Crónicas madracas II

VIERNES 14 de Septiembre

HAGAN HUECO EN EL OLIMPO

El Portu común es un animal de costumbres, por eso no es de extrañar que en plenas vacaciones a las 8.30 ya esté arriba. Como el irlandés santanderinizado no lo es menos, amanece pasadas las 9.30. Ese horario laboral suyo sí que mola. No seré yo quien se meta con él, que se agradece ese viaje en coche hasta la estación de metro más cercana (situada a unos escandalosos 5 minutos andando), amenizada por una buena dosis de grititos heavy a todo trapo: "Paaaaaaaaaaaaaaaainkiller!!"

Y de ahí, haciendo un uso correcto de estaciones, andenes y vagones, por sorprendente que resulte tratándose de mi y del Metro de Madrid, que tenemos un tumultuoso pasado común que vuelve cada poco tiempo para atormentarme, acudo a mi reunión con los jefes de expedición, paportu & priportu, a celebrar en las inmedaciones de la Basket Square, en plena Plaza de Colón. Sí, la de la bandera rojigualda tamaño godzilla.

Soy único en tareas de encuadre fotográfico

De nuevo al subsuelo para llegar a la Plaza Mayor, donde el restaurante del que tan bien habían hablado a priportu no aparece: o lo han movido de sitio o jamás ha existido. Para que vean que me viene de familia. Dado que dispendios económicos los justos, acabamos de menú del día chungo al aire libre y encima chispeando. Jorribol, jorribol.

Como vamos sobrados de tiempo, nos tomamos un refresco de cola (no pienso hacerles el juego a esos malditos capitalistas de la coke) junto al Palacio y me doy con paportu un paseo hasta la pudiente calle Serrano, donde tengo entendido que podré encontrar la camisa del Estu anhelada por Juanisho. Pues va a ser que no. Eso sí, la comida la hemos bajado. Y hemos contrastado que lo de los lituanos es una deserción del país en toda regla. Los hay a manta. Es el momento idóneo para ir a robar a orillas del Báltico, porque no debe de haber ni el tato.

Hoy, como somos muy chulos y el pabellón está más vacío que la cartilla 15-30 del putter, nos agenciamos unos asientos laterales desde los que se ve la cosa de otra manera. Mejor, para entendernos.

Que sí, coño, que algo mejor se veía

Mi búsqueda de la camiseta oficial del campeonato se salda con un resultado de "tú verás chaval, o vas de rey de la night luciendo palmito con la talla M o emulas a las estatuas de Botero con una XXL". Sí, amigos, la OPBL entra en acción. Decido olvidar mis penas consumistas jamándome un señor perrito durante el descanso del Lituania-Croacia. Lo que sumado al detalle de los puestos de palomitas que hay por el pabellón y el rollo este de los tiempos muertos de "dale un muerdo a tu pareja cuando os enfoque la cámara", confirman que nos estamos convirtiendo en un nuevo Estado de la Unión. ¿Cuántos somos ya? En fin, tendrá que ser así. El trepidante partido culmina con un final dodotis, de esos de gana tú, que a mi me da la risa, rematado por dos tiros libres fallados por Planinic. Ya lo siento macho, esto es como la tanda de penaltis jurgolera: el que mejor ha jugado el partido, la caga.

Resultó fundamental el apoyo de las cheerleaders del Zalgiris

Al fin se produce la anhelada llegada del fuckin' irish, que se reserva siempre para lo mejor de la jornada. Y se une a tiempo de ver jugar de auténtico lujo a Eslovenia. Los griegos no saben por dónde les vienen los palos y a falta de 6.30 están al borde del K.O. 9 y medio sobre la cuenta de 10 del árbitro. 16 abajo. En ese momento no sé qué improperios utilizaría Theo en el tiempo muerto, pero convence a sus compis de que si le hacen caso todavía pueden ganar esto.

