viernes, octubre 27, 2006

Cántabros mojados

Empapados de sudor, para ser más exactos. Y es que el BNS es muy mono y muy cuco, pero no se hizo para albergar conciertos con tanta afluencia de público como el de anoche. Que a ver quién era el guapo que le iba a decir a Quique González que iba a ser capaz de reunir a tanta gente y más con el precio de la entrada. Pero sí, los reunió, mira tú por donde. Y Hepeti y yo lo sufrimos en nuestras carnes pisoteadas, empujadas y estrujadas.

La cita era a las 23.00, y el dadivoso Hepeti tuvo a bien ejercer de buen samaritano (una vez al año no hace daño) y realizar labores de chofer para con el tullido que suscribe. