Sobre miccionamientos y miccionamientas

Si es que la gente es la ostia. Se queja de vicio. Todo es llorar, todo es reclamar derechos y todo son atropellos e injusticias para con su persona. La cuestión es no estar a gusto en ninguna parte y echarle morro al asunto. Porque hombre, hay cosas que sí que claman al cielo, pero otras, la verdad, hay que tener más cara que espalda para que se te ocurra protestar. Pero bueno, aquí ya saben, la cosa es pedir, que el que no llora no mama, y si cae la breva, pues cayó oigan, y bienvenida sea.

Toda esta profunda y filosófica reflexión sobre lo más hondo del carácter de la persona humana, viene a cuento de la siguiente noticia que de nuevo el gran hakuna me ha hecho llegar porque es del parecer que debe ser el menda quien dé su objetiva y preclara opinión sobre la misma:

Súper notición que te cagas

Bueno, a ver cómo comento yo esto para que nadie se me enfade ni se me ofenda (creo que no podría vivir con ese peso sobre mi conciencia). Intentaré dar muestras de toda la profunda sensibilidad y delicadeza que me caracterizan y tratar el asunto con sumo tacto.

Pues eso, que el tema es quejarse por quejarse. Mamá, mamá, ¿falta mucho?, ¿cuándo llegamos?, tengo pis, ¿cuándo llegamos?. Pero qué es esto, por favor. En qué mundo vivimos, válgame dios, que somos incapaces de aguantarnos sin mear 9 horas. Si me dijeras 10, pues vale, pues lo entiendo, pero 9, vamos hombre. Qué tenemos, ¿la vejiga de un piojo?. Y es que incluso en el hipotético e improbable caso de que en 9 míseras horas entraran muchas, muchas ganas, pues se sorbe con fuerza para adentro y santas pascuas. Además, coño, que las tías ya están acostumbradas a retener líquidos días y días, o, por lo menos, eso me dicen a mí cuando tienen la regla. Claro que, bien pensado, a lo mejor es por eso precisamente por lo que necesitan ir tanto al baño, porque retener líquidos las pone de una mala ostia que para qué les voy a contar.

La verdad es que no entiendo yo eso de tener que alzar la voz y reclamar cosas por no poder descansar en 9 horas. Si además el trabajo de cajera es una jarana permanente desde que se inventaron los lectores de códigos de barras, pero claro, a estas las das la mano y te cogen el brazo. Y no sólo eso, incluso en el caso de que tuvieras que ponerte pañales por aquello de que más vale prevenir que curar, ¿dónde está el problema?, joder, conchita velasco los lleva permanentemente y hasta sale en la tele a anunciarlos y no la da por hacer reivindicaciones. Y mira ella qué joven y qué lozana. Claro que sí, si lo de usar dodotis te devuelve a tu más tierna infancia. Aunque a lo mejor la diferencia está en que los suyos, los de la velasco me refiero, son para pérdidas leves. Pues nada, para las graves te pones dos y arreglado, el doble de joven y lozano.

Lo que sí que me parece es que la noticia peca de un sexismo atroz. Estoy por poner una demanda porque me siento ultrajado en mi condición de hombre. Parece mentira que un periódico como el país, tan amigo de nuestro presidente paritario y paritaria, cometa estos errores de bulto. Porque no sé si se han fijado que sólo habla de cajeras, no de las cajeras y los cajeros. Y esa falta de paritarismo no se puede consentir. Claro que no. Desde aquí reivindico con firmeza y aplomo el derecho de todos los cajeros del mundo a usar también pañales si se les pone en los cataplines. Estaría bueno, hombre. A ver si sólo ellas van a poder tener ese privilegio. Como si lo viera, seguro que a ellos les obligan a mear en una botella, y eso sí es una injusticia y una discriminación y no lo de las 9 horas. Coño, en una botella, con lo difícil que es acertar en el water, como para acertar por el agujero de una botella, ni siendo asturiano vaya. Con lo cómodo que sería no tener que sacársela. Además todo el mundo sabe que como si te la sacudes con un martillo, la última gota al calzoncillo, y con los pañales se terminaría ese peliagudo problema. Lo ven, si es que todo son ventajas y aún así se quejan. Inaudito.

Aparte de todas estas notorias reflexiones, dos cosas me han llamado especialmente la atención tras la detenida lectura de tan apasionante escrito:

- La primera es cómo la avispada presidenta de no sé qué loable asociación, especifica claramente que los pañales utilizados son de los desechables, para diferenciarlos de los famosos pañales no desechables, que deben ser esos que una vez utilizados se dan la vuelta y se usan por el otro lado, o que se guardan para enmarcarlos en casa y así enseñar a las visitas tu grandiosa obra maestra.

- Lo otro que me ha resultado curioso es que, y cito a la ministra (o algún otro alto cargo chileno que ahora no recuerdo): “la Constitución chilena defiende a todas las personas para que esto no ocurra”. Pues sí, efectivamente, creo que es el artículo 3 de la mencionada constitución donde dice: “Todos los chilenos y chilenas, cajeros y cajeras, tienen el derecho y la derecha de ir a mear al baño al menos una vez en 9 horas, a no ser que ellos, haciendo uso legítimo de su propio libre albedrío como ciudadanos y ciudadanas de un país democrático y democrática, escojan la opción de llevar pañales y hacérselo encima”.

Bueno, resumiendo, que el mundo está bien jodido y que se admiten apuestas para saber cómo se entera el gran hakuna de estas noticias tan, cómo decirlo, ejem, jugosas.