lunes, diciembre 12, 2005

Ellos siempre ganan

Como el casino. Salvo el de Santander que no sé si será una leyenda urbana pero comentan que es el único del mundo en el que la banca pierde, que tiene tela el tema. En Santander somos asín de chulos. Pero yo no me refiero a los bancos, ni a los casinos, ni a los corredores de apuestas y evidentemente mucho menos al Madrid club de fútbol (no quiero ahondar en la herida). No. Yo me refiero a los entes que mueven los hilos en las altas esferas universitarias. Cabrones.

Como todos ustedes saben me di más prisa de la necesaria en acabar la carrera y entre otras comodidades que no voy a relatar aquí pero entre las que se encuentran el hecho de no tener que saber cómo coño funciona una lavadora o porqué los huevos no se cuecen, perdí ese trocito de plástico verde que te dan al entrar por la puerta justo después de que deposites tu dignidad en la papelera de la derecha. TUI lo llaman. Tarjeta Universitaria Inteligente. Tócate los bajos. Yo nunca supe muy bien para qué servía. Se comentaba por los pasillos que con el tui este te dejaban sacar libros de la biblioteca. No sé, yo ni siquiera sabía que existía una biblioteca, con que como para saber que se podían sacar libros. Hay gente que incluso afirma que estaba encima de la cafetería. De nuevo la droga hace estragos entre la juventud. Todo el mundo sabe que encima de la cafetería sólo está el cargamento de farlopa del camarero aguililla que cuando yo le dejé ya casi sabía dar vueltas (siempre múltiplos pares de un euro claro). Pues nada, otros decían que el plástico este inteligente de la ostia te daba acceso al paraninfo. Esa palabra no existe en castellano. Y mucho menos un sitio con ese nombre. Malditos tripis, están acabando con nosotros. Bueno, pues nada, salvo los politoxicómanos de turno todos sabíamos que la tarjeta de marras para lo que de verdad estaba diseñada era para que te cobraran menos en el cine cuando ibas con la churri, o el churro que yo no me meto (tal y como está el patio si se me ocurre hacer un chiste me procesan por fascista cabrón y carca retrógrado). Pues eso. Inteligente de acojonar. Dos entradas señorita, y baratas que tengo un cacho de plástico inteligente. Por dios, la inteligencia me desborda, por supuesto por supuesto que se las pongo baratas, por listo y sabio. Aquí tiene señorita. Muchas gracias caballero. Las que usted tiene. Y listo. La tarjetum sapiens sapiens sapiens. El siguiente paso de la evolución del hombre/a.

Bueno pues al acabar la carrera te quitan ese cacho de inteligencia que ya era como tuya y te sientes huérfano del todo. Coño, eso no te lo pueden hacer. Te dejan tonto y ni se inmutan. Ni siquiera te preparan para ello, así en plan te dejo tu inteligencia a ratos para que la separación no sea muy traumática. No, un día llegas al cine y de nuevo más chulo que un ocho dices: “dos entradas señorita, y baratas que soy inteligente”. “Pues no sé no le veo yo listo del todo, se las voy a tener que cobrar a precio normal, no da el coeficiente”. Lo huelen estas cajeras. Las entrenan en las ancestrales artes de la detección de tontos. Es imposible superar su minuciosa inspección. Son como la luz azul de grisom, pero con los tontos. Claro uno no quiere que le sucedan estas cosas así que meses antes de terminar la carrera, que crean que no eso de terminar una carrera es algo que uno ve venir, ideas un astuto plan (recuerden que aún tienes la tarjeta así que todavía eres listo) para retener tu preciado tesoro. Pero resulta que eres un vago y un dejao y tienes una pachorra física que ni maquinavaja así que lo vas dejando, lo vas dejando y al final a todo correr vas y llevas a cabo tu mezquino plan.

Básicamente consistía en ir y decirles con tu tarjeta en el bolsillo que fíjate tú, que qué despistado, que no se lo van a creer pero que has perdido la tui. Tragedia. Que necesitas otra. Y eso hice un día de septiembre justo antes de la presentación de mi proyecto que creo que ya relaté por aquí tiempo a. Me atendió una secretaria aguililla que ni se inmutó. Sólo una sonrisilla de esta yo ya me la sé. Que te crees tú muy listo con tu tarjeta en el bolsillo diciendo que la has perdido. Pero la tía está entrenada y es una profesional así que con su media sonrisa te larga una hoja y te dice que la rellenes, que ya te llamarán, y tú sacando más pecho que un gorila en celo pensando que tu astuto ardiz ha funcionado. Así que, avatares de la vida, uno acaba en la capital del imperio y efectivamente al cabo de un tiempo le llama su mamá a decirle que han llamado de la uc, que ya tienen tu nueva inteligencia preparada, que pases a recogerla cuanto antes. Y cuanto antes es el uno de noviembre que hay puente y te lo coges y vas donde la cabrona de la media sonrisa que ha derivado en una sonrisa entera y te da un sobre diciéndote que te aproveche. Gracias mujer. Y sin rellenar instancias, piensas tú, si es que soy la ostia. Y en eso llegas a tu casa y abres el sobre con tu trozo de inteligencia para otros cinco años y ves que incluso te han mantenido el número de inscripción (que, creánselo, era el 0069) y tú más contento que un vibrador en manos de jenna, y te da por fijarte en tu flamante tui y allí bien claro en times new roman blanca sobre fondo verde pone:

10/05-10/05

No sé si he dicho que era 1/11/05. Cabrones. Cabrones. Cabrones. Cabrones. Pues que sepáis que me he fumado la carrera por 35,37 € y que con las fotocopias, con los bolis, los cedeses, los disquetes, la tinta, los folios y demás parafernalia de oficina que me he mangoneado del departamento de matemática aplicada y ciencias de la computación en los cinco años podíais haber arreglado el puto edificio que tiene unas grietas como el escote de la anderson. Y además me la sopla el cine. Malditos cabrones.

3 comentarios:

Portu dijo...

Jou, pues yo me he dejado bastante más pasta que esa en mis sucesivas matrículas universitarias. Menos mal que mi incapacidad académica me ha permitido renovar la TUI por otros 4 años. ¡Hasta el 2009 descuento en el cine! (y en el Tower Bridge)

Juan_isho dijo...

Dolorosa fue la muerte de Manolete, pero sin duda mucho más esta jugarreta que te han hecho los malhechores administradores de esta nuestra universidad. De todas formas lo de menos es el cine, que puedes sacarte múltiples tarjetas que equivalen a la anterior, lo realmente duro es qué va a ser de nosotros sin la piedra angular de nuestra inteligencia, yo la tengo asegurada un par de años mas y portu mucho más. Pero qué harás ahora, cómo se te van a ocurrir las cosas. Espero nos relates todas tus experiencias sin tan preciado pedazo de nosotros.

al_pachino dijo...

yo quiero ser como Gal. El otro dia via a la morena, ya me dijo q todo bien,que venias de vez en cuando, osea q tu mano resiste almenos una semana o dos de actividad frenetica aunque no estuviese acostumbrada.