SÁBADO 24 de Septiembre
VENCIDOS POR CASTROVERDE
Sí, por Castroverde. Sé que la gran mayoría de vosotros estará despistada ante este comentario porque no estará al tanto de mi pretérita y efímera carrera baloncestística, pero veréis cómo enseguida entendéis por donde van los tiros.
De un lado, tenemos a un tío rubio, alto y espigado que las enchufa de todos los colores, acompañado por dos bajitos muy bajitos que meten pocas, pero en el momento adecuado, y seguido por otros nueve secuaces que se dedican a hacer el trabajo sucio.
De otro, doce tíos que objetivamente son bastante mejores, y así lo han demostrado durante el año, pero que a la hora de la verdad defienden menos que Ronaldo y demuestran tener la dureza mental de una gamba. O sea, que acaban perdiendo. Calasanz es así.
Ésta es mi visión una vez transcurrido prácticamente un mes de los hechos acaecidos sobre la cancha del Beogradska Arena la tarde ya fatídica del sábado 24 de Septiembre. Nada más acabar el partido mi opinión difería un poquito de la que ha plasmado y el mensaje que le escribí a mi padre decía algo así como: "Patético. Mi impresión en caliente y poco objetiva es que hemos sido vencidos por UNA PUTA BANDA, en mayúsculas y con todas las letras". A la hora de contestar, el hombre fue moderado en su respuesta, que era del tipo: "Aaaay, infelizote, ¿y qué te creías tú? Cómo se nota que has vivido pocas de éstas". Traducción: Somos España. Somos lo peor.
Y es que el día ya empezó torcido gracias a los ronquidos "Cochino jabalín style" de uno de los amigos australianos. Que estaba como para decirle nada, que parecía un armario empotrado alicatado hasta el techo. Así que a joderse tocan, a las 6 de la mañana despierto y sin poder cerrar el ojo. Por fortuna, unas 3 horas después el colega nos dió un respiro y aproveché para dormir otro ratillo. Miguelo no tuvo tanta suerte y optó por levantarse y dar un garbeo por la city. Por si fuera poco, tras levantarnos y ducharnos (con agua fría, claro, la duda ofende) nos viene a la habitación uno de los eslovenos juerguistas de la noche anterior, resentido porque le mandamos a tomar por dengue, y se pone a decir que si los españoles somos siempre tan guarros a la hora de entrar al baño, que lo habíamos dejado todo hecho un "blaff". Andaaa, deja de incordiar y vete a cagar, rubito, que no estamos para bromitas.
Claro, ante esta situación pensamos que lo más conveniente sería buscarse otro alojamiento para nuestras tres últimas noches y a ello que nos pusimos aprovechando que quedaba un buen rato antes del comienzo de la sesión baloncestística. Sin éxito, of course. Pero durante nuestro trayecto pudimos inmortalizar más ejemplos de arquitectura de posguerra, tan en boga por estos lares. Calatrava, aquí te dan trabajo fijo.
120 metros cuadrados habitables. Ventilación natural.
Y no puedo dejar de reseñar la curiosa concepción que se tiene de Europa y sus países conformantes en estas tierras.
Una vez más, a engullir pizzas donde siempre y hala, a tirar millas pal Novi Beograd. Como ya supondréis, al cacheo le sigue la "13-14" para colocarnos en "nuestros sitios". A aguantar un rato a los eslovenos, que tienen el sentimiento neo-nacionalista muy arraigado y gritan mucho y tal. Después a los griegos, que no la han visto más gorda en su vida con esa remontada de 7 puntos en 50 segundos, en la mejor tradición "Esto no lo pierde ni el Tau". Francia, eres grande. Lo de Parker pase, porque estaría pensando en cómo iba a celebrar el pase a la final con la Longoria y así no hay hijoputa que se concentre en cómo tirar desde la línea de personal. Pero lo de Rigaudeau no tiene perdón. Si es que tenía que ocurrir. Esa cabeza ladeada en ángulo imposible tiene que afectar a la puntería por cojones.
Lo que ocurrió después me sigue produciendo pesadillas por las noches en las que sólo atino a ver a Calderón tocándose la maza y protestando a los árbitros, amén de quedarse en medio campo levantando los brazos después de meter una bandeja, permitiendo de ese modo que un alemán algo más avispado se quede sólo debajo de la canasta, además de a Garbajosa colocado a 16 metros del aro diciendo "dámela que ahora sí que la meto, que soy un 4 tirador", así que mejor paso de comentarlo.
En nuestro paseo callejero de vuelta al hotel vemos con envidia el fiestón greco-esloveno que hay montado en el centro. Cenamos .... sí, vale, lo habéis adivinado: un par de pizzas donde siempre. Nos topamos con nuestros compis australianos que están de farra. Tratamos de comprar un helado, misión que se descubre imposible a esas horas de la noche. Pasamos por callejuelas poco recomendables donde presenciamos el inicio de una "discusión entre amigos" (ante la que aceleramos el paso, of course). Y en las proximidades de nuestro hogar nos topamos con una limusina de las de quitar el hipo.
Serbia y Montenegro, una tierra de contrastes
Al menos en el pabellón, justo antes del partido de España conseguí una foto con el más grande, que estaba por allí de parranda. No todo iba a ser malo, ¿no?
Caviar con choped
3 comentarios:
Hombre tío, a mí me parece un poco injusto calificar a herreros de chopet después del triple que metió.
Jo macho, tú sí que me quieres. ¿Estás seguro de que sigues siendo heterosexual?
Herreros choped, por dios q menos q llamarle mortadela o jamónyork. Es como la corteza del pan bimbo. Me atrevo a decir que es un mi, (casi un mito). Un tío majo que dejó a muchos vascos con cara de tontos, y eso nos mola
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