Asturias NO es mi patria

Y ahora mismo no puedo decir que me duela especialmente, qué va.

Porque sí, esto fue una cagada de proporciones épicas. Totalmente de acuerdo.

Un jovenzuelo que dice ser cantante, famoso gracias a un concurso televisivo, de reconocido pasado futbolero y macarra (los separamos con conjunción copulativa porque aunque ambos términos suelan ir parejos siempre hay excepciones como nuestro querido Pachete), surgiendo alegre y pizpireto de entre la espuma marina luciendo un pantalón blanco de patentes transparencias que dejan poco a la imaginación del espectador. Vivan los anuncios con mensaje. Y a ver quién es el cojonazos que me niega ahora que el objetivo primordial de este cartel no era atraer el turismo gay a nuestra región.





Pero aquí los vecinos se han dicho "estos cántabros a cantosos no nos ganan" y se han marcado la siguiente promoción televisiva. Aún no doy crédito.

Y es que, ¿qué puede haber más representativo de Asturias que Yogui y Bubu? ¿Un castellet? ¿El muñeco de Michelín, quizá? ¿El Dalai Lama?

No contentos con semejante despliegue de ingenio, van sus autoridades autoritarias y deciden asumir la custodia de un zagal mocetón con la peregrina excusa de que pesaba mucho para la edad que tenía y algo había que hacer para arreglarlo. Pero señores de dios, si desde que el mundo es mundo los abuelos han estado para acometer dos funciones: cuidar a los nietos y darlos de comer hasta que revienten. "No, abuela, los 3 filetes de pollo con patatas fritas, las 8 croquetas y el cola-cao con 12 galletas han sido suficiente cena, no me apetece nada más". "Aaay, hijuco, si es que no comes nada. En los huesos te estás quedando, en los huesos". Y para unos que lo estaban haciendo a pedir de boca [jeje, este ha sido mío] van y los desautorizan. En nombre de todos aquellos que hemos sido tiernos infantes orondos yo digo no a la intervención gubernamental asturiana en este caso.

Como remate, y yéndonos al opio del pueblo del tiempo que nos ha tocado vivir, nada mejor que una referencia futbolística. Y es que nosotros, a falta de una enconada rivalidad con los paisanos como la que tienen los sportinguistas con los carbayones (mi querida Gimnástica no es que lleve una racha muy boyante, no), nos hemos buscado un sustitutivo en forma de comunidad limítrofe y por proximidad nos hemos pedido al Athletic como equipo con el que dirimir apasionantes derbis en los que hay en juego mucho más que tres puntos. O algo así. Que además nos birlaron la única liga en la que podíamos haber hecho algo digno de mención. Que sí, que fue por el 31, cuando Franco era corneta, pero estas cosas no se olvidan. Por tanto comprenderán ustedes que lo de ayer no se puede dejar pasar así como así. Dedicado a mis lectores jurgoleros y racinguistas, que sé que los hay, aunque no dejen rastro de su paso por el blog.

Ah, y antes de que me vengáis con la cantinela, echad un ojo a esto que he encontrado y no digáis una palabra más alta que otra, que en breve el Racing se coloca decimocuarto y tiene pinta de que no vais a poder adelantarlo en una buena temporadita.

Eso sí, que conste que yo a mi entente asturiana la tengo mucho cariño, eh. No me vayan a malinterpretar. Pero de vez en cuando hay que dejar las cosas claras, que si no se te suben a la parra. Menudos son. Verán lo que tardan en surgir de sus variopintos escondites para atacar en los comentarios. Si les conoceré yo.