martes, junio 08, 2010

Una de sondas anales

En realidad yo hoy iba a contarles lo de mi corazón de dos velocidades, y todo el divertido proceso que tuvieron a bien hacerme unas personas muy simpáticas para intentar quitarle la segunda marcha y dejarle como el de todo hijo de vecino, con una sola, que ya es bastante. Pero total, como el susodicho intento fue un fracaso absoluto, y me tienen que repetir toda la movida, con sus anestesias, sus catéteres, sus enfermeras tocándome el ciruelo y alrededores, y todas esas cosas tan divertidas a mediodía alegría, pues ya se lo relataré la próxima vez oigan. De momento tendrán que conformarse con lo de las abducciones alienígenas.


Asociación de Abducidos de Compostela. Tela marinera amigos. La AAC, ni más ni menos. Respetada y reconocida institución donde las haiga. Lo que yo me pregunto es, para que haya una asociación de esta índole, ¿qué puto porcentaje de la población de Santiago ha sido abducida al menos una vez?. Calculo yo que por lo bajo al menos a uno de cada tres vecinos de la susodicha localidad le han metido una sonda anal por el culo. De esas que al principio duelen un poco pero que luego ya les vas cogiendo el gustirrinín (según las propias declaraciones del propio presidente de la propia asociación). Digo yo que ante esta plaga de ataques anales, el cabildo y asociados hayan tomado ya medidas urgentes y se repartan gratuitamente por el pueblo botes de vaselina de considerable tamaño, para paliar en lo posible las molestias de la primera vez.

Hombre, una cosa está clara, los aliens son aliens, pero no gilipollas. No creas tú que se dedican a porculizar peña en Villaconejos de la Pepitilla, estepa Pacense. No. Ellos se van a Santiago, donde después de una agotadora mañana de sondar ortos, se pueden meter una buena mariscada con alvariño, y encima departir en alegre algarabía sobre percebes y nécoras con los sondados. Todo claro está, con el único objetivo de confraternizar y de coger fuerzas para la sesión vespertina de desvirgamiento.

Y es que parece evidente que el Stephen Hawking este puede que sepa algo de agujeros negros (aunque también es dudoso), pero que de gentes extraterrestres anda muy mal informado. Entes les llama el muy mamón. Cuando todo el mundo sabe, de toda la vida de dios, que son lagartos. O es que no ha visto UVE. Válgame dios, cuánta ignorancia hay por el mundo. Y luego tienen los cojones de llamarse investigadores. Pues si estos cintifiquillos de pacotilla hubieran tenido el más mínimo interés por informarse sabrían perfectamente, porque para eso está la AAC, que evidentemente estos lagartos del más allá, vagan por el universo a lo largo de millones de años luz de distancia, sonda anal en mano (o en pata, no quiero ser inexacto), preparados y dispuestos para metérsela por el culo al primer ser humano que encuentren. Y si es gallego mejor. Que seguro que encima le invita a unos orujos y a unas cigalas.

Lo que debería hacer el tipejo este y sus compinches antes de hablar, y me refiero de nuevo a Stephen Hawking, es irse una noche con la AAC a la campiña colindante con Santiago para sentarse a la luz de las estrellas (si no está nublado, claro) a comerse unas palomitas (o una papilla de palomitas, quizá mejor en su caso) mientras escudriña el cielo a la espera de que las ordas lagartiles bajen en sus tecnológicas naves para meterle una pera anal de alta precisión por su tercer ojo. Y entonces ya podrá opinar con conocimiento de causa sobre extraterrestres, sobre mariscadas y sobre agujeros negros (de los del espacio, y de los que tienen pelo alrededor).

2 comentarios:

MalditosTacones dijo...

¡Joder! Entonces... ¿Lo de la vida extraterrestre es cierto???!!

Ahora lo entiendo todo... ... .. .

Salud Irlandés!

P.D.: ¿Qué es eso de que tienes el corazón revolucionado?! En todo caso y sea lo que fuere, a ponerse bueno (más que nada por si viene la nave nodriza y esas movidas)

Portu dijo...

Se constata que lo suyo es el beber sustancias etílicas, y no el conocer su grafología. Ni falta que hace.

Toda una experiencia la del hombrecillo este. Lástima que haya voces por ahí que digan que estaba de coña.

Saludos tardíos de otro operado que sigue sin publicar en la blogosfera sus más recientes experiencias hospitalarias.