miércoles, mayo 21, 2008

El amperio contra Paco

Bueno, hoy vuelvo a la vertiente pedagógica de la menosmolería. Y lo hago para incidir de nuevo en un tema que ya tocamos en su momento: nuestra amiga la electricidad. Recordarán ustedes (bueno, seguro que no lo recuerdan pero de alguna manera hay que empezar), que en aquella ocasión relaté una interesante a la par que ilustrativa aventura cuya moraleja iba dedicada única y exclusivamente al sector femenino de la sociedad, y que se podía resumir en la siguiente frase: “amiga, si quieres que te gotee la pepitilla, cómprate un consolador como el de tu prima, pero bajo ningún concepto te metas por el potorro un cable pelado y adherido a un enchufe”. Ustedes pensarán que vaya gilipollez, joder, que nadie es tan subnormal, pero como ya quedó demostrado en su día, nunca hay que subestimar la capacidad de hacer imbecilidades de una americana. O de un americano, claro, seamos paritarias.

El caso es que han contactado conmigo desde el recién estrenado ministerio de la igualdad para informarme de que soy un machista, insolidario, cabrón y mamporrero (lo de mamporrero yo tampoco lo entendí, pero así me lo dijeron), porque de mi post se desprende que sólo las mujeres tienen dificultades en el manejo correcto de la electricidad. Nada más lejos de mi intención, naturalmente, así que hoy voy a subsanar el error dando unos fáciles consejos a las personas humanas provistas de polla para la sabia utilización de los voltios y los amperios. Ya saben, cualquier cosa con tal de mantenernos políticamente correctos. No vaya a ser que saquemos los pies del tiesto y vengan luego los de la ONG “pezuñas y macetas sin fronteras” a cantarnos las cuarenta.

Bueno. Para ilustrar mejor la enseñanza final, queridos lectores, supondremos una divertida historia ficticia que seguro que nos ayuda a comprender cuándo la electricidad sí, y cuándo la electricidad no. Pues bien, imaginemos a ese homo erectus masculino que cansado de su anodina existencia decide comprarse una mascota. Una serpiente de cascabel, en concreto. Vamos, lo normal. Pero su pequeña amiga reptil no es muy activa y el tipo sigue aburrido como un hongo así que ni corto ni perezoso se pone a enseñarla algunos trucos, ya saben, levanta la patita, sienta, tráeme el periódico y esas típicas cosas que hacen las serpientes de cascabel. Como era de esperar en un momento dado el animalito se cansa de que el subnormal de su dueño no la deje tranquila y en el preciso instante en que la está diciendo “sit, sit”, va y le mete tremendo bocado en su labio inferior (recordemos que es un tío, así que no hay confusión posible, con lo del labio inferior, digo).

Pues bien, nuestro querido amigo ha sido mordido por una jodida serpiente de cascabel, así que naturalmente entra en un estado de pánico incontrolable y toma una decisión lamentable que seguramente ninguna otra persona humana habría tomado, esto es, avisar a su vecino, conectarse con unas pinzas a la batería del coche, y decirle a su socio que le dé gas al vehículo. Ya saben, rúnfalo, y tal.

Evidentemente al cabo de un rato el tipo acaba humeante y no controlando del todo bien sus esfínteres. El vecino, viendo el percal, decide por fin llamar a los servicios de urgencia a que vengan a recoger al gilipollas. Mientras se le llevan en la camilla, mordido, quemado, cornudo y apaleado, evidentemente le preguntan por qué ostias ha hecho tal cosa (lo de conectarse a la batería del coche, no lo de comprarse una serpiente de cascabel), a lo que nuestro espabilado amigo responde que es que había leído que un antídoto contra las mordeduras de serpiente de cascabel son las descargas eléctricas. Después de la evidente partida de culo general, alguien se atreve a preguntarle por la fuente de tan sabio consejo: “una revista porno”, fue la respuesta.

Aquí termina esta reveladora historia aunque, como ya supondrán ustedes, la realidad supera siempre a la ficción:


Así que amigos, ya lo saben. No se compren una serpiente de cascabel. Si se la compran no jueguen con ella. Si juegan con ella, eviten que les muerda. Y ya por último, si les muerde, hagan el favor y no se conecten a una puta batería de coche. Este ha sido mi consejo de hoy.

De todas formas les comunico que he estado pensando un rato sobre la mencionada sucesión de calamitosas circunstancias y, la única explicación lógica que se me ha ocurrido para cometer un dislate de tal magnitud, al margen de que el tipo en cuestión era un imbécil y un deficiente mental, es que era impotente. Sí, impotente. Ustedes dirán que qué cojones tendrá que ver el engancharse las pinzas de un coche al gepeto con la disfunción eréctil, y en principio, así de buenas a primeras, nada de nada, pero analicemos la noticia detenidamente.

