viernes, abril 21, 2006

Dos vidas en un instante

Más bien dos vidas en un mismo pabellón a una misma hora pero en dos canchas distintas, porque resulta que la 2ª jornada del Torneo de Campeones deparó una coincidencia en el calendario entre los equipos de Balonmano y Baloncesto de la ETSIIT. Y ya sabéis quién es el friki que juega a balonmano en este blog. El del baloncesto soy yo, efectivamente.

Mientras que los unos, balonmanistas ellos, habían de enfrentarse a los temibles representantes de la escuela de Náutica, los otros tendrían como oponentes a los miembros basquetboleros, jugones reconocidos, de Empresariales y Económicas. Dos partidos más de la ronda de clasificación antes de la llegada de los partidos decisivos estaréis pensando. Nada más lejos de la realidad: antes del encuentro se nos informa que ha habido un cambio de última hora en la estructuración de la competición y el primero de nuestro grupo se proclamará campeón del torneo de baloncesto. Por tanto, no hay duda de ello, estamos ante la Final anticipada del evento. Los dos máximos favoritos al triunfo final, cara a cara. Por desgracia, esta dura prueba llega quizá demasiado pronto para nuestros telecos/industriales. A la palpable falta de compenetración, propiciada sin duda por la incomparecencia de los innombrables de Caminos en la jornada anterior, se une el infortunio en forma de lesión de nuestro mejor hombre al poste medio (es que no sabemos dónde ponerle: por físico debería jugar dentro, pero le gusta más tirar de 3 que a un tonto una tiza), Tanke Tanketa, el rey de la galleta. Pero hemos de reponernos. No podemos fallar a nuestra afición. No hoy. Ante la trascendencia del partido no han dudado en venir desde lugares tan lejanos y dispares como Lugones o Roma, armados con sus bocatas, que la hora invita a comer. Hemos de sobreponernos a las adversidades y darles una alegría. Nuestros cuatro radicales merecen eso y más.

Mientras, en el campo contiguo, aparecen los nervios. Nuestros balonmanistas se quedan en cuadro ante las numerosas bajas. Tan sólo se dispone de 5 jugadores. Buenos, pero 5. Ante tal tesitura, Juanisho no lo duda y asume la responsabilidad de colocarse de portero. Sabe que van a jugar en inferioridad, que los huecos en su defensa van a ser tremendos, que lo van a bombardear más que a Bagdad, pero no le importa. Hoy es su día y nadie se lo va a arruinar, que diría David Summers.

Comienza la competeción. El partido de baloncesto comienza trabado, áspero. Las defensas se imponen a los ataques. Es mucho lo que está en juego y se nota en todas y cada una de las acciones de ambos equipos. Para muestra, el primer tiro del menda, que podría catalogarse como El peor tiro de mi carrera deportiva, y eso es mucho decir porque creedme me he lanzado cada castañita que para qué las prisas. Pero esta se lleva la palma. Una piedra a tablero de las que hacen época. Pero no de esas que dan a tabla al cuadradito y luego entran a lo Timmy Duncan, no. Una de esas que tiras de tres pleno de confianza y el balón tiene a bien dar al tablero por su parte más baja, a un lado del aro, cayendo al suelo a una velocidad bastante superior a los 9,8 m/seg^2 que os han enseñado en el cole. Un chuscazo cósmico, vaya. Baste añadir que el primer cuarto finaliza con un exiguo empate a 6. El segundo no le queda a la zaga. Llegan los primeros relevos, ellos empiezan a atinar en el tiro exterior y sus dos hombres semi-profesionales se imponen al nuestro, en evidente baja forma debido a la acumulación de partidos. Por si eso fuera poco, ante el desconcierto general nuestro jugador proto-semi-profesional (que no juega ni en primera regional, pero se cree el rey del mambo) cree haber notado al espíritu de Michael Jordan reencarnarse en su cuerpo y empieza a jugárselas todas, ataque sí y ataque también. Lo malo es que el espíritu que le había invadido era el de Basile, no el de Jordan, y así nos luce el pelo. Para nuestro alivio, la desventaja al descanso sólo alcanza los 4 puntos. Aún hay mucha tela que cortar.

Si echamos un vistazo al otro campo, vemos cómo nuestros colegas balonmanistas no dan su brazo a torcer. En ataque están poco fluidos. La superioridad numérica de la defensa rival se hace notar. Pero cuando el rival ataca, se topa de bruces con un muro impenetrable (en más de un sentido). Thomas Juanisho Svensson se muestra intratable. Las para todas. Por alto, por bajo, con la mano, con el pie, con el pecho, ¡hasta con la jeta! Ni de 7 metros se las cuelan oigan. Así se llega al descanso con una exigua ventaja para los chicos de la ETSIIT. Queda por delante toda una segunda parte de acoso y derribo de los náuticos.

