lunes, octubre 08, 2007

Sobre ciencias y gilipollas

La verdad es que hoy debiera explicarles lo de mi venida a la tierra de las pizzas y las ragazzas (me han dicho que también hay ragazzos pero es que no me ha dado tiempo a fijarme bien), y todo el resto de graciosísimos sucesos que comenzaron justo después de que mi bienamado jefe me dijera: “eh, Irlandés, te vas a Italia”. Y en efecto, a narrarles todas esas cosas me disponía, cuando un amiguete me ha dicho: “tú eres el típico al que esto le va a resultar harto gracioso”. Y por esto se refería a lo siguiente:


Por si acaso son de naturaleza vaga y no les apetece leer, o por si no saben leer (en cuyo caso no sé qué cojones hacen mirando esta pantalla), o por si son ciegos (volvemos a lo mismo), o simplemente disléxicos, yo les resumo lo que pone: se han dado unos premios a los seres humanos más aburridos del planeta. De hecho tengo mis serias dudas sobre si los chorbos en cuestión no saben a qué dedicar su tiempo o simplemente es que son gilipollas. Como ya supondrán, yo me inclino por esto último. Porque hay dos reacciones básicas ante el aburrimiento:

  • Si el sujeto paciente es un ser viviente masculino, lo que habitualmente hará será darse cabezazos contra una pared, hacer raíces cuadradas de número primos terminados en siete, clavarse palillos debajo de la uñas, o ver porno hasta que los ojos se le sequen en las cuencas y no le queden fluidos que exprimir en el cuerpo.

  • En caso de que la sufriente del aburrimiento sea una humana femenina el patrón de comportamiento es único e ineludible. La tipa se sentará en el sofá al lado de su novio y muy enfadada le informará del innegable hecho de que se aburre, de que es su culpa, de que ya puestos también él es el culpable de todo el resto de terribles males que asolan su anodina existencia, y de que es que nunca hacen nada de nada (y mucho menos sexo, piensa el novio mientras sopesa la posibilidad de meterla hasta la laringe la revista que estaba leyendo tranquilamente hasta ese preciso momento).

Pues eso, a lo que iba, que ante el aburrimiento se pueden acometer con ansia y dedicación cualquiera de las actividades ya mentadas, pero lo que no es plausible es que uno esté aburrido y decida pensar en si las ratas entienden o no entienden holandés. Y mucho menos si lo confunden con el chino. Y aún menos haría experimentos al respecto. Porque con eso lo único que se consigue es pasar de ser una persona aburrida a ser tonto del culo. Y nadie quiere ser tonto del culo.

Bueno, pues habiendo ya expuesto el por qué los señores mentados en la noticia no están aburridos sino que sencillamente es que son imbéciles, pasemos al análisis concienzudo de alguno de los premios:

- Premio antinóbel de la paz. A un visionario que decidió experimentar con la primera bomba homosexual del mundo. Sí, como lo oyen. Bueno, en realidad no está del todo claro la orientación sexual de la bomba, aunque estamos casi seguros de que era rosa y estaba completamente depilada (ingles y todo). El caso es que la finalidad del proyectil en cuestión era volver súper, súper, osea mariposones de la muerte tío, a los integrantes del ejército enemigo. Como se lo cuento amigos. Supongo que el tipo pensaría que una vez obrado el cambio en las preferencias sexuales de los contrincantes guerreros, el ejécito se transformaría en una especie de love parade en el que ondearían por doquier las banderas de haz el amor y no la guerra, se colocarían margaritas en los agujeros de los rifles automáticos, y otro tipo de tapones en otro tipo de agujeros, mientras se pintaban de fucsia los tanques, cambiaban los uniformes por pantalones de cuero marca patata, y todos los otrora varoniles y despiadados soldados se lanzaban a una orgía de sudorosos cuerpos embadurnados en aceites y esencias naturales de aguacate y pomelo. Porque sí, porque todo el mundo sabe que ese es el modo de actuar del homosexual medio. La verdad es que yo habría pagado dinero por ver a los cosacos rusos cambiando el vodka por la Nansi Comansi y a los de la legión patria tirándose del pelo por ver quién es el afortunado al que le toca la cabra.

- Antinóbel de medicina. Este sin duda es el mejor. Concedido a un tipo que realizó un estudio sobre la conveniencia, o no, de introducirse sables por la boca y sus posibles efectos secundarios. Los hallazgos del estudio son desconcertantes: meterse sables por la boca produce irritación en la garganta. Vamos anda, no me jodas. No me lo puedo de creer. Irritación dice. Pues yo he visto a mi amiga Jenna meterse sables hasta las amígdalas durante unos buenos diez minutos, ahí dale que dale, y terminar con una cara de satisfacción que pa qué les voy a contar, así que no sé si la investigación será muy fiable. De todas formas, creo que ya tiene anunciada una segunda parte, en la que se estudiará los efectos de meterse sables por el culo. No vaya a ser que eso produzca un placer indescriptible y nos lo estemos perdiendo.