Primero: aparte de los dementes, los subnormales, y los gilipollas, ¿quién cojones se compra de mascota una puta serpiente de cascabel?. Evidentemente alguien que no puede follar, porque si puedes acometer tal empresa, la de follar me refiero, empleas tu tiempo en esos menesteres, no en comprarte animales absurdos.

Segundo: nadie al que se le empine el ciruelo con regularidad y presteza se arriesgaría a que se le quedara mustio y lánguido por culpa de un electrocutamiento. Ya saben lo que dice la sabiduría popular: “antes muerto por serpiente de cascabel, que una eternidad sin meter”.

Y tercero, último, y más importante de todo: ¿quién cojones, en el nombre de los testículos del minotauro, se LEE una jodida revista porno?. Error, coño, error. Si quieres leer te compras un puto libro, cojones, un libro, no una revista porno. Joder, las revistas porno no se LEEN, ostias, se MIRAN. A no ser claro, que lo del izado del mástil sea una tarea imposible, en cuyo caso sí, uno puede entretenerse analizando sintácticamente sus interesantísimos artículos sobre cómo montárselo con una muñeca hinchable.

Aunque bueno, siendo justos, el hecho de que nuestro querido héroe fuera americano y marine explique bastantes cosas. Se juntó el hambre con las ganas de comer, que decía mi abuela.

domingo, mayo 18, 2008

A falta de maletines, buenos son animales

En busca de poner la guinda a una dulce semana para el deporte cántabro, añadiendo una clasificación para la copa UEFA (que la próxima temporada implique el descenso irremisible a 2ª, pero que nos quiten lo bailao) a dos permanencias sobre la bocina, tanto en balonmano como en baloncesto,

El dinero no tuvo nada que ver en ese agujero en la defensa leonesa

el Racing intentará poner todo de su parte para lograr ese hito que nos equipare a equipazos como el Oviedo, y así los astures dejen de darnos la barrila con lo del año ese que jugaron en Europa y casi empatan con unos de por ahí allá.

Gracias a los servicios secretos de este blog, estamos en disposición de destripar aquí y ahora, a escasas horas del inicio del decisivo partido contra Osasuna (ya podía acabar igual de bien que el de hace 2 añitos), las malas artes que ambos equipos intentarán aplicar sobre el campo de El Sardinero en busca del beneficio común.

Sus fuentes, de fiabilidad contrastada, y es que de copas todos largamos más de lo conveniente, han hablado a Juanisho de una reunión confidencial en Colsa's.

Asistentes: capitanes de ambos equipos, uséase, Colsa, Cruchaga, Moratón y Ricardo.

Asunto: tú a Rusia y yo en Primera.

Por lo visto no será extraño ver salir conejos al campo, para así perder tiempo, saber lo que se ha hecho en Mallorca, y obrar en consecuencia. No se descarta la más clásica opción de optar por dos tíos del público correteando ufanos por el terreno de juego. Sin rollos reivindicativos, sólo porque sí. O en su defecto, los socorridos aspersores. Eso sí, la primera parte muy disputada, con los nervios a flor de piel y toda la pesca. Las cosas hay que prepararlas bien.

¿Y los conejos, quién los lleva? Pues lo mismo el Pachelas ha ido de excursión al pueblo y nos trae una sorpresa. O el irlan se viene desde los madriles, aplica sus dotes gimnásticas, se mete al terreno de juego y echa unos corre, corre, que te pillo con los de seguridad.

"Madre mía, what a film", estarán pensando ustedes. No les culpo, yo también me expresé en esos términos al enterarme. Pero mejor esperamos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos y a la noche comentamos la jugada.


PS - No, no pienso hablar de la eliminatoria de cuartos de final de la liga ACB que ha terminado con tempranera y por la vía más rápida. Estas cosas son difíciles de digerir.

domingo, mayo 11, 2008

América, la tierra de las oportunidades

Blanquito. 1.75 pelados. Tirillas. Gafotas. Estudiante de Ciencias. Tremendamente limitado en eso de encestar la pelotita en la canasta. ¿Un menosmola? Podría ser, pero en esta ocasión no estuvimos lo suficientemente avispados.

El tío es yanqui, se llama Zach Feinstein y se ha dicho: "Si Kevin Garnett, que no ha oído ni siquiera hablar de ese fenómeno matemático conocido por raíz cuadrada, es toda una estrella del baloncesto y gana millones hasta por ir al baño, yo, que sé hacer transformadas de Fourier, debería ir sobrado". Sí, lo sé, Chus el de Cagigal hacía el símil con Bustamante y tenía más gracia, pero en este posteo no es aplicable.

