miércoles, octubre 26, 2005

Crónicas Balcánicas VI

DOMINGO 25 de Septiembre

EUROPA ES AZUL

Pues sí, hoy también tocan ronquidos, pero por mis narices que hasta las 12 no me levanto de la cama. Que Oscar ha dicho que el Rusia-Croacia por el 7º puesto se lo van a comer los rusos y los croatas y yo pienso seguir su consejo. Tras experimentar la sensación, novedosa tras los últimos días, de una ducha con agua caliente, en la que apenas hay que realizar contorsionismo, el inefo (aka Miguelo) y moi nos animamos a poner a prueba nuestro nivel de inglis pitinglis entablando conversación con uno de los compis australes. Y decir que salimos escaldados es suficiente. ¡Qué rápido habla el jodío!


Robert Smith + The Edge + ?? + Antonio Carmona = Musicón


De camino al pabellón topamos con un lugareño que tras quedar prendado de la camiseta del domano (es que eso de Kill Bush genera simpatías por doquier) nos ameniza el trayecto relatándonos anécdotas de la guerra. ¿A que no sabíais que durante la misma la televisión serbia se dedicaba a pasar noche tras noche una película porno en la que uno de los actores salía ataviado con una máscara de Bill Clinton? El saber no ocupa lugar. El cacheo de rigor a la entrada de la Arena ya nos le hacen sin ganas ni ná. Aunque coño, ya son 4 días. Ya nos conocen los caretos. Podían pasar de nosotros, ¿no?


Señor agente yo no he bebido ná


Anyway, que dijo el sabio, disfrutamos desde "nuestros asientos" del partido por el quinto puesto y a su finalización comienza la búsqueda de un lugar para comer algo calentito antes de que empiece lo bueno. Poneos en situación: domingo. Belgrado. Afueras. 4 de la tarde. Efectivamente: no hay nada abierto. ¿Nada? Un pequeño garito llamado "Gyros", en cuya entrada hay un cartel que reza "Hablo español", nos llama poderosamente la atención. Y es justo reconocer que decir que el jefe es un fenómeno es quedarnos cortos. Resulta que el hombre había estado currando en Mallorca unos cuantos años y es un cachondo. No deja de repetir latiguillos como "joder, tío" o "qué cabrón, tío". Nos pregunta si siguen pasando por la TV "esa serie tan buena" que resultó no ser otra que "La casa de los líos", de la que le había quedado un grato recuerdo de "Arturín, chatín". Por si fuera poco, se tira el rollo y al vernos con cara de hambre nos prepara unos panes con una salsa especial, totalmente gratuitos, que a mí me sabe a gloria bendita. Los lituanos que estaban esperando su comida nos miraban totalmente asombrados. Ajo y agua, haber sido de Spain. Después de engullirnos en un tiempo estimado de 0, (o sea, 'cero coma') el kebap de pollo que se curra, volvemos al pabellón, donde esta vez ya ni nos cachean. Cachis la mar. Tiene que empezar a mejorar nuestra relación justo ahora que llevábamos una botella de 2 litros de Coca-Cola vacía en la mochila para echarnos unas risas.

Al subir, pequeño chasco: al tratarse de los dos últimos partidos, se incrementa la seguridad y hemos de quedarnos en nuestros sitios de verdad, los de los lituanos. Eso sí, antes de ir a ellos, es hora de tirarse una fotuca con nuestro coleguita segurata, que se lo ha currado estos días.


A lo serbio: Tierra, familia y libertad


Asistimos en lugar privilegiado a la HUMILLACIÓN que nos infligen los gabachitos en la disputa por el bronce (¿Por qué eres tan bueno, Mickael?), sufriendo además los cánticos llenos de sorna de un amiguete lituano situado a nuestras espaldas. No para el tío de cantar eso de "¡Qué viiivaaa España!". Y por si todo ello fuera poco, a mí me va a tocar al lado LA ÚNICA LITUANA FEA. Es que esta parte no la he relatado hasta ahora para no poneros cardíacos, pero es que en esta tierra, miraras a donde miraras, ya fuera en la calle o en el pabellón, veías a una diosa. En serio, no es coña. Serbias, rusas, lituanas, griegas... Impresionante. No había visto tal reunión de carne de primera calidad ni en El Rincón del Gourmet. Pero sí, efectivamente, la OPBL (Old Portu's Bad Luck) volvió a ponerse de manifiesto y me tocó lo peor de Orión en el asiento de al lado. ¡Porca miseria!

