O "Están locos estos irlandeses".
Domingo. Mayo. Tras cinco días dando el callo (o simulándolo) en la Universidad, el sábado decides consagrar el día a viajar hasta la cercana Asturias para demostrar que eres un hombre de los que ya no quedan y meterte 120 kilómetros (sí, los 110 reglamentarios más los 10 correspondientes a coger el camino equivocado en un cruce) de bicicleta entre pecho y espalda. Kilómetros entre los que se incluían ciertas rampitas infernales de digamos más que difícil subida.
No pasa nada. Tus amigos y tu novia ya te conocen, saben de tu afición a la bici y no te critican tamaña estupidez. Es más, se sienten orgullosos por tu hazaña a la par que aliviados, porque así durante unas horas se libran de tus chistes malos. Y a tu vuelta, una vez oido tu relato, exclaman al unísono un sonoro "¡Ahí tus huevos, campeón!".
Ante esta tesitura, ¿a qué dedicaráis todos vosotros el domingo? A dormir muuuucho, dirán algunos. A descansar tiraos en el sofá viendo a Alonso (que es lo que está de moda ahora en este país en el que de la noche a la mañana todos entendemos de Fórmula 1 y nos apasiona ese ¿deporte?) opinarán otros. Los más atrevidos quizá osarían ir hasta cualquier playa santanderina a tostarse al (poco) sol o a jugar al deporte autóctono por excelencia, ejemplo de colusión donde los haya (si no has cogido alguna vez en tu vida una asignatura relacionada con la economía es más que probable que no pilles esto último... se siente), las míticas palas (ojead la revista Marejada de este mes ¡ya! Además de salir fotografiado una vez más Tomé, y ser destacado su culín, viene un reportaje chachi piruli acerca de las palas).
En cambio, ¿qué haces tú?
......
Pausa dramática para aumentar el suspense de la narración.
.....
¡Te vas a la I Carrera Popular Universitaria! O sea, que tras la paliza del día anterior, optas por la sana idea de pegarte una carrerita de 8.3 kilómetros de nada por las calles de la City, alentado por tu querido amigo Juan_isho, que se apunta a un bombardeo, cuyo tío ha sido el principal culpable de meteros en este embolado (menos mal que Portu es un tío avispado y eligió declinar la oferta de unirse a la "expedición")
Domingo. Mayo. Tras cinco días dando el callo (o simulándolo) en la Universidad, el sábado decides consagrar el día a viajar hasta la cercana Asturias para demostrar que eres un hombre de los que ya no quedan y meterte 120 kilómetros (sí, los 110 reglamentarios más los 10 correspondientes a coger el camino equivocado en un cruce) de bicicleta entre pecho y espalda. Kilómetros entre los que se incluían ciertas rampitas infernales de digamos más que difícil subida.
No pasa nada. Tus amigos y tu novia ya te conocen, saben de tu afición a la bici y no te critican tamaña estupidez. Es más, se sienten orgullosos por tu hazaña a la par que aliviados, porque así durante unas horas se libran de tus chistes malos. Y a tu vuelta, una vez oido tu relato, exclaman al unísono un sonoro "¡Ahí tus huevos, campeón!".
Ante esta tesitura, ¿a qué dedicaráis todos vosotros el domingo? A dormir muuuucho, dirán algunos. A descansar tiraos en el sofá viendo a Alonso (que es lo que está de moda ahora en este país en el que de la noche a la mañana todos entendemos de Fórmula 1 y nos apasiona ese ¿deporte?) opinarán otros. Los más atrevidos quizá osarían ir hasta cualquier playa santanderina a tostarse al (poco) sol o a jugar al deporte autóctono por excelencia, ejemplo de colusión donde los haya (si no has cogido alguna vez en tu vida una asignatura relacionada con la economía es más que probable que no pilles esto último... se siente), las míticas palas (ojead la revista Marejada de este mes ¡ya! Además de salir fotografiado una vez más Tomé, y ser destacado su culín, viene un reportaje chachi piruli acerca de las palas).
En cambio, ¿qué haces tú?
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Pausa dramática para aumentar el suspense de la narración.
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¡Te vas a la I Carrera Popular Universitaria! O sea, que tras la paliza del día anterior, optas por la sana idea de pegarte una carrerita de 8.3 kilómetros de nada por las calles de la City, alentado por tu querido amigo Juan_isho, que se apunta a un bombardeo, cuyo tío ha sido el principal culpable de meteros en este embolado (menos mal que Portu es un tío avispado y eligió declinar la oferta de unirse a la "expedición")
Efectos Photoshop patrocinados por Paint Shop Pro
Ante esto, sólo se me ocurre decir una cosa:
¡¡MOTIVAOS!!
2 comentarios:
Sólo hay una explicación a tamaña estupidez deportiva... mucho me temo que vuestro amigo es un nuevo caso de control mental por parte del gallo-gallo. Es la única explicación plausible a tan frenética actividad física.
Mantenedlo bajo estrecha vigilancia.
Mini_Yo
Yo es que soy asín. De hecho quizá me excedí un poco, porque después de la carrera pedestre estuve como tres horas sin una erección. Casi voy al médico. Lo pasé muy mal.
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