jueves, septiembre 14, 2006

Lecturas universitarias

Cuando estás en etapa escolar, eso de estudiar se hace en casa sin ningún problema. Total, para lo que hay que estudiar, tampoco es necesaria mucha concentración. O al menos, así era en mi caso. Pero claro, yo es que tan sólo tuve que aplicarme en mi más tierna infancia, porque ahí ya me gané fama de niño aplicado y estudioso y luego me dediqué a vivir del cuento. Es lo bueno de que te regalen las notas.

Claro, que mi mayor triunfo se convirtió en mi mayor derrota, porque al llegar a la Universidad esta cantinela ya no valió de nada. Mi buen nombre se perdió en el trayecto Canalejas - Avenida de los Castros y yo no me di por enterado, así que me dieron por todos lados. Por mi, por todos mis compañeros y por mi el primero. Una solución quería. El estudio en casa no era viable: demasiadas distracciones, rematadas con la llegada de internet a mi vida. Opción no válida. Acudir a Macaya, tu academia amiga, no parecía mala solución, pero es que sólo por ir allí no te iban a aprobar en la uni. Hacía falta algo más. Y ese extra resultó ser la biblioteca de la escuela. ¿Qué mejor que un recinto sito en la propia facultad en el que decenas de jóvenes y jóvenas en tu misma situación se dan por entero al arte del estudio sin permitir que elementos externos interfieran con ello? Pues nada, allí iremos.

Ah, amigos, aquello era la tierra prometida: libros idóneos para complementar las horripilantes clases recibidas, como por ejemplo la indispensable colección de Fundamentos Matemáticos, con sus cinco apasionantes volúmenes en los que el irlandés tuvo algo que ver, aunque fuera remotamente, o interesantes revistas divulgativas con las que saciar tu curiosidad ingenieril, entre las que podríamos destacar la sin par "Cojones y Voltios" ('Nuts & Volts' en su lengua mater). Por no hablar de la posibilidad de acudir a compañeros más aplicados para resolver las dudas que se te presentaran, porque eso en casa a tus padres como que no, que eso de Thevenin y Norton les sonaba más a serie de TV que a otra cosa.

Pero el embrujo desapareció pronto. Resultó que el ambiente teleco/químico/industrial no era el más idóneo para fomentar el estudio. Ni mucho menos. Aquello tenía más semejanzas con el Mercado de la Plaza de la Esperanza que con la Biblioteca del Museo Británico. Diálogos a voces, palomos con la música puesta a volúmenes dolorosos para los tímpanos del vecino, petardas hablando con total tranquilidad por el móvil mientras tú las miras fijamente con cara de "al final te terminarás comiendo el Nokia, ya verás", la llegada de Junio y con él los yogurines que van a hacer sus exámenes de Selectividad y entre uno y otro no se les ocurre nada mejor que pasarse por la biblioteca a ver cómo es eso, y las obras. Las sempiternas obras. No sé cómo sería antes, pero desde que he llegado a esta escuela siempre están de obras, o en ella o en sus alrededores. Lo último ha sido la construcción de un edificio anexo al nuestro al que trasladarán despachos y laboratorios que ya no tienen cabida en la ETSIIT. Tranquilos, los de microelectrónica no se mueven de donde están, que para los diez que son les basta y sobra con ese zulo de 30 metros cuadrados que tienen asignado. Y ya no es que lo levanten o lo dejen de levantar. O que se estén tirando dos añitos para hacerlo. No. Lo que ya huele es que alternen épocas de trabajo a destajo con otras de no aparecer por allí ni el tato, ¿y a que no adivináis que meses eligen para currar como locos? Efectivamente, los más próximos a temporada examinatoria, cuando el melódico ruido que generan es mejor recibido por la comunidad estudiantil. Spain is different.

Por suerte tus amigos que son mazo espabilados cuando quieren te hablan de un lugar que reúne todas las cualidades que buscas en un lugar de estudio: silencio, compañeros de fatigas a los que poder consultar tus dudas y chicas. Sí, qué pasa. No disimuléis ahora, que sabéis que es así la cosa. Si ellas hacen lo mismo, no sé por qué os escandalizáis. Pues eso, a lo que íbamos, que dicho remanso de paz responde al nombre de Interfacultativo (Inter para los allegados) y es el edificio que acoge las titulaciones de Geografía, Historia, Magisterio... Claro, que todo lo bueno se acaba y tras correrse la voz de las bondades del lugar la proliferación de protoingenieros lo ha convertido en un "Biblioteca de la ETSIIT 2.0", así que estamos como estábamos. Pero bueno, siempre es mejor ir al Inter, porque hay más sitio y tiene mejores horarios. Por no hablar de las lecturas que puedes encontrar en sus estanterias a nada que investigues un poco, porque no tienen desperdicio.

El último y más impresionante hallazgo tuvo lugar en la pasada época de exámenes pre-vacaciones de verano (y lo cuento ahora.... sí, yo soy así, siempre ofreciendo novedades de rabiosa actualidad), cuando a mi llegada al piso elegido como base de operaciones mis compañeros empezaron a desternillarse de la risa. Nada nuevo bajo el sol, porque ese es el efecto que suelo provocar en ellos. No me preguntéis por qué. A mi me gusta pensar que es algo no ofensivo. Sólo que esta vez había un motivo adicional. En un momento de aburrimiento, tan habitual por otra parte que el estudio es lo que tiene, habían dado con EL LIBRO DEFINITIVO. Y yo que soy muy majo lo comparto con vosotros.

Chicos y chicas, con todos ustedes, las aventuras y desventuras de

El pollo Pepe


No sé a qué vienen esas caras de asombro. Ya hemos dicho que en el Inter se imparte Magisterio entre otras titulaciones, así que es normal que tengan en su biblioteca libros dirigidos a pequeñines, para que hagan sus prácticas los de educación infantil. Vamos, al menos yo pensé que estaba ahí puesto por eso.


Ay, qué entrañable. Nos van a contar cómo creció el pollo Pepe hasta convertirse en el gallo Claudio. Qué bonito. Va a ser como esos de Teo que teníamos en la clase de parvulitos. Sólo que este pone que es "Libro-Juego", así que debe ser que es de esos desplegables (y no, no me estoy refiriendo a esos posters con los que tenéis tanta pericia, salidorros), que para ver cómo acaba la cosa tienes que tirar de una pestañita o algo así.


¿Eh? Pero, pero.... Vaya, empezamos fuerte. Bueno, debe ser que llegados a una cierta edad tiendes a buscar el lado picantón de la cosas.


Joer. Parece que no bajamos el listón. Creo que lo mío ya es para empezar a preocuparse.


Confirmado. Tengo la mirada sucia.


¡Acabáramos! ¡Pero esto qué es! ¿Qué clase de depravado escribe esto, con tanto juego de palabras? Así salen los niños como salen, no me extraña.

Quizá en otro momento vaya con la cámara de fotos al edicio y comparta con vosotros los mensajes finales de cada página, que las cosas no son lo que parecen. Los autores son unos cachondos, sin lugar a duda.

Eso sí, yo esto a mi ahijada no se lo compro. Antes la regalo la revista esa con historias de Don Pelayo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

He vuelto a mis años mozos... he dicho! Qué bien! Un post con dibujitos... así que sólo he mirado los dibujos!

El resto prefiero imaginarmelo :-P

Anónimo dijo...

Ajajajajaj.....que me meooooooooo....

No se si será para tanto, o es que yo estoy muy mal....

Pero es que es buenísimo!!...xDDD

Saludos :-D

el_irlandés dijo...

¿En serio había una biblioteca en la escuela?. Acojonante.

Rubo dijo...

Este Pepe es un salido, y si no pedir opinion a Quique!

Anónimo dijo...

Portu, tráeme el sombrero y el bastón, que esa es la polla fijo.

Juan_isho dijo...

No lo entiendo :s

Seguro que es muy gracioso, pero necesito la continuación de las historias.

xOsedorrio dijo...

jaja... muy buena tu versión del cuento del pollo pepe!