Ein, siempre atento a la ayuda defensiva. Observen su mirada. Acojona, tronco

En su página web podéis encontrar el proceso seguido para lograr inscribirse en el sorteo de jugadores a celebrar el próximo Junio. "Exhaustivo" y "minucioso" son adjetivos que se quedan cortos y no reflejan a las claras el mecanismo aplicado por la "mejor liga del mundo" para realizar la admisión y criba de futuros talentos. "Pa risas" también sería una correcta manera de definirlo.

Ojeando las estadísticas de las pachangas jugadas por el pájaro durante las últimas "temporadas" creo estar en disposición de afirmar que no pocos miembros de este blog se encuentran a su altura y su candidatura al draft no sería descabellada. A ver si la próxima temporada os animáis, hombre. Estando los Grizzlies por ahí, os sacáis un contratillo majo fijo.

Juanisho, Ein y EigenPersona: el triángulo ofensivo era esto

¿Logrará el peor jugador de la historia ser elegido en el Draft de la NBA? Si Darko Milicic lo consiguió, no veo impedimento alguno para el amiguete Zacarías.

Y en última instancia, siempre le quedarán los Lobos. Cosas peores he visto desfilar por las canchas del Trueba y el Palacio.

lunes, mayo 05, 2008

Hijos de ONO

Miren, de verdad que yo no quería. He hecho todos los esfuerzos que un irlandés esforzado puede hacer para contenerse. Joder, hasta fui a clases de yoga y de meditación zen, con incienso y velitas por todas partes, para alinear mis chacras con las lunas de venus y todas esas cosas. Fíjense si lo intenté con ahínco, que un día hasta me tomé una tila. Pero coño, se han puesto ustedes tan pesados y tan insistentes, queridos amigos de ono, que no me queda más remedio que cagarme en todas sus putas madres. Y en sus putos muertos. Y en sus putos descendientes. De hecho, qué cojones, me cago en todo su puto árbol genealógico, hijos putativos o hijos de puta incluidos.

Seguramente ustedes, estimados señores onienses, estarán pensando que soy un exaltado y un radical. Pues miren, puede ser, pero ustedes son unos hijos de la grandísima puta y parecen estar encantados de la vida, así que yo no voy a ser menos. El caso es que, para que no crean que soy injusto en mis apreciaciones (me refiero a lo de la dudosa moral de sus putas madres, por si no me entienden), voy a recordarles los distintos episodios de nuestra fructífera y agradable relación. Para que así ustedes puedan experimentar la misma alegría que yo al evocarlos.

Mi pecado original, amigos onistas, fue el querer instalar teléfono e internet en mi casa. Ya saben, por aquello de que la gente pudiera comunicarse conmigo. Bueno, y para poder ver porno gratis, naturalmente. Como todo el mundo. Sé que es una terrible falta y una atrocidad el querer aspirar a tales lujos en el siglo XXI, pero qué le voy a hacer, es que soy una persona amante de las frivolidades y los excesos. Así que para tal menester, el de la instalación telefónico-internesiana digo, contacté con una de sus innumerables y encantadoras telefonistas que me informó, todo amor y ternura, de que era mucho mejor que contratara los citados servicios a través de ella, porque aunque vía internet me regalaban un router inalámbrico, tardaban unos tres meses ni más ni menos en atender mi solicitud. Ella, vórtice de la competencia telefonil, iba a conseguir que me lo instalaran en quince días.

Madre del amor hermoso, pensé yo para mí, sólo quince días. Una empresa que se dedica a instalar teléfonos e interneses, y a la que llamas para pedir que te instalen un teléfono y un internet, y quince días después lo tienes puesto y funcionando. No puede de ser. Esta chiquilla se tiene que estar equivocando. Tal diligencia, tal rapidez, tal prontitud en el servicio es algo completamente inconcebible. Quince días oigan, como la hipervelocidad en el hiperespacio. Tengan cuidado porque pasados ciertos límites el ser humano tiende a la desatomización. Pero bueno, cierto es que quince días es menos que tres meses, y la chiquilla era completamente encantadora, así que, renunciando a mi router inalámbrico, la di todos mis datos y me dispuse a que se pusieran en contacto conmigo.

