jueves, diciembre 07, 2006

Feliz Navidad (a mi manera)

Bueno, ya no tiene remedio. Ahora sí que estamos jodidos, no hay marcha atrás posible, ni pare aquí que yo me bajo. Pues no, tú te quedas y sonríes como todos, ahí, encantado de la vida a mediodía alegría. Porque ya han puesto las luces de navidad. Y cuando ponen las luces de navidad no queda otra que volverse gilipollas, pero no un poco gilipollas no, gilipollas del todo, como si te hubiesen chutado con una sobredosis de osos amorosos y casa de la pradera todo junto. Que parece que incluso si te meten un tubo con pinchos por el recto te tiene que gustar, y tienes que sonreírle al médico y darle las gracias por violarte con un instrumento de tortura. Porque es navidad, y es lo que toca.

Así que muchacho, felicidad, mucha felicidad, a espuertas, y venga buenos deseos, y venga mejores conductas, y venga a ayudar a ancianitas desvalidas a cruzar carreteras, que dicho sea de paso ya podían cruzar por los pasos de cebra y no por donde se las pone en los cojones, y así no habría que ayudarlas. Y sonrisas, claro que sí, muchas sonrisas, que un coche ha pisado un charco y ahora parece que te has meado encima, no se preocupe, es navidad, coño sonría. Porque como no se te ocurra sonreír encima eres un capullo desalmado y sin corazón ninguno. Aquí se sonríe y se es feliz por decreto, y punto en boca señores. Y al que no le guste que se haga judío. Aunque yo creo que hasta los judíos son felices que te cagas en navidad, y los musulmanes y los budistas también. Todo el mundo. Es tal la amorosidad que invade el planeta que si uno se fija bien se da cuenta de que hasta el mar se vuelve rosa, y los fumadores echan corazones por la boca y los no fumadores flechas por el culo, y ambos, corazones y flechas, se funden en el aire en paz, armonía y buen rollito.

Y mire los niños qué contentos, pura felicidad haciendo la carta a los reyes. Y los padres mirándoles y haciéndoles los ojos chiribitas. Aunque no son chiribitas de amor paterno, de verlos tan radiantes, no, son chiribitas de ir a llorar pensando en la santa ostia que les espera en la visa a fin de mes. Pero bueno, chiribitas en los ojos al fin y al cabo, que es lo que cuenta. Que la gente vaya como flipada por la calle, que parece que el planeta en masa se ha pasado a la marihuana, y sólo les falte escuchar rigui, dejarse el pelo largo, pintar margaritas en los coches y tatuarse peace and love en la nalga derecha. Joder, qué hartazgo de azúcar. Qué sobredosis de glucosa. Venga edulcorante, venga dulzura, venga sacarina, mierda, no sé cómo pueden sobrevivir los diabéticos a la navidad, deben insuflarse insulina hasta por las orejas los tíos. Aunque sólo sea para no escuchar un puto villancico más. Que esa es otra, lo de los villancicos, que se les coge más asco que al riguitón en verano. Da igual dónde vayas, siempre está la virgen lavando, la campana tocando sobre la otra campana y los pastorcillos yendo a belén por no sé qué caminillo. Rimar pastorcillo y caminillo, qué genio el tío, vaya fuera de serie, para que le den el nobel oigan. Pero quién coño inventó los villancicos, joder es para que le crucifiquen con el director de la última de superman, ahí los dos mano a mano desangrándose: y tú, ¿qué has hecho?. Yo, dirigir un bodrio de dos horas y media con un drag queen en mallas, ¿y tú?. Yo soy el letrista del tamborilero. Joder, macho es que ya te vale. Pues anda que tú.

