lunes, mayo 29, 2006

Con un par

Santander 28 de Mayo de 2006.

Eran las 9.30 a.m. cuando un irlandés y un santanderino con toda su ilusión se dirigían hacia uno de los lugares en los que más se ha forjado su personalidad, la Universidad. El motivo que les llevo a tal destino era la segunda edición de la carrera popular de la UC. En esta ocasión no hubo ninguna venta, de hecho nadie hizo el mínimo amago de apuntarse a tal evento.

Se vislumbraba un duro reto. El irlandés, como buen hijo de San Patricio, salió la noche anterio hasta altas horas; el santanderino, como amante del mar, tuvo boda en la jornada anterior y fueron demasiadas horas seguidas aguantando unos zapatos no especialmente cómodos. Ante sí, 7 kilómetros, con subidas y bajadas. Gracias a Dios, el tiempo no era especialmente soleado y no llovía, era el día propicio para aportar una gran marca a la historia atlética de "El hogar de los menos mola". Después de un calentamiento previo y el susto derivado del acoplamiento de los dos pulsómetros, en reposo nuestra frecuencia cardíaca era superior a 150 pulsaciones por minuto, yo haciéndome mis cálculos vi que en cuanto saliera estaría rondando las 200 pulsaciones y en plena carrera las 250, más o menos fijé mi hora de fallecimiento a las 10.20 a.m., a los casi 4 km. Menos mal que sólo fue un susto, y vi que mis latidos eran los normales.

Tras el susto inicial y ese calentamiento, nos acercamos hacia la salida. Mucha policía, y de repente un hombre saca una pistola!!!!!! Todos al suelo! Se sienten coño !!!! Espera, que eso era otra historia. Ah, que es el juez que da la salida, eso explicaba que la policía no se asustara cuando sacó el revolver. Y sonó el pistoletazo, no había acabado de poner el cronómetro y saliendo del semáforo del pabellón de la UC ya había gente casi por los delfines, cómo corren los cabrones. La táctica era sencilla. Salir desde atrás para que no nos adelante nadie y nosotros ir progresando; el irlandés lo tenía muy claro y lo llevó a cabo. Yo quise ser un héroe anónimo, me fui quedando rezagado del irlandés, que puso el turbo a los 10 minutos y sólo se dedicó a adelantar a gente, y culminó su carrera recortando ese kilómetro y medio que corrían de menos las féminas.

El santanderino, con mis muchas limitaciones, me quedé en el pelotón, pasando con mayor dificultad a cada uno de los compañeros masocas que se apuntaron a la carrera. A eso de los 4 kilómentros comenzó lo divertido, formamos un grupito, sin hablarnos pero sabiendo que llevábamos el mismo ritmo, el padre de un chaval que entrenaba el año pasado, un señor con cinta de correr y gafas de sol, y yo. Las cosas se mantuvieron constantes hasta que llegamos a la bajada de San Juan, subida en nuestro caso, llevaba 15 metros de desventaja, pero los viejos llevan mal esos cambios tan bruscos en el terreno. Allí lancé un ataque demoledor, les saqué en la cumbre 25 y 40 metros a cada uno. Si los cambios no les sientan bien, en llano cómo corren los cabrones, no les costó 3 minutos alcanzarme. En ese momento a lo lejos vi un amigo en el control de carrera, aceleré para bajar el ritmo después y hablar un poquito, pero el señor de gafas y cinta del pelo aceleró y no me dejaba salir de la línea por donde corría, y hasta que le dije que iba a hablar con el chico no me dejó. Pero pagaría su falta, y también el señor padre de un jugador mío, a la altura de la bajada de Polio decidí acabar con tantas paparruchas. Me veía con fuerzas y dije que a tomar por saco, sprint fuerte de los últimos 400 metros. Primero dejé tirado al de las gafas y la cintita. Y sobre la línea acabé derrotando al padre de mi pupilo. Un triunfo del deporte joven, una historia de superación.

Después de ese gran esfuerzo gané el trofeo a mejor sobrino del organizador, sin duda una de las más importantes clasificaciones finales.

En fin los sorteos nada de nada, así que sin más que animaros para la próxima edición.

4 comentarios:

Portu dijo...

Vale, sí, me rajé, ¿y? La conjugación de fibra óptica, tramas GSM y diagramas de Gantt me hizo sucumbir. Pero sé que algún día correré junto a mis dos colegas. Y sé que haré el ridículo más espantoso, viéndome adelantado por compañeros, padres e incluso abuelos con pintas de jugador de la NBA con su cintita y su canesú. Pero no pasará nada, porque somos colegas y nunca nos reímos de las desgracias ajenas, y mucho menos en un foro público como es un blog.

O bueno, sí lo hacemos, pero poco.

Por cierto Juanisho, muy mal eso de postear, mencionar al irlandés y no meterte ni una vez con él. Al contrario, a tenor de lo escrito casi se podría intuir que alabas su actuación, cuando todos sabemos que empleó todo tipo de malas artes madrileñas para prevalecer en la que antes era su casa.

Anónimo dijo...

Como sobrino de "toda" la organización... me comentaron que había categoría especial para profesorado de la UC... ¿qué marca sacó el ganador? Y no me vengais que hay un fenómeno en Económicas de 24 años con plaza de profesor ya... :-P

Anónimo dijo...

el usuario anónimo = hepeti

el_irlandés dijo...

Malas artes ni de coña. Dos insuflajes o insuflamientos de pulmicort al levantarme. Un par de autotransfusiones. Otro par de llamadas a mi amigo eufemiano o como coño se llame. Vamos, lo normal para hacer deporte. Y esta vez ni siquiera pasé de las 185. Me parece que me estoy hablandando.