domingo, julio 09, 2006

¡Bravissimo!

Si es que cuando digo que son unos grandes, es por algo.

Tras años de odio visceral en lo deportivo, de un tiempo para acá lo único que siento por nuestros vecinos mediterráneos es una adoración rayante en lo pagano. Siempre circunscritos a ese ámbito mencionado, claro. En otros no me meto, que son muy suyos según con qué cosas de la metrosexualidad y la cosa nostra. No mezclemos churras con merinas, per favore.

Me ha costado reconocerlo, pero hoy me doy cuenta que era la envidia la que me cegaba y hablaba por mi: son los mejores, y no hay más que hablar. Ya les puedes poner a jugar al pasabolo tablón, que eso aquí en Cantabria y poco más, que fijo que a la segunda tirada ya te están poniendo en aprietos. Y por supuesto te acaban ganando, faltaría plus. Juanisho, tiemblo sólo de pensar en el día que les de por probar en serio con "questa cosa dil balonmano".

Dolce, Gabbana & Cannavaro

Ya tengo claro lo que quiero ser de mayor: Italiano. Bueno, no, mejor italo-argentino, que eso ya es el no va más. Como Camoranesi, pero en bueno. Y en guapo.

FORZA L'ITALIA! FORZA L'AZZURRA!

Y de aquí a un par de meses, campeones del mundo de baloncesto. Y si no, al tiempo.

2 comentarios:

el_irlandés dijo...

Pues sí, la verdad es que jode reconocerlo, porque sí, porque jode, pero en esto de competir son los mejores. Ni jogo bonito ni tiki taka, ni gilipolleces varias, pegamento gatusso y muro cannavaro. Y no hay más. Ahora, que yo les sigo odiando igual, lo que pasa es que los gabachos todavía me caen peor así que hasta me alegro. Ya saben, lo malo para mí, si malo para ti, bueno para mí.

al_pachino dijo...

Que Italia sabe competir no lo duda nadie, pero que sepa ganar una final de manera limpia y merecida va a ser siempre dudoso.

Qué le diría Materazzi a Zidane, ¿Retírate viejo?

Materazzi es un puto mostrenco y le odio.