Crónica balonpédica

Hoy (por el día 9) la comunidad universitaria santanderina, y quizá algún otro grupo, comité o sindicato allegado o anexo a la misma, ha podido presenciar un extraordinario a la par que bello e irrepetible espectáculo balompédico. O lo que viene a ser lo mismo: un partido de futbito en el que uno de los contendientes era el inigualable, irrepetible y lamentable equipo del que me avergüenzo de formar parte. Les pongo, queridos lectores y lectoras, oyentes y oyentas, en antecedentes para que se hagan una vaga idea de la magnitud del espectáculo al que voy a hacer referencia.

Como todos ustedes saben en una confrontación futbística (palabra derivada del latín futbitae) suele haber dos equipos. EL TUYO, y EL DE LOS OTROS. Pues bien, analicemos cuidadosamente la cuestión para que no se me pierdan por el camino que luego se enfada la parienta, veamos:

EL TUYO, o sea, EL MIO, compuesto por:

- Una ex estrella del balonmano. Nótese que he puesto, sin equivocarme, balonmano, que es un deporte de extraordinaria belleza pero que mayormente no viene a ser lo mismo que el futbito (ejercicio: diga en voz alta balonmano-futbito y verá que no suena igual). De cuyo estado físico no haremos sangre por respeto, porque es colaborador de esta página y sobre todo porque es más grande que yo y no quiero echar el higadillo por orificios que no están anatómicamente pensados para eso.

- Una estrella actual del jockey hierba. Con la habilidad adquirida en el caso anterior en seguida caerá en la cuenta el avispado lector que hockey hierba tampoco es lo mismo que el futbito.

- Un ex tenista semiprofesional. Croquis matemático: tenis =! futbito.

- Un ex portero cuyo único abdominal tiende hacia el paraboloide y que suele jugar, por cuestiones de la vida y porque los caminos del señor son inexcrutables, de todo menos de portero.

- Tomás (que no es ex nada pero tiene una prometedora carrera por delante como jugador de mus profesional). De este individuo he citado el nombre explícitamente porque no me puede zurrar y además me cae mal porque en la pasada champanada (dícese de una reunión de universitarios sedientos y profesionales del trinque en general) casi deja tirado al equipo en mitad de la calle (y eso no se hace que somos un equipo, coño). Menos mal que finalmente se retractó, se redimió, y se quedó y nos invitó a su casa y practicamos todo tipo de deportes acuáticos: traineras, río sube río baja… . En otra ocasión tendré que explayarme sobre esta costumbre navideña que es de lo más interesante a la par que didáctica, pero bueno a lo que vamos que me disperso con facilidad:

- Héctor. Que jugó al fútbol pero es del barsa… … … queda todo dicho.

- Noel (como papá pero sin el puto rudolf de la nariz roja). El único que se salva. Un perro de presa. Tipo puyol (sí el del barsa…). No descansa. No regatea. No grita. La rompe con las dos piernas y además me abrió los ojos al submarino (imprescindible brebaje mezcla de birra y whiskey, como nos gusta a los irish).

- Un servidor, o sea, yo mismo. Que he perdido el tiempo dedicándome a deportes varios incluido el fútbol, delicadamente me invitaron dejarlo, pero que nunca fui estrella de nada. Ya saben. Quien mucho abarca poco aprieta. Se hacen cargo, supongo. Pero bueno tampoco voy a autoparodiarme que para eso están los otros colaboradores de la página, joder.

Banda de Pancho Villa (según nuestro admirado Walter)

EL DE LOS OTROS, compuesto por: estrellas actuales o recién retiradas de deportes tan variopintos como el fútbol, el futbito, el fútbol playa, el fútbolín, el fut-voley y todas las variedades que se les ocurran del deporte que se prácticó durante la confrontación de ambos equipos. Alguno de ellos, incluso, pasa bastante tiempo dedicado al deporte rey, vamos, al folleteo o mete-saca, según se mire. Que lo sabemos de buena tinta. Dejaré su nombre en el iconomato que todos sabemos a quién me refiero. Puto Pacho. En fin. Qué le vamos a hacer. La vida es asín.

Bueno, pues puestos en antecedentes, al partido, que es a lo que íbamos. Y pensarán ustedes que aquello fue peor que lo de Cuba. Que nos dieron tiza hasta en el carné de identidad. Que no sabíamos si íbamos o veníamos. Pues no se me pasen de listos que me chino (o me irlandeso, o como se diga). Porque no voy a decir que no, que sí, que perdimos, pero la soba no fue tanta. Se perdió, pero con dignidad (no sé si nos queda de eso pero si nos quedase habríamos perdido con dignidad). Porque si hay que perder se pierde, y ahí estamos nosotros para perder. Los primeros. A lo que haga falta, pero con la frente bien alta, con dos cojones. Como buenos bebedores que somos, a tomar todo por el saco, y perdemos porque no se nos pone en los genitales ganar. Faltaría más. Joder. Bueno, resumiendo que ya va siendo hora, 5-1, para casa, y todos contentos. Lo dicho, memorable partido. Y además todavía lo mismo pasamos de ronda, y entonces yo sí que me descojono, y me rapo y voy a lourdes y lo que haga falta. Lo dicho, memorable partido.

Sean razonablemente felices.