La situación se complica en el basket. Su base, el gran Tazi nos está haciendo un traje a medida. Nuestra debilidad defensiva es manifiesta. Tanto como nuestra incapacidad ofensiva ante su zona, miserable, rastrera, pero efectiva, ya que el tiro exterior brilla por su ausencia en el equipo telekil. La desventaja se dispara hasta los 11 puntos al finalizar el período. La situación se ha complicado tremendamente. Pero no podemos rendirnos. Juan coma etílico propone una zona press todo el campo después de canasta para intentar recuperar balones a saco. De lo que no se da cuenta es de que eso de "después de canasta" va a estar difícil, viendo las pocas que metemos. La gente no está convencida de la táctica a seguir. Nos cuelan otra nada más empezar. Aquí mete triples hasta el apuntador. En ese momento, tras echar un vistazo a las caras de desencanto de nuestros aficionados, decido ponerme el traje de Ron Portu Harper, albañilería, fontanería, 24 horas a su servicio. Es el momento de sacrificar el brillo ofensivo por el bien del equipo. Con una presión individual por toda la cancha a su base consigo dejarles sin ideas. A un par de robos de balón les siguen sendas canastas fáciles al contrataque por parte de mis compañeros. Empiezo a buscar a Samu al poste bajo, donde su superioridad física es manifiesta. La diferencia de kilos juega a su favor. Para rematar, cuelo un triple. Estamos a tan sólo 1 punto, pero mi defensa ha sido tan asfixiante para ellos como para mi, por lo que he de sentarme en el banquillo en busca de resuello. Qué queréis, uno ya no tiene 17 años. No logramos ponernos por delante. A mi vuelta a la cancha, mientras realizo una ayuda defensiva, Tazi aprovecha la ocasión y nos clava un triple que manda el partido al congelador: 4 abajo a falta de minuto y medio. En la siguiente jugada anotamos rápidamente bajo el aro. Tan sólo 2 puntos de diferencia y 50 segundos por jugar. Por desgracia, la escasez de efectivos arbitrales propicia que no existan cosas tales como el límite de posesión por lo que nuestros rivales, en una maniobra que no se veía desde lo de Cargol y Corrales en un Gijón-Lobos por el descenso, se limitan a agotar el tiempo. Hacer faltas tampoco sive de nada, ya que todas se sacan de banda. Se nos escapa el partido. Son justos vencedores. Cabizbajos, nos retiramos a vestuarios. No podremos llevar un nuevo título a las vitrinas de nuestra escuela.

Por fortuna, no todo son malas noticias. La segunda parte del balonmano ha seguido por cauces similares a la primera, sólo que esta vez Juanisho ha decidido abandonar la portería para dar un clinic de cómo jugar de central. No como Pablo Alfaro, sino como Ivano Balic. A pesar de ello, está fallón de cara a puerta. Los efectos de la inferioridad numérica y de la buena vida se dejan notar. Pero la calidad sigue ahí y es mucha, por lo que finalmente nuestros representantes se alzan con una victoria por 4 goles de diferencia que les encumbra en lo más alto. Tras su exhibición de hoy, tienen el título a tiro de piedra. El día que sean por lo menos 7, que se echen a temblar los rivales.

Una jornada que podría haber sido para el recuerdo, se queda en sólo medio-recuerdo. Mientras que los balonmanistas lo tienen todo a favor para alzarse con el campeonato, a mi equipo tan sólo le queda salvar la honrilla derrotando en el último partido de la liguilla a los representativos de Ciencias. Pero eso, amigos, es otra historia que ya veremos si os cuento.

2 comentarios:

el_irlandés dijo...

Bueno, non ti preocupare, todo el mundo sabe que lo importante es la borrachera de después. Lo de hacer deporte es sólo para que te entre más líquido.

Juan_isho dijo...

Los balonmanistas ya se alzaron con el trofeo, era un cara o cruz, la gran final, sin anticipación, en su justo momento, con 5 jugadores, pero con 2 cojones muy grandes.

Sólo puedo decir que a pesar de mi paupérrimo 1-6, el gol que marqué fue el de volver a ponernos por delante en el marcador. Y en el campo de las asistencias tan sobresaliente como siempre. Soy un jugón, jejejeje.