Sobre zurdos y zurdas

Muy a mi pesar, mis apreciados y multitudinarios lectores, he de hacer aquí una pública confesión que espero que no traiga nefastas consecuencias en mi existencia próxima. Señores y señoras, todos y todas, atentos y atentas a lo que voy a decir porque no sé si seré capaz de repetirlo en el futuro: soy zurdo. Sí, sé que es una terrible decepción para todos ustedes, pero es cierto, lo soy. Y no de esos zurdos de pega, no, zurdo zurdo. De los cerraos, de los que no tienen vuelta de hoja, de los que cogen el cuchillo y el tenedor con la izquierda, y a la vez. De los que dan la mano izquierda y cargan huevera a babor. Bueno, de hecho soy tan zurdo que mi lado derecho está todo el día resolviendo sudokus del puto aburrimiento que tiene encima.

Así que claro, imagínense la conmoción de mis padres cuando se enteraron. Mi pobre progenitor B casi sufre un colapso allí mismo. Figúrense ustedes la estampa en la consulta, con el médico poniendo cara de circunstancias: señores, lo siento, ha sido zurdo. Doctor, ¿pero está usted seguro?, es que no puede ser, nosotros somos gente decente, ¿no habrá habido algún error de procedimiento?. Lo siento, sé que es duro pero tienen que aceptarlo cuanto antes. Pero doctor, seguro que el método no es infalible, seguro que aún hay esperanzas. Lo siento, en este caso no. ¿Pero cómo puede estar tan seguro?. Joder, el chaval no llega a los tres meses y ya tiene la mano izquierda con más callos que el culo de un mendigo, así que he de decirles que además de zurdo su hijo es un pajero. Pero qué disgusto doctor, quién nos lo iba a decir a nosotros. ¿Lo de las pajas?. No sea cruel doctor, lo de ser zurdo, hombre. Lo siento, les acompaño en el sentimiento. Y ahora cómo se lo explicamos al resto de la familia, un zurdo, por dios, un zurdo. No se derrumben, ahora deben ser fuertes y estar más unidos que nunca. Eso es fácil decirlo para usted, no te jode, ¡ay! cariño, ya te dije que había que abortar.

Bueno, y todas esas típicas cosas que se dicen en la consulta de un médico cuando te dicen que ha sido zurdo. Por resumir, que el trauma no habría sido ni la mitad de doloroso si en vez de decirles que era un zurdo, les hubieran anunciado que era un tumor. Señores, lo siento, es un tumor. ¿Pero es diestro, verdad?. Sí, sí, tumor, diestro, y del PP. Ah bueno, no te preocupes cariño, juntos lo superaremos.

Bueno, al cabo de los años se dieron cuenta de que además de zurdo y pajero era imbécil, y como con las dos primeras no había nada que hacer y mis padres son gente práctica donde las haiga, pues decidieron centrar todos sus esfuerzos en intentar arreglar la tercera de las desgracias. Sin conseguirlo, como salta a la vista.

Bien, seguramente ahora mismo todos ustedes estarán pensando que a santo de qué el señor irlandés les está soltando esta sarta de gilipolleces y que ahora sí que sí, ya de forma definitiva, se me ha ido la perola y que necesito ayuda médica inmediata (aparte de por lo de ser zurdo, claro). Pues no. Echen un ojo a la siguiente inquietante noticia:

El estudio científico

Bien, analicémosla con detenimiento. Y cito textualmente. “… los zurdos vivimos menos, hay muy pocos por encima de los 60”. “…(tenemos) una probabilidad dos veces mayor de sufrir cáncer de mama”. “… (tenemos) una elevada exposición a hormonas sexuales” (de ahí lo de las pajas, seguramente, esto lo añado yo, no es textual). “… gen que modifica el desarrollo de la asimetría del cerebro”. “… (el mismo gen) podría incrementar el riesgo de desarrollar esquizofrenia”. “… hay más zurdos entre los homosexuales”. Ahí queda eso. No me jodan, tiene menos riesgos fumar que ser zurdo. De hecho deberían crear zonas libres de zurdos, por si acaso se contagia.

Seguramente a ustedes todo esto se la traiga floja, pero eso es porque no son zurdos. Porque si lo fueran, zurdos me refiero (Dios no lo quiera), entenderían que lo que viene a decir este concienzudo estudio es que básicamente soy: un maricón esquizofrénico con cáncer de mama, maníaco sexual con el cerebro modificado y asimétrico y que encima va a morir antes de los 40 (no te jode, como para no, mañana mismo me suicido). Y además, imbécil. Joder, la verdad es que viéndolo así, no puedo culpar a mis padres. Yo de ellos me habría quedado con la placenta, seguramente les habría dado más satisfacciones. Aunque sólo fuera para ponerla al ajillo, en plan tom crús.

Realmente, viendo lo jodido que lo tenemos, yo lo que voy a hacer de inmediato es crear la plataforma PUZDNM (Por Una Zurdera Digna, Nunca Mais). Y exigir al señor presidente que reconozca con urgencia nuestra memoria histórica y que repare ipso facto todas las calumnias y vejaciones a las que nos hemos visto sometidos a lo largo de la historia de las naciones pseudomonárquicas medio republicanas y cuarto de pensionistas del casi país español. Y que instaure el día del orgullo zurdo. Y que nos deje casarnos entre nosotros y que podamos adoptar hijos e hijas zurdos y zurdas siempre de forma paritaria y paritario. Faltaría más, cuyons. Que bastante tenemos con lo nuestro como para que encima nos anden tocando los bajos.

Otra cosa que me encanta de la noticia es la facilidad con la que se sueltan soplapolleces y luego, para darles empaque y enjundia, se citan estudios científicos que las sustentan sin discusión posible. Ah bueno, si hay un estudio científico entonces sí, entonces ya la cosa cambia. Y si se dicen tres palabras en inglés entonces el tema ya pasa de ser serio a ser dogma de fe. De hecho, seguramente fue un periodista el primero que dijo que la baba de caracol era la solución definitiva para los problemas de cutis. Vamos, el elixir de la eterna juventud. Y claro, todos se partieron el culo. Y entonces él añadió: hay un estudio científico. Todos enmudecieron. Ostia, colega, y nosotros riéndonos, seremos lerdos, este tío es un genio y deberían darle el óscar al mejor periodista que te cagas. Ha dicho que hay un estudio científico. Cágate lorito. Las palabras mágicas: estudio científico. Así que total, como esto es una merienda de negros y todos estamos invitados, vamos en grupo a decir anormalidades científicas, como por ejemplo, que el mejor antídoto contra el acné es el semen de chimpancé. Un, dos, tres, responda otra vez. Ya verán como mañana mismo todas las compañías de cosméticos se lanzan a la jungla a meneársela a los chimpancés y acto seguido ordas de adolescentes arácnidos (que son los que tienen acné) toman las farmacias al asalto a untarse todo el rostro con froya de mono.

Bueno, pues nada, me queda el consuelo de que aún no hay ningún estudio científico que relacione de forma tajante e incuestionable la zurdera y la impotencia. Aunque, ahora que lo pienso, tendría sus ventajas. Podría cambiar el “te juro que es la primera vez que me pasa” por el mucho más original “es que soy zurdo”. Y santas pascuas.