martes, junio 07, 2005

La Cantina de Mos - Telekey

Habíamos oído hablar de ella mucho antes de ingresar a la academia yedai. Pero no supimos valorarla como merece hasta que no adoptamos el rito obligado de rendirla peregrinación diaria durante los meses de duración del curso académico. En ella, como bien ha señalado el irlandés, hemos conocido cosas que vuestra mente no puede imaginar. Y es gracias a ella que hoy día somos yedais de provecho. Por todo esto y más, es merecido que la conozcáis más a fondo.

Podríamos empezar diciendo que nuestra vida no sería la misma de no ser por dos maestros yedais renegados que años ha fueron atrapados por el reverso tenebroso y radiofrecuencil de la fuerza teleka y desde ese instante se convirtieron en perennes y fervorosos inquilinos de la famosa cantina, desoyendo las advertencias de sus sobrios compañeros de gremio. Gracias a ellos nos dimos cuenta que no era tan fiero el león como lo pintaban y que un nuevo mundo se abriría ante nosotros si aceptábamos sus enseñanzas y nos atrevíamos a acceder a aquel lugar satanizado por el resto. Desde aquí rendimos homenaje a su telecomunicativa eminencia imperial Darth Constantinous y a su discípulo más aventajado, el padawan Darth Zamaniller.

Tras tener pocas dudas al respecto, y decidir abrazar el lado oscuro, la formación que allí hemos recibido ha comprendido aspectos tan variopintos como el desarrollo de nuestro intelecto superior a través del dominio de los naipes, la mejora de nuestro sistema inmunológico vía deglución de pinchos de tortilla y cafés que harían vomitar a una cabra, y la tolerancia a sustancias de extraña procedencia, además de una resistencia sobrehumana a los efectos nocivos del astro rey (no, no me refiero a Pelé y su impotencia) en aquellos días veraniegos de temperaturas extremas en que éramos enviados a la "Sala de Incineración" también conocida como terraza, paraíso del porrero.



Mus rules



El Pacho y el Portu experimentando los efectos del mosto


Pero sin duda lo más destacable ha sido la posibilidad que hemos tenido de entrar en contacto con otras formas de vida, cuyo desarrollo evolutivo en nada ha tenido que ver con el de la raza humana. Su más claro exponente es el cazarrecompensas que regenta la taberna, conocido con el nombre de Trabba-Dett. Su aparición en nuestras vidas causó un gran impacto, ya que a pesar de nuestras dispares procedencias nunca jamás nos habíamos encontrado con algo similar. Ahora es el momento propicio para admitir que en un primer momento nos vimos superados por los acontecimientos, ya que ni entendíamos sus crípticos mensajes estilo Yoda ni sabíamos qué coño le pasaba al chulito que tenía como compañero de fatigas, que cuando te devolvía el cambio de unos jumpers parecía que te estaba perdonando la vida y tenías que suplicarle de rodillas que olvidara tu osadía de haberte acercado hasta la barra y haberle hablado.


ÉL, disfrutando de su mayor afición


Al poco tiempo de nuestra llegada, y en su afán de lograr nuestro desarrollo como caballeros yedais, decidió que era el momento de partir para así dejar su lugar libre de modo que pudiéramos conocer los distintos métodos de sus sustitutos. Así que, ni corto ni perezoso, cogió su chupa de cuero y a lomos de su Vespino-XWing surcó las autopistas galácticas, cual Easy Rider espacial. Para llenar el vacío que había dejado llegaron gentes desde planetas tales como Rusialia, Neo-Perunia o Centro-Retia XVI, pero su esfuerzo fue baldío. Nosotros, jóvenes ansiosos de conocimientos, echábamos de menos al Elegido. Gracias a los midiclorianos, un par de años después le teníamos de nuevo entre nosotros. Esta vez venía para quedarse. Y lo mejor de todo es que ha entablado una bonita y entrañable amistad con el aprendiz Pombo, al que ha tomado como Padawan y le gorronea tabaco, le pregunta sobre los últimos avances tecnológicos experimentados por la PlayStation, arma definitiva de todo caballero yedai que se precie, ... ¡y hasta le fía!

Eso sí, bromas las justas con él, o serán víctimas de su cruenta ira. ¡Y ni se les ocurra apoyar los pies en una silla! Significaría su sentencia de muerte y expulsión de la academia. Como muestra ejemplificadora de lo que podría avecinárseles en tal caso, ruego abran esta foto en una nueva página y hagan un zoom a la izquierda de la misma, en concreto a la parte trasera de la cabeza del putter. Fíjense con detalle en la mirada del sujeto. Acojona, ¿eh?



Ni el niño del Sexto Sentido



MAY THE TELEKIAN FORCE BE WITH YOU ALL

2 comentarios:

el_irlandés dijo...

Yo no sé cómo coño aprobamos. Joder, debemos ser buenos de cojones. La foto del porro es de verdad?, porque es cojonuda.
Voto por empezar una Sociedad Pro Defensa de la Neurona Enfarlopada de Trabba-Dett (SPDNETD).

al_pachino dijo...

La terraza es nuestro mayor tesoro, otras escuelas y facultades nos envidian y la visitan cuando pueden...y otros que no lo saben no comprenden nuestro moreno en esas epocas duras... Nosotros nos regocijamos y decimos: "moreno de flexo..."
Joer, impresionante la foto del Trabao,¿como la conseguiste?¿te hiciste pasar por una tía que intentaba ligar con él por el messenger y te la mando?¿o te hiciste pasar por Pombo(que es peor)?.
Quiero ser de la SPDNETD, ¿que debo hacer?

Saludos