. Joder, un margen de cojones, piensas tú. Ponen el Thunderstruck de ACDC. Da igual, sigues con más miedo que vergüenza. Te pones de los primeros sin mucho esfuerzo. Casi te abren paso. Total, ahí pareces el jodido chuache comparado con los fideos de tu alrededor. Y tocan a rebato. A mi señal ira y fuego. A quien Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga. Y sobre todo, maricón el último.

Tres horas. Mantra repetido hasta la saciedad mientras vas pegado al culo de un tipo que te ha dicho que piensa pasar en 1h27’30’’ la media. Un metrónomo. Pasa en 1h27’25’’. Sin inmutarse. Tú te empiezas a inmutar en el 25. Le agradeces a la liebre y bajas el pistón un poco. En el 34 llega el momento malo. Bueno, el momento peor. Malos son todos. Hay gente que piensa que como son 42 kilómetros los primeros los harás al tran tran. No. Los primeros los haces a toda ostia. Los del medio a toda ostia. Y los últimos a toda ostia. Y para cuando llegas al 34 tu cuerpo ya está cansado de ir a toda ostia. Es más, está cansado de ir. Ahí empieza la maratón. Tu cabeza, tus cojones y tus ganas de sufrir, contra tus putas piernas. Joder, no se me puede ir ahora. Pánico. May day. Me la suda, aquí me muera que como hay dios que no bajo el ritmo. Y no lo bajas. Y el avituallamiento te da la vida. Y en el 37 has pasado la crisis. Y en el 40 sabes que lo haces. Y terminas con fuerza y entras al estadio mientras todo el mundo grita. Y por encima de todos se oye a la andaluza, que se deja la garganta y se emociona porque sabe lo que has sufrido. Y en vez de un jodido globero, pareces alguien. 4 meses 2 horas 58 minutos y 5 segundos después de haber salido.

miércoles, febrero 22, 2012

Las apariencias engañan

Pues no, no estamos muertos. Mutilados y malheridos sí, pero de ahí a ver la luz al final del túnel blogueril no, no sean tremendistas. Es sólo que nos hemos convertido en, glups, treintañeros con, glups, responsabilidades.

En fin, a lo que vamos. Anda el irlan preocupado y resentido porque en su última incursión en el mundo del maratón el pasado domingo (día grande para el madridismo del fútbol con canastas) un tipo más bien bajito y regordete le batió en buena lid. Y para un vigoréxico como él eso no puede ser.

Ay, si es que a pesar de su avanzada edad no acaba de escarmentar y sigue con sus prejuicios adolescentes. Uno no debería prejuzgar a sus rivales en una carrera popular, jamás de los jamases. Hay gente muy preparada ahí fuera. Y sé de lo que me hablo, ya que en mis tiempos mozos de empollón escolar jugador de baloncesto sé a ciencia cierta que mis compañeros de clase se imaginaban algo así cuando les hablaba de mi partido del fin de semana.



Mientras tanto servidor como sus compañeros, en gran medida de similar nivel empollonil, nos veíamos más parecidos a esto:



Supongo que nos quedamos en un ni pa ti ni pa mi.

En fin, que ya saben, cuidadín cuidadín a la hora de competir con perfectos desconocidos con pinta sospechosa. Los cracks están a la vuelta de la esquina.

Y olvídense de dietas estrictas, bajadas de calorías y chorradas similares. Al final los gorditos son los que triunfan en el mundo del deporte. Otro día Miguelovas les abunda en esta interesantísima temática.