Lo bueno es que el ambientazo de la final me lleva a ignorar tamaña desgracia. Los griegos, mención especial para Papaloukas, juegan como hay que hacerlo y los alemanes reciben las suyas y las de un bombero. Dirk se percata de que ya bastante ha hecho con esa tropa que lidera y se da un baño de multitudes digno del jugón que es al ser sustituido a 4 minutos de la conclusión.


We aren't the champions, my friends


A la salida del pabellón, nos topamos con unas señoritas perfectamente uniformadas que se prestan solícitas a sacarse una foto con unos machos ibéricos como nosotros. Y es que resulta que eso de UPA Dance ha pegado fuerte por aquí, y una de ellas, Sasha, de Vojvodina, posee un increíble nivel de español que la lleva a saber intrincados giros de nuestro lenguaje tales como "Hola, mi nombre es Sasha. Dame tu pasaporte" o "Sámbame con todo tu cuerpo". Claro, ahí tengo que salir con la gran "Tú dirás que estoy loco. Loco, loco, loco", himno generacional donde los haya.


Sentimiento rojiblanco


Después de despedirnos de ellas, como ya imaginaréis sin haberse producido ningún avance amatorio digno de resaltar, seguimos camino detrás de un grupete de griegos, aprovechando Oscar et moi tal circunstancia para ponernos a gritar "Hellas, Hellas" cual ateniense ebrio, con lo que logramos que uno de ellos se acerque extrañado. En ese momento le comunicamos nuestra admiración por lograr proclamarse en menos de un año Campeones de Europa tanto en fútbol como en baloncesto, a lo que él, solemnemente y en un Inglés aún más precario que el nuestro, replica, usando sus dedos como herramienta de enumeración: "Football, Basketball... and Eurovision. Europe is blue" Sí señor, Nektarios, eres grande. Y más grande es tu respuesta a mi pregunta de "¿Qué coño es lo que cantáis en el pabellón?". Verbigracia: "Hellas, my country. And Oe, after Oe, after Oe.... ¡Oeeee, Hellas oeee, oeee!" Mi cara de gilipollas en ese momento sí que no tiene precio. A la hora de seguir distintos caminos, Nektarios, que es un tipo observador, nos propone reencontrarnos en el plazo de un año en el mismo lugar, porque también él se ha fijado que las niñas aquí son de un nivel superior. ¡Trato hecho, coleguita!

Una vez llegamos al centro, la fiesta que tienen montada los griegos es curiosa. Coches pitando, banderas por doquier, sirtakis callejeros... claro, algún serbio se cuela de rondón y aprovechamos su estado de embriaguez para degustar el licor típico de la tierra. Decir que es fuerte es quedarse corto. ¡Y los cabritos incitándome a que repitiera! Quita hombre, quita, que a saber dónde puedo acabar si sigo degustando.


Vamos a bailar un sirtaki a la plaza del pueblo


Para olvidar nuestras penas cenamos con nuestra amiga la pizzera y enfilamos hacia el albergue con la sana intención de disfrutar algo de palique antes de meternos a la piltra, pero ¡oh sorpresa! Nuestra habitación está ocupada. Y mucho: ¡Betty está durmiendo en el sofá! ¡Horror! Viendo que no hay nadie a la vista, salimos al "salón" y nos ponemos a trastear con el PC, que aunque parezca increible cuenta con entrada de TV (¡y con canales porno!), hasta que llega Gunther con una churri y charlamos un rato con él sobre la victoria de nuestro paisano asturiano, el del coche ese de colorines y pegatinas, en Brasil y demás trivialidades, mientras vemos el canal internacional de TVE, que resulta ser de lo más hardcore, toros y flamenco, y la pava va quedándose sopa. Al rato optamos por marcharnos a nuestra habitación, pero no sé por qué me da que le jodimos el plan al bueno de Gunther. Somos únicos en este tipo de situaciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo que dar un diez a lo del OPBL, nunca tanto sentimiento fueron encerrados en tan poco espacio... jajaja