Tres meses después, lo hicieron. Lo de ponerse en contacto con servidor, me refiero. Pensarán ustedes que me estoy equivocando, que he dicho tres meses donde quería decir quince días, pero no, aquí los únicos que se han equivocado son ustedes, anormales soplapollas, intentando vacilarme. Porque está muy mal intentar reírse de la gente. Y más cuando se es un inepto mental como ustedes. La servicial y atenta damisela que me atendió en esta nueva entrega de nuestras aventuras en común, quería saber cuándo podía venir el técnico a tecnificar mi casa. Cuando venga con un router inalámbrico, querida, contesté yo. Claro, claro, yo se lo pongo aquí, que quiere un luter. Gratis, añadí yo. Ah no, don ilandés, eso no es posible, don ilandés. Páseme con alguien de arriba y ya verá como sí es posible. Ah no, don ilandés, no puedo pasale con nadie, es que eso que pide no es posible, don ilandés. Pues entonces que no venga el técnico porque lo voy a echar de mi casa a ostias. Muy bien, don ilandés, ¿puedo ayudale en algo más?. Primero, para ayudarme en algo más, debería haberme ayudado en algo primero, cosa que no ha hecho, pero ya que pregunta, se puede meter el don por el culo y puede dejar de tratarme como si fuera un puto gilipollas. Muy bien, don ilandés.

Una conversación similar se repitió unas dos veces por semana a lo largo del siguiente mes. No siempre con la misma entrañable señorita, claro, iban cambiando. De hecho a estas alturas seguramente sea un mito en todo su departamento de atención al cliente. Es más, desde aquí quiero agradecerles públicamente la cantidad de gente que he podido conocer a través de ustedes. Y todos encantadores, oigan. Unos encantadores incompetentes tocacojones, pero encantadores al fin y al cabo. Hasta que ya cierto día, me atendió una chica con un perfecto castellano de castilla, para decirme que no había ningún problema, que router gratis al canto, y que un técnico se pondría en contacto conmigo para venir a mi casa. Pues perfecto.

Y el técnico me llamó. Que le dijera una hora para venir a mis dominios. Pues hombre, a partir de las siete. Pues no. Que las siete ya estaba fuera de su horario de trabajo, que dijera otra. Vamos a ver, pedazo de retrasados gilipollas y comevergas, cuando uno se dedica a hacer negocio instalando cosas en casas ajenas, tiene que ponerse un horario en el que la gente esté en su puta casa. A mí me parece de sentido común. Pero claro, supongo que estos conceptos, cuando uno es un subnormal como ustedes (y que me perdonen los subnormales del mundo, porque lo que son ustedes en realidad es unos getas malparidos e hijos de puta), son de muy difícil asimilación. Pues miren, les voy a contar un secreto, yo también trabajo, así que no puedo quedarme en mi casa a esperar a que ustedes aparezcan por allí cuando a ustedes se les ponga en la punta del ciruelo. Es más, soy yo el que les pago, así que si les digo que vengan a las tres de la puta mañana de un puto sábado mientras me estoy chingando a su puta madre, pues vienen, y punto.

Pero bueno, ya les he dicho que soy un tipo paciente y sosegado. El irlandés Job me llaman algunos. Así que busqué un hueco para plegarme a sus putos caprichos y les esperé todo cordialidad en mi casita. El técnico vino, pero no fue capaz de instalar nada. Tuvo que volver otras dos veces (veces en que tuve de nuevo que adecuarme yo a sus putas directrices horarias) antes de conseguirlo. Ya está, me dijo, y se fue. Por fin, pensé yo, bien está lo que bien acaba, nunca es tarde si la dicha es buena, y pelillos a la mar. Todo eso lo pensé hasta que intenté conectarme a internet y descubrí que no funcionaba. Y tuve que llamar por enésima vez a su puto teléfono de pago, para arreglar algo que habían cagado ustedes, y me mandaron un técnico y me quedé en casa a esperarle y nunca se presentó. Fue en ese preciso instante y no antes, querida puta escoria humana, cuando decidí escribirles esta amigable misiva. Seis meses exactos después de mi primer contacto con ustedes (ya me dirán si soy o no un humanoide sufrido).

Pues nada, el otro día recibí una amenazante llamada de no sé qué departamento (seguro que del de atención al cliente no, porque no conocía la voz) a decirme que les debía a ustedes la pasta correspondiente a la semana que estuve abonado a sus servicios. Que de no proceder al pago me iban a meter en varias listas negras que te cagas, y que me iban a denunciar, y que iba a venir el coco en persona. Pues bien, por la presente les informo de que pueden venir todos a comerme el rabo (el coco y el sumsumkorda incluidos), que a mí como si me meten en una lista de fusilamiento, y que me pueden denunciar al puto constitucional si lo consideran oportuno. Ahora bien, se van a ir a amenazar a su puta madre, malditos imbéciles, y el único dinero que van a ver de mí, hijos de la gran puta, es el que les dé a las golfas de sus hijas en ese apartado y acogedor hotelito de nombre “El conejito feliz” en el que trabajan todas ellas.

Atentamente.

PD. A sí, se me olvidaba, como alguno de ustedes tenga los santos cojones de plantarse en mi casa a reclamar que les devuelva el router, van a comprobar en primera persona la increíble capacidad de dilatación que tiene el culo para albergar en su interior dispositivos de conexión inalámbrica a internet. Soplapollas.