viernes, febrero 22, 2008

El amperio contra Paca

Hoy, mis queridos niños, vamos a hablar de la electricidad: esa gran desconocida. Pues sí, la electricidad. Qué jodida la muy puta. No hay dios que la entienda, con tanto electrón para arriba y para abajo, todos de un lado para otro sin ton ni son. Y lo más chungo es que no se les ve a los cabrones. Tú das al interruptor y ¡alehop!, magia potagia la luz se enciende. Milagro, aleluya, alabado sea el señor de los electrones que al tercer día dijo hágase la luz, y vio que era buena. Adoremos al gran electrón y sus dos hijos el voltio y el amperio. Palabra del señor, te alabamos, óyenos. Etcétera. Luego ese mismo señor decidió que ya que había empezado por la luz iba a seguir un poco más e hizo que funcionara la minipimer, la epilady, el respirador automático del abuelo, y el consolador de tu prima. Bueno, vale, y alguna que otra cosilla más, pero todas ellas carentes de importancia al lado del vibrador de tu prima.

Bueno, a lo que iba, que como no vemos esas bolitas chungas de carga negativa yendo y viniendo a toda ostia, pues uno puede estar tentado de pensar que en realidad no existen tales seres. Que realmente es magia, o gracia divina, o Tamariz haciendo de las suyas. Y que, en cualquier caso, y aún existiendo tal cosa como las corrientes alternas, las directas, y las indecisas, en realidad todas ellas han de ser buenas por cojones, joder, porque hacen funcionar los vibradores de tus primas. Y eso a tus primas las encanta, naturalmente. El problema está en que, ante este panorama de consoladores, primas gozosas, y electrones invisibles, cualquier ser viviente femenino podría pensar que, en realidad, lo del manubrio de látex lo único que hace es entorpecer la libre circulación de los amperios por su cuerpo y que son estos últimos los que de verdad dan un gustirrinín de puta madre y los que consiguen hacer que las gotee la pepitilla a las primas.

Hombre irlandés, me dirán ustedes, tanto como que cualquier ser viviente femenino pudiera pensar tal cosa nos parece un poco exagerado, joder, que el hecho de que tengan problemáticas vitales tremendas a cada instante de su vida no quiere decir que sean gilipollas. Y efectivamente, estaré de acuerdo en ese punto, ahora bien, también tendrán que reconocer ustedes, amables lectores, que si en vez de cualquier ser viviente femenino, dijera cualquier ser viviente femenino americano, ahí ya sí estaría acercándome bastante a la realidad. Porque por todos es bien conocida la propensión de nuestros queridos y amadérrimos yankis a tener ideas de bombero. Y lo malo no es que las tengan, al fin y al cabo las ideas no matan a nadie, lo malo es que por el hecho de ser americanos tienen la tendencia genética a ponerlas en marcha. Y eso ya sí es más jodido.

Pues bien, siguiendo siempre en el terreno de la ficción, imaginemos por un momento a esa típica señora americana, Paca Smith de nombre, aburrida como un hongo en su casa idílica a la espera de que venga su marido para poder contribuir como dios manda al calentamiento general y de los casquetes en particular. Y mientras espera, recuerda esas prácticas de tecnología de cuando iba a octavo de EGB, con la bombillitas en serie, y en paralelo, y los cables y los tornillos. Y las pilas de petaca, claro. Cómo se lo pasaba ella poniéndose las pilas de petaca en la lengua. Qué cosquilleo. Qué algarabía. Que la daba un no sé qué, que qué sé yo. Y claro, imaginemos que nuestra querida Paca, ya más crecida y experimentada decide probar lo de las pilas de petaca en otras partes del cuerpo de sensibilidad y humedad parecida a la de la lengua (recuerden que es americana, y que los americanos son gente de acción). Total, si a su prima la funciona con un ciruelo de plástico, no veo por qué no va a funcionar una pila de petaca. Y mucho más barato, dónde va a parar.

Supongamos ahora, un suponer oigan, que el marido entra en casa y se encuentra a su ínclita de esta guisa, con una pila de petaca conectada a sus partes pudendas. Pero Paca, no jodas que eres un androide y que necesitas recargarte (no olviden que el tipo es yanki). No, no, amor, es que esto es un gozo gozoso. Y claro, Paco Smith, marido intachable y preocupado por los goces de su mujer piensa que si una pila de petaca la da gusto, un cable pelado y conectado a la jodida corriente la va a hacer aullar del puto placer. Naturalmente, qué más darán 5 voltios, que 220, si al final son unas amigables bolitas que ni se ven. Eso no puede hacer daño a nadie, claro que no. Obviamente Paca acaba frita y humeante, y Paco preguntándose si no habrá muerto de un calentón placentero e irresistible.

Vaya mierda de historieta ficticia se acaba de marcar el capullo del Irlandés, pensarán ustedes. Nadie puede ser tan gilipollas. Ya. Pues lean, amigos, lean.


Pues sí, imbéciles, sí (por imbéciles me refiero a Paca y Paco Smith, no a ustedes señores leyentes). El tamaño sí importa, tontos del culo. Por lo menos el de las corrientes. Y más en ciertas partes, cojones, que todo el mundo sabe que las humedades y los amperios no se llevan nada bien. Si es que hay que ser retrasados mentales. Pedazo de subnormales.

Así que, queridas niñas y resto de féminas lectoras del blog, no tienten al diablo. Hagan que la trágica muerte de doña Paca no haya sido en vano. De ustedes depende que la vida de esta ciudadana del mundo tenga sentido y que ayude a salvar muchas vidas de seres humanos aburridos y con pepitilla en los años venideros. Recuerden: la electricidad sí, pero sin experimentos. Piensen que si se inventaron los nabos vibradores fue por alguna razón. Y si no, pregúntenles a sus primas.

3 comentarios:

Portu dijo...

Aaaah, vil y rastrero competidor donde los haya es usted, maese irlandés. Ha dejado nuestra competición de noticias chorronas vía mail vista para sentencia. Qué callado se lo tenía.

Doble aplauso para usted: uno por dar con la original y otro por la forma elegida para plantearlo. Cuando uno pensaba que no podía ser cierto, la realidad le asesta un nuevo golpe.

¿Alguien ha probado a utilizar un transformador?

Juan_isho dijo...

Lo que mata es la corriete ya nos lo dijeron.

Se equivocó del cable que quería pelar.

Akroon dijo...

Yo no tengo primas. Sólo tengo primos.

Prefiero darle gusto a la pepitilla de la forma tradicional y a poder ser, con ayuda de persona del sexo opuesto.

Ahora dime cómo coño puedo ayudar yo a que esto no suceda!

Si es queeeeeee... depositamos demasiada responsabilidad en los lectores, querido vecino! :P