"Desde la línea se ganan y pierden partidos", profético putter

Para cuando llama Ein desde su conciertazo chunta-chunta los griegos ya están a 10. Entramos en territorio esto no lo pierde ni el Tau. Ejerzo de Paco Porras del parquet y con porte serio como si fuera un entendido en la materia le comunico al irlan, "si pierden por 5 a falta de 1 minuto, ganan". Los helénicos, claro. Hay intercambio de sms con Juanisho y Miguelo que al igual que yo ven cercana la aplicación de la Regla de la cadena por parte de los ex-yugoslavos. En el reparto de posguerra la mala baba se la llevaron los otros, eso está claro. 7 abajo a falta de 1.06. "¿Te vale?", me pregunta mi compi. "Ya te digo", observo solemne. Y tras un par de triples de Theodoros y Zisis, aliñados con una pérdida y un tiro totalmente desastrosos de los compadres eslovenijos, la tenemos montada: 1 abajo, 15 segundos por jugarse, y pelota para Grecia en medio campo. Dado que soy un tío previsor, preparo la cámara. Y Papaloukas no me defrauda y deja de manifiesto que es un fenómeno.

Sí, el que grita soy yo; era para darle sabor yanqui

Por aquello de la paridad grabamos también la última jugada, con 8 segundos y balón para Eslovenia, pero para ese momento todo el mundo en el pabellón tenía claro que el partido se lo llevaban los griegos.

Jaka Lakovic, prototipo de base cerebral

La afición griega, con el boya de waterpolo a la cabeza (¡ídolo!), al borde del orgasmo colectivo y mis telecas helénicas me demuestran vía sms que no se enteran de la misa la mitad. Mucho de Boo y poco de Guarnizo. Para esto no las mando a Lamía.

Esto hay que celebrarlo con una buena hamburguesa y unas patatuelas del Don Oso. Bien, irlan, bien. Despedida de la facción que supera la cuarentena y a la sala Galileo a ver el espectáculo de Don Mauro.

Macarra en el escenario, mimosín con sus fans

Nos reunimos con los sospechosos habituales del irlan en las inmediaciones de Malasaña (o eso creo), donde acabo entrando a un lugar conocido por "Destino Gran Vía" que entra a formar parte de mi galería de los horrores nocturnos particular: 9 euros entrada. Toma ya. Como espero que comprendan, mi política de agua y coca-cola se va por ahí de paseo. Por ese precio lo mínimo es un copazo. Pero como en este pueblo no tienen Brugal, hay que conformarse con otras delicias por el estilo. Cutres. Y encima tengo que aguantar a un Jack Black de la vida, ligón y bailongo, que se me pega toda la noche. Lo cual tampoco era muy difícil, porque creo que se batió el récord mundial de más gentuza metida en un recinto minúsculo.

Bendigo al taxi que nos lleva a casa y dando la jornada por finalizada bajo la guardia, lo que torna en una CAGADA ÉPICA: al estirar los brazos para despojarme de mi camiseta (tranquilas, nenas, no estoy en el mercado) impacto con algo y lo siguiente que recuerdo es un gran estruendo. Suena así como a muchos cristales rotos. Habrá sido el vecino. Pues no. He sido yo, que me he cargado el recubrimiento de una de las bombillas de la lámpara que tengo encima y sus restos han destrozado la mesita que hay debajo. La OPBL en todo su esplendor, porque ya me dirán las probabilidades existentes de que se produjera semejante escabechina con tan poco impacto de mi brazo y tan nula fuerza como poseo. Aprovecho la recogida de los restos del naufragio y la sacudida de la alfombra para lacerar mis manos, que lo tengo merecido. Lo raro es que nadie nos denunciara con el show que montamos en la calle a las 5 de la madrugada mientras nos deshacíamos de las evidencias del crimen.

¿Soy o no soy un patoso? Piénsenlo dos veces antes de alojarme en su casa.