martes, marzo 22, 2005

Una buena hostia a tiempo... (sobre las lacras I)

El motivo de este escrito es la presencia de seres de aproximadamente 120 centímetros de estatura que se dedican a ir perdonando la vida a cualquiera que ose a cruzar la mirada con ellos. Esos seres que se mueven por manadas, porque cuando lo hacen como individuos no son los mismos, aquellos que se envalentonan en luchas 20 contra 1, los mismos que jamás se joderán el codo cuando van en moto porque su casco evitará cualquier lesión en tan vital zona de nuestro organismo. Todos esos que parecen que tienen equipaje, peluquero oficial, tienda de piercing y tatoos, etc. Son ellos la lacra que sufre nuestra sociedad, junto con otras muchas, pero por ser a mi modesto modo de entender la más evitable, la que primero trataré.

A mí me tocan especialmente las narices que sean unos defecadores precoces cuando realmente llega el momento de actuar y estás en igualdad numérica o en inferioridad pero no por muchos efectivos. Batallas en las que si no son al menos 5 más, rápidamente se rilan y se pierden, eso sí, insultándote en la inmensidad de la noche, y con sus dos cojones todavía se piensan que porque se tienen que ir, que si no estas muerto, y ya te cogere a solas cuando vaya con 20 o 30 más como yo y entonces hablamos. Esos pequeños retrasados me la tocan. Y la culpa es de los padres y de una sociedad excesivamente tolerante, se pueden casar ya hasta los gays. En nuestros tiempos si te atrevías a hacer algo similar, la somanta de hostias que te caían eran incontables y de un plumazo se te borraba la tontería. Además solían ser, salvo excepciones, luchas nobles, a ver quién de los dos es más animal. Y si no era en la calle, cuando llegaba a casa y mi padre me felicitaba por lo majo que soy, lo guapo que soy, lo bien que me porto con la familia y después te venía el remazo, que ni Astillero dopados, por ser tan sumamente gilipollas, y que "mejor que te le de yo a que te lo den en la calle, ¿no?" Y eso con el tiempo está degenerando en protoniños con spyder, muelles chandal blanco, ceniceros en la cabeza ...

Por dios, desde esta tribuna pido la unión de civilizaciones, a quién se le habrá ocurrido semejante tontería, para intentar corregir a estos niñitos, y si es a base de hostias pues mejor, que con todas las que nos dieron a nosotros cuando éramos pequeños, alguna nos tocará dar ahora. Seamos fuertes y duros, pero nunca violencia gratuita.

Pull the string and then will never rain

Originally posted by Juan_isho

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues sí. Yo como hermano mayor y supervisor de la salud mental y física de una hermana de 11 años opino que como algún anormal de esos se acerque a menos de 10 metros de ella voy a comenzar la limpieza por la vía rápida. Que le voy a dar matarile hasta que no sepa ni de dónde viene ni a dónde va. Una ostia se la come fijo porque por no ir a buscarle la segunda se la ahorrará.

He dicho.