sábado, abril 29, 2006

Sobre cerdos y san martines

Asín es sin ninguna duda. Larga y dura. Me refiero a la vida, claro. Hoy mis alegres muchachos me he propuesto darles unas pequeñas nociones de cómo joder pasta a cascoporro, y no me refiero a cómo follarse un macarrón sino a cómo gastar dinero. Ustedes pensarán que eso es algo muy sencillo, que joder vaya gilipollez y que si no tengo nada de lo que escribir que no me ponga a decir sandeces sólo para rellenar líneas y postear y que portu no diga que es que no colaboro y que así no se va a ninguna parte. Y en parte dirán bien. Pero sólo en parte. Porque no hay como tener dinero para saber lo duro que es gastárselo. No se preocupen que aquí está tito irlandés para darles alguna idea.

Es trascendental para lograr seguir todos los pasos de los que consta este manual no saltarse el primero, a saber, comprarse un coche. Uno cualquiera, da igual que da lo mismo uno que otro, que azul que rosa que amarillo, que grande que pequeño, que abs que no abs, eso son nimiedades, lo único realmente importante es que sea gasolina. Nada de diesel. Diesel no nos gusta, diesel malo, diesel caca, que te haces 600 kilómetros con medio depósito y así no hay quien se gaste el jornal. Habráse visto tamaña desvergüenza, hacer coches que no gastan, si es que así va el mundo. Pues eso, un coche de esos con cuatro ruedas y un volante y gasolina.

Una vez cumplimentado este primer paso que en sí ya mola, porque tu vida deja de pertenecerte hasta más o menos el 2058 para pasar a ser esclavo de un concesionario de coches, viene el segundo punto de una trascendencia equiparable a la del primero: tener mono de esquí. Me refiero a mono de ganas, no de orangután o simio, de esos que ahora tienen derechos y deberes según la constitución y por la gracia de dios. Quizá pueda asaltarles la duda de cómo saber si lo que tienen es mono de esquí o simplemente muy mala ostia, fácil, si han esquiado toda su vida al menos 20 días al año y esta temporada llevan sólo 8 y cada vez que ven unos esquís les dan ganas de metérselos por el culo al hijo puta de su jefe que le convenció para largarse de su tierruca donde hay montañas y pistas y nieve y todas esas cosas indispensables para la práctica del deporte blanco, eso es mono de esquí. Si simplemente queréis acabar con vuestro jefe sin ninguna razón aparente, eso es mala ostia. Y la combinación de ambas es una bomba de relojería, se lo digo yo. Bueno que me disperso, mono de esquí. En realidad si lo que queremos es machacar el sueldo también valdría con tener mono de farlopa pero esto es un punto que aún está por investigar. Cuando uno tiene el síndrome de abstinencia esquiatorio se comporta más o menos normal, salvo que cuando se acerca semana santa le entra una paranoia compulsiva y busca desaforadamente cualquier sitio de más de 2000 metros de altura o altitud al que poder largarse cuatro días a quemar glucógeno porque empieza a nublársele la vista. Y eso hace. A andorra a pie de pistas, a hotel y en coche de gasolina que para eso se ha cumplimentado el primer paso. Correcto, más madera.