- Antinóbel de la lengua. Como no podía ser de otra manera ha ido a parar a nuestro puzzle patrio de realidades históricamente nacionales, traspuestas y afásicas. Concretamente los agraciados han sido tres jóvenes y emprendedores investigadores de la más que nación pero menos que país y cuarto de estado comarcal antes conocido como Cataluña. Pues bien, estos lozanos mozalbetes tras arduos y estrictos protocolos experimentales han llegado a la nada desdeñable conclusión de que nuestras amigas las ratas no consiguen distinguir entre el holandés y el japonés hablado al revés. Flonante. Acuyonante. Espectacular. Qué hallazgo para la humanidad. De hecho, para mis cortas entendederas, el hallazgo más importante de tan encomiable investigación es que los ya mencionados roedores sí que distinguen entre el holandés y el japonés hablado normalmente. Ahora bien, las ratas de los experimentos ¿las escogieron al azar? ¿eran ratas holandesas? ¿quizá niponas? ¿se habían introducido alguna vez un sable por la boca? ¿y por el culo? ¿eran ratas estándar o gozaban de un coeficiente intelectual por encima de la media? Estas y otras apasionantes cuestiones se abren ante tan sensacional descubrimiento.

- Antinóbel de química. A un japonés (desconocemos si es capaz de entender el holandés hablado al revés) que ha inventado un método para extraer esencia de vainilla de truños de vaca. Claro hombre, por qué va a extraer uno esencias de vainilla de la puta vainilla cuando la puede extraer de un cagao. Es de cajón. Ahora nos explicamos el señor Portu y servidor el por qué Piero Manzoni metió en latas su propia mierda. Para cuando algún japonés tonto del haba inventara un método con el que extraer de ella aromas de petunia y albaricoque, que posteriormente le vendería al americano deficiente que estuviera construyendo una bomba para fabricar maricones. Si es que todo está conectado.

Hay más premios y premiados, pero esto ya se ha hecho suficientemente largo, así que con los otros los chistes los piensan ustedes. Resumiendo, que el dinero está muy bien gastado en investigación, y que mi iniciativa de patentar una baza que dé el peso exacto de los detritos expulsados en su interior es una idea que puede triunfar y para la que seguramente logre subvención. Como el cine español.

4 comentarios:

Juan_isho dijo...

Genial, no puedo más que felicitarle por tan magistral post. Con el último antinobel me ha hecho llorar y en mi casa se preocuparon por mi.

Y a pesar de lo bueno que ha sido este post, cuándo nos deleitará con sus crónicas transalpinas.

Portu dijo...

Esta noticia merecía ser pasada por su tamiz. O por su tapiz. O como se diga eso. Vamos, que es casi casi tan acuyonante como lo de las ratas políglotas.

¿El japonés hablado al revés no desvela ritos satánicos, como ocurría con las canciones de Led Zeppelin y de Bisbal?

No sé cómo los rectores de tan magno evento han podido obviar a Pocholo y esa lata/compartimento para todo diseñada por él mismo y presenta con todo lujo de detalles en Pocholo Ibiza 2006.

MALEFICABOVARI dijo...

DIOSSSSSSSS, cómo anda la puta peña de aburrida, y joder, qué pena que no les dé por tirarse al río y dejarse de hostias... aunque dan para reirse un rato los especímenes...
Bueno, cautivada en demasía por este post que me parece corto y todo con lo que ud se explaya, eso sí, siempre bien explayado... le cuento.
Muda con lo del sable, muda. Era por eso, lo mío.
Muy gracioso el tema sofá con la novia, me recordó a algo, también mío. Por cierto que igual la novia también echa de menos el buen sexo, y se está tirando al mejor amigo de su novioallísentado... y por eso está con esa cara de uva... fijo¡
El antinobel de la vainilla no me gusta una mierda, ahí ya se desborda el jetorro de la peña, en este caso un japonés....jodersehay¡
No le encuentro el punto al de las ratas, el punto gilipollas sí se lo encuentro a los chicos de Cataluña....
La bomba esa de julandrones... jodido, e imposible, gracias a dios, pero con tanto marica que hay, tpoco iban a hacer milagros, que vas al ikea y se reproducen solos por los pasillos... y que mas... ah, si, mi favoritísimo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Obviamente, es el de los sables, pero ya lo había comentado.
MUBIEN EL ARTÍCULO, UNA VEZ MAS UN DOCUMENTO DE PESO PARA LA GLORIA DEL BLOG MENOSMOLÓN... cómo los otros, Portu, cómo los otros....
BSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

Akroon dijo...

Se me han quedado los párpados del revés con el nipón sacando esencia de vainilla de la mierda... menos mal que lo que a mí me mola es la avellana...

Me pregunto: ¿por qué nadie se ha parado a estudiar el impacto ecológico de las pelotillas del culo?

Dejo en el aire la cuestión...

Besos boca abajo!