sábado, marzo 19, 2005

Todos tenemos un pasado Vol.III

Sigamos conociendo a los alegres muchachos componentes de esa agrupación furbolera que actualmente se hace llamar, en un alarde de originalidad sin precedentes, DESCANSA. Sí, reíros cabrones, pero fijo que alguno ha picado al ver el calendario de partidos en el tablón de anuncios....¡Pardillos!

Varo

Esperemos acertar si decimos que apareció un 17 de Julio del '82

Échenle un 1.70 y pico metros tal que asín, de arriba a abajo

Con más peso que Tomé y menos que Juan_isho

Aquí tenemos de nuevo otro caso de alguien que fue picando de flor en flor hasta encontrar su verdadera vocación deportiva en la vida. Como buen Escolapio, se inició a temprana edad en el deporte rey. No, en ese no, malpensados. Me refiero al jurgol. Y también como buen Escolapio, ante la avalancha de goleadas que recibía fin de semana sí y fin de semana también, optó sabiamente por encaminar sus pasos al mundo del fútbol con canastas. Que ganar tampoco ganó nada, pero oye, vaya palizas que se metían a los rivales a lo largo del año. Hasta el día de la final. El día de la final tanto él como sus jugones compañeros se cagaban por la pata abajo. Pero ese tema estoy seguro será tratado en posts venideros, así que mejor no menearlo por el momento.

Dado que estaba rodeado por una panda de chupones, nuestro protagonista tuvo que ganarse la vida como perro de presa. ¿Qué no os lo creeis? A ver, a cuanta gente conocéis capaz de hacer 5 faltas en menos de lo que dura un cuarto (os recuerdo, piltrafillas seguidoras de deportes como el floorball con muletas, que eso son 10 minutos). Nuestro colaborador Putter 3.0 aún se la tiene jurada desde aquel día. Pero viendo que aquello no acababa de llenarle, decidió dedicarse por completo al otro deporte que había estado compaginando con los ya mencionados: el tenis. Y es que ahí no hay compañeros que te molesten y te las puedes tirar todas.

Dotado con un revés a dos manos que ríete tú del de Arantxa y dejándose el alma en cada golpe, profiriendo gemidos por esa boquita que excitaban a los espectadores casi tanto como lo que me ponen a mí los de la Sharapova, llegó a labrarse un nombre y una reputación en tan competitivo mundo. Pero ya veis, no somos nada (y en calzoncillos menos), así que la vida universitaria le ha hecho volver al comienzo de todo, y dar con su juego de pies el toque de calidad al ataque del deplorable equipo de nuestros amores.

Cuando no está dejando destellos de calidad en el pabellón de la Uni, puede vérsele echando cabezaditas en las amenas clases telekiles, o metiéndose unas galletas de espanto con su tabla en las playas cántabras. Él dice que está cogiendo olas, pero pa mí que le cogen ellas a él. Su afición a ciertas asignaturas le ha echo ganarse el apodo kinitil de Electromagnético-man. ¡Ah! Se me olvidaba. He de haceros a todos vosotros, queridos lectores, una recomendación, así que vais a permitirme que coja mi disfraz de "vejete chino vendedor de antigüedades que sale en los Gremlins" para que os advierta de que si algún día salís de farra con él, nunca, bajo ningún concepto, por mucha cara de bueno que ponga, por mucho que suplique, permitáis que consuma ese líquido resultante de la mezcla de vino y coca-cola y posteriormente le pegue unos tiros a ya sabéis qué. Y a la vicecontra. En este caso el orden de los factores no altera el proverbio, o como demonios se diga eso. Los efectos secundarios en su organismo son devastadores.

Avisados quedáis. Y Varo, hazme caso y no te engañes: mientras tengas a Gal de compañero, jamás llegarás lejos en el mundo del mus.

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