Después del segundo siempre viene el tercero y esta no va a ser la excepción. Tercer punto del manual para gente que no sabe qué hacer con su dinero. Coger el coche, recoger a una morena cualquiera, y largarte para Andorra más chulo que un ocho y aparta de ahí que voy y soy de santander. Y ahí que sales de santander con eisidisi a toda ostia en tu coche gasolina inmaculado, y ahí que vas charlando en animada conversación, y ni te das cuenta y ya estás en bilbao, coño joder esto es pan comido, y que sales de bilbao y te diriges a donostilaostia, y metes el regulador de velocidad del coche que para eso te lo cobraron, y a esta furgoneta me la calzo que va pisando huevos y… ostia puta, pues no me la calzo porque acabo de ver que se acaba el carril de adelantar y ráspido ráspido ponte detrás, ostia qué cerca estoy y qué despacio va, pisa freno pisa freno capullo, pisa más freno que no da tiempo, pisa más freno subnormal, y ahí que se ilumina todo el panel frontal con lucecitas que dicen ABS y ESP y otra un poco más a la derecha que dice inminente aterrizaje forzoso abróchense los cinturones. Tú sigue pisando freno pero intenta meterte por el arcén a ver si ganamos unos metros, puto arcén de mierda no entra ni una bici, date por fornicado genio, tocas a rebato, sálvese quien pueda, mariquita el último y ostiazo al canto. Claro que sí, porculizar furgonetas en autopistas es de puta madre. Bueno no problem, tranquilidad que le hemos dado flojo. Al arcén, ahora sí que entramos, tiene huevos el tema. Bájate del coche gasolina antes inmaculado a hacer un test de daños. Tranqui joder, que le has dado flojo. Flojo por mis cojones. Flojo se te pone a ti el culo cuando ves el puto coche gasolina inmaculado. ¿Y mi faro? te preguntas. Ahí atrás subnormal, a unos 100 metros, si coges escoba y recogedor lo mismo con un poco de paciencia, 37 años y dos operaciones de retina consigues recomponerlo. ¿Y mi capó, no era recto?. Sí, tonto del culo, lo era, ahora es más bien una uva pasa, pero no te preocupes que me han dicho que esta primavera se lleva la arruga. Cuyons, el puto trasto lo que es andar, anda, pero no sé si está para llegar a andorra. Definitivamente la neurona se te ha atrofiado chaval. Grúa y para tu casa, que mañana será otro día.

A todo esto el de la furgoneta yo creo que se había fumado un psicotrópico el tío, porque con su pachanga que se baja, mira su furgo, mira lo que queda de mi coche, recoge un trozo de 5x5 de su defensa que se había caído (esos eran todos su daños), la mete al maletero, comprueba que andamos y que tenemos todas las extremidades en su sitio y comenta: “Bueno, estamos de acuerdo en que ha sido culpa tuya ¿no?, digamos que choque por alcance”. A su madre me follaba yo si alcanzara, gilipollas. Es lo que tiene que la culpa sea tan claramente tuya, que no sabes qué decir y siempre acabas recurriendo a las madres. Bueno en realidad el tío majete nos escolta hasta la salida de durango, llamas grúa, viene grúa, gruero se descojona al ver todos los esquís y demás parafernalia en el coche, tú quieres matar gruero, te retienes y con las mismas te vuelves para la tierruca lugar del que nunca debiste salir. Eso sí, uno es como es, y de la que vuelves sentado entre gruero y morena, con tu semicoche detrás que da pena mirarlo, ¿qué haces aparte de soltar cuatro chistes mal traídos?, pues lo mismo que cada vez que te subes en un vehículo motorizado, dormirte. Claro que sí, con dos cojones. El gruero preguntando a la morena que si estás bien y la morena claro, qué va a decir. Sí no se preocupe es que el subnormal este es asín.

El cuarto paso señores es plantearse el siguiente interrogante. Yo quiero esquiar. No me devuelven el dinero. ¿Voy a perder los cuatro días de esquí?. Claro que no, eso no tendría ningún sentido cuando puedes seguir gastando dinero, y alquilarte otro coche (porque ya de puestos mejor destrozar dos que uno), y venga que por mis santos cojones que esquiamos.

Y eso es todo por hoy amiguitos, el quinto paso vendrá cuando el seguro, que de momento paga porque estaba a todo riesgo, me lo cobre y bien cobrado al ir a renovar. Pero esa es otra historia que quizá cuente en su momento.

Sean felices y nunca dejen que nada les quite el sueño. Happy happy para todos.

2 comentarios:

Portu dijo...

Este...umm... yo iba a comentar algo gracioso y divertido, pero quizá no sea lo más apropiado tras esa soberana galleta que nos relatas.

Eso te pasa por comprarte máquinas de matar de 4 ruedas y una de repuesto, en lugar de empezar con un R5 como las santas escrituras mandan. Estos homínidos de hoy en día ya no respetais nada.

el_irlandés dijo...

Algo gracioso y divertido es lo suyo. Siempre apropiado cosas graciosas y divertidas.

Además la galleta no fue súper galletón, se quedó en galleta sin más, lo que pasa es que los coches de hoy en día se arrugan con mirarlos. No como las furgonetas de antes. Para muestra un botón.