Así que para ver si te olvidas de tanta zambomba y tanta pandereta decides poner la tele. Porque sí, porque la tele es un seguro de vida, es imposible que la felicidad la haya invadido. Por mis cojones. Nunca subestimes el poder de la felicidad navideña. Ahí está willow para recordártelo, y la princesa prometida, y las basuras de después de comer protagonizadas por santa claus, que es el tipo que más películas ha hecho en la historia de la humanidad. Y todas malas. Que llega un punto que deseas que empiecen los anuncios. Pues sí que, en buena hora. Les juro que si veo un solo anuncio más de putos juguetes echo la pota en el sofá. Que si el muñeco que se lo traga de verdad y luego se caga y se mea, que si la súpermodelo con gafas intercambiables, que si el súper héroe que le aprietas el nabo y dice con acento mejicano “salvemos la galaxia”. En serio, señores, ¿quién es el cerebro que anda detrás de todo eso?. Deben hacer un cásting a ver a quién se le ocurre la mayor gilipollez y a ese es al que contratan de creativo. Y luego le reutilizan también para hacer la publicidad, porque bueno, que el juguete sea una bazofia pase, pero que tengan que poner a niños imbéciles para anunciarlo no creo que sea estrictamente necesario. Porque digo yo que podían poner a niños de los normales, de esos que se manchan y se dan ostias en el colegio, y no maniquís repeinados, vestidos de burberrys, con sonrisa de tripi y hablando así como borja mari, que te lo juro por las bragas de mafalda, oye.

Pues miren, no, no se me pone en la punta del cimbrel sonreír. Es más, sonreiré si el coche atropella a la vieja del segundo párrafo, coño, eso sí que sería divertido, así la próxima en vez de santiguarse a lo mejor cruza cuando el señorito esté en verde. Pues nada, lo dicho, que feliz, feliz, feliz, dulce y amorosa navidad a todos. Yo voy a ver si me cuelgo con el espumillón.

3 comentarios:

MALEFICABOVARI dijo...

Irlandés, rendida quedo y caigo a sus pies, pero cómo coño se lo monta para hacérselo tan bien con las letras? Pase por mi blog, si le apetece, claro, que parece que estamos conectados por un hilo invisible, porque mi post de hoy va del Cortylandia, y eso si que es un holocausto, algo parecido a sus sentimientos bellos hacia esta la navidad del planeta.
Pues sí, yo tampoco pienso sonreir, pero no por llevar la contraria, mas bien porque las navidades me la sudan, los anuncios me la empapan, y el negocio me la repanpinfla.
Es un negocio, señor, tan sólo eso. Y lo de que todo el mundo va con la mueca de mentira... eso ya es otro cantar, porque yo donde quiera que voy sólo veo jepetos de subnormales con cara de mala ostia y pinta de darte por el culo. Así que igual se fumó usted algo y se coló en alguna fiesta temática, porque la verdad, donde está esa gente abducida por el espíritu navideño??? Lo de los villancicos es otra cosa, otra peor. Y peor todavía es intentar explicar a tu hija las putas letras. Que la virgén se está peinando sus cabellos de oro...joder, hija, mira, vete a la iglesia con tu padre, y el señor ese que os pide dinero, a ese se lo preguntas, cura, se llama. Y punto en boca, como ud dice.
Ay, la puta navidad... pero que me dice de la grandiosa paga extra??? Ahí le he dado... Mírelo por el lado bueno, en dos días se ha acabado este chocho, y a otra cosa mariposa, y el corte inglés anunciando su primavera de los cojones con un frío en la calle de grados bajo cero. Sí, nos haremos de acero a este paso, de acero, ciniquísimos por dentro, fijo, fijo.
Cuídese, tómese alguna pastilla de la alergia, que ponen que te cagas, y túmbese al sofá con una buena peli adquirida, y lo demás, lo demás que se lo coman los cuatro gilipollas de mierda qeu todavía creen en papá noel.
Bueno, que ya me pasé de mas con el coment, besos
Male

Anónimo dijo...

Es la primera vez que me caigo por aquí. Me gusto este rato.

Saludos

Portu dijo...

Esta Navidad tengo el propósito firme y decidido de ver de una vez por todas Qué bello es vivir, que ya va tocando. Madmartigan ya no tiene nada nuevo que ofrecerme.

Y a mi ahijada la estoy cosiendo a insultos y maledicencias respecto al gordo cabrón llegado desde Finlandia de parte de la Coca-Cola. Aquí los de los regalos siempre han sido los Reyes Magos. De toda la vida. Así me lo aprendí yo.

PS - Está muy mal visto por la sociedad de hoy eso de llamar un viernes a las 4.30 de la mañana en mitad de una farra a un compañero de fatigas que aún no se ha librado de sus estudios universitarios. Que lo sepa.