jueves, noviembre 23, 2006

Medicina alternativa

¿Harto de punciones lumbares? ¿No soporta la visión de más resonancias magnéticas? ¿Arde en deseos de dar a la tele con el espasa-calpe porque está hasta las narices de no entender ni un término de los que escucha?

Aquí está su solución. La serie de hospitales que llevaba tanto tiempo esperando. Son médicos, sí, pero de risas. Al fin los hipocondríacos podrán ver cada capítulo tranquilos.


Mi gratitud eterna para con el Torito de Carbayín y sus recomendaciones. Ha dado en el clavo el tío pasándome la primera temporada. Especialmente recomendables son los primeros capítulos en los que la ida de olla de los guionistas es total y el desparrame consecuente alcanza cotas inusitadas. Para muestra, un botón.


Y por encima de todo el elenco, cuarteto coral de Ted el abogado aparte, el Conserje. Mi prefe. A renglón seguido, una selección de sus mejores momentos en dicha primera temporada.


¿A qué estáis esperando? ¡A descargar impunemente se ha dicho! ¡Que los yankis (y el putter, que en Gante hizo de todo menos estudiar) ya han visto cinco temporadas y hay que ponerse al día!

2 comentarios:

el_irlandés dijo...

Señor portu, supongo que ya sabrás a quién le tienes que hacer llegar las aventuras de ese conserje. Te las cambio por las de Carrie Bradshaw.

MALEFICABOVARI dijo...

Joder, que no tengo adsl, que no veo un pijo, que se para todo y no me entero de nada... Bueno, que supongo será un despiporre que pco tendrá que ver con la sanidad española, templo de esperas infinitas, emfermeras amargadas, y ancianos por todas partes, casualmente siempre los mismos, abonados que se dice...
Mañana voy a que me vean los puntos, así que seré carne de cañón de sus voluntades, espero no esperar mucho y que me curen con mimo. Y que me den el alta, que con la baja no paro de quemar visa, y la visa mía ya no puede seguir ardiendo, que el alquiler apremia.
bss, portu, la verdad es que creo qeu su comentario al respecto de la anécdota del irlandés del palco, le debió de dar un poco igual, todos nos prostituimos un poco cuando la ocasión lo merece. Usted también lo habría hecho, pero lo habría contado de otra manera, mas a su estilo, un meaculpa en grado superlativo, porque es usted bueno y no viola la ley, que lo se yo.
Cuídese, mucho, yo le aprecio así.