domingo, enero 15, 2006

Casualidades casuales

Las cosas que pasan en la vida. Acojonantes. Dignas del Jesús Quintero, el cuñao, los ratones coloraos y toda la pesca marinera. Supongo que saben que hace quince días fue 31 de diciembre, zum zum zum y todo eso. Y qué se hace un 31 de diciembre, pues lo que todos los 31 de diciembre: te levantas con algo de fiebre y el estómago bailando el jula jop alrededor del ombligo, te cagas en tó bicho viviente, casi no comes, te drogas para ver si se te pasa lo de la tripa, vas a correr la San Silvestre, echas el higadillo con el colega espabilao que te acompaña, subes a casa, te duchas, te vuelves a drogar porque las San Silvestres no están del todo indicadas para estómagos quejumbrosos y fiebres tifoideas, cenas en familia, ves a ramontxu y el tanga del repollo con lazo hasta mañana corazones, dices por el culo te la inco aunque no rime porque así tiene más gracia, ves un rato las caderas de chenoa, el baile de sambito de chayanne, a los del río con otra macarena, a la de la hola con 57 kilos menos, a kamela y el organillo, a los presentadores sin ninguna puta gracia, cambias de canal y vuelves otra vez a ver lo mismo (qué velocidad para ir de un sitio a otro estos artistas de hoy en día), te tuneas a muerte, americana y todo, nada de corbatas, pagas 35 euros (bueno eso lo hiciste la semana anterior, licencias de autor), te alquilas un bar para estar en la intimidad con 134 amiguetes, compras 103 botellas de alcohol del medio bueno para minimizar los daños del día 1 y asegurar que todo el mundo se quede a gusto y nadie venga a decirte que es que a él no le alcanzaron las copas (si fuese así hay que explicarle que tiene un problema y que hay gente especializada que le puede ayudar en el trasplante de hígado) y te pasas la noche de farra diciendo sandeces, bebiendo copas a cascoporro y repartiendo genialidades a diestro y siniestro entre todas las cachondas del local cuando no miran las morenas.

Bueno en mi caso lo de las copas se vio reducido al mariconesco número del que me siento avergonzado de 4, pero valga en mi defensa que a medida que la ingesta de alcohol iba in crescendo el dolor de tripa aumentaba proporcionalmente y que al llegar a la cuarta amenazaba muy seriamente con expulsar allí mismo sin aviso ni mediación posible ni un cuidado y fuera todos que evacúo, hasta el primer potito nutribén que mi madre tuvo a bien darme en un pasado muy lejano (ese Portu bienvenido al club de los 24). Pues eso, que yo no amorticé como es de rigor los 35 napos. Pero bueno, eso ya lo hizo mini_yo, los míos y los suyos y los de parte del bar de al lado así que al final todo queda en familia. Pues resulta que a cierta hora de la noche que no viene al caso pero en la que estoy seguro de que yo ya me había pasado a la cerveza (todo el mundo sabe que la cerveza calma la tripa) y el señor mini_yo estaba perfectamente siempre y cuando no se soltara de la barra en cuyo caso tendía a acercarse peligrosamente rápido a las baldosas, va este último sujeto y haciendo un alarde de equilibrio y saber estar consigue de manera milagrosa y sin apenas tropezones ni contratiempos acercarse hasta mi persona abrazado a su sempiterna copa y me comenta que hay una chiquilla que dice conocerme. Coño. Siempre está bien saber a qué chiquillas conoce uno, pensé yo. Y ahí que voy a ver quién es la afortunada, y mini_yo que me dice esta es Almudena (o Susana, o María, o Pepa, o sor Gertrudis de todos los santos y parte del extranjero que no lo recuerdo), y yo que miro a mini_yo y pienso que ya debería dejar lo de las copas porque yo a esa chorva no la conozco, ni me suena ni ná de ná. Pero claro la otra te mira sonriente así que qué vas a hacer, pues dos besos y qué te parece la fiesta y un chiste y a ver si te dice algo que te refresque la memoria y la consigues centrar en algún punto de tu cerebro porque seguramente la conociste un día de fiesta y fuiste muy majo y qué chico tan simpático y ella se acuerda y tú no porque ibas borracho como un piojo y ahora a ver qué coño la digo y saca conversación de donde sea. Situación esta que se repite periódicamente en mi deambular por el mundo. Y después de un rato no muy largo pues la digo que mira, que yo soy así y que no tengo ni pajolera idea de dónde la he visto, ni cuándo, ni qué la dije ni si tuvimos sexo o no, y que desde el cariño y lo buena gente que me lo recuerde para que no siga sufriendo en silencio. Y ella que se vuelve a sonreír y a ti que te suena la sonrisa pero no sabes de qué y va y te suelta:

“Yo soy la que te dio la tui el otro día”.

Como que en Santander hay mar y en Madrid no que es cierto esto que escribo. Y yo no estaba mamao. Acojonante pensé yo. De expediente x. Y la tía se acuerda la muy cabrona y todavía me lo restriega. Cabrones. Cabrones. Cabrones. Eso dio lugar a más conversación en la que yo la comentaba como había recibido la inteligencia caducada y ella se despollaba de mi y me explicaba muy poco convincentemente que tú verás que yo soy una mandada que si por mí fuera y que me caes muy bien. Lo que me faltaba, cornudo y apaleao.

Así que después de la experiencia paranormal, de otras cuatro cervezas, de otros enecientos chistes, más risas y pocos excesos pues me piré para casa muy bien acompañado (cosa fácil cuando tienes todo el pescao vendido antes de empezar) a terminar el año como dios manda que son las ventajas de no estar tajao como una cuba, que se pueden terminar los años como dios manda.

4 comentarios:

Portu dijo...

Confiesa perraco, lo tenías preparado. No es posible tamañana coincidencia.

Y yo hubiese estado encantado de amortizar convenientemente tus 35 euros, pero como no había forma de que dieras señales de vida.... Será que estabas dando la bienvenida al nuevo año como sólo tú sabes.

Por lo demás, gracias por admitirme en su club y felicidades a usted también por haber entrado en él. Al resto perdónales, porque son jóvenes y no saben lo que hacen.

Juan_isho dijo...

Os estáis haciendo mayores y eso os hace tener imaginaciones. 24 están bien pero es un poco pronto para empezar con los delirios. Es imposible que un miembro eficiente de nuestra administración universitaria te restreigue por tu cara su astuta acción, coordinada sin duda con la maléfica maquinaria de cinesa.

En fin tío que como aquí sabemos esto es un pueblo y sabes que hagas lo que hagas siempre va a aparecer alguién que te haya puteado o este a punto de hacerlo.

A cuidarse por los madriles que hace fríos.

al_pachino dijo...

Como no se va a acordar del tío a quien se la colo...ella solo quería saber como te iba con tu tui caducada, nada más.

Por cierto, ¿sabes dónde venden ese pescao? yo tambien quiero irme a casa con esa sensacion del trabajo bien hecho y culminado.

Anónimo dijo...

Yo doy fe (principalmente por lo que me contaron al día siguiente) de que la expendedora de TUIs caducadas estaba allí, de que yo la conocía y de que yo sí que amorticé mis 35 napos. Pero he de recalcar que NO me acercaba a las baldosas si me soltaba de la barra, y que si estaba allí apoyado era porque me resultaba cómodo el pico de mármol.
Yo soy muy hombre y no me emborracho, son los demás los que tienen alucinaciones y deberían bajar el consumo de estupefacientes.
Lo que sí que puede ser es que el gallo-gallo de control mental ejerciera cierta influencia sobre mí esa noche... debía de andar cerca.
He dicho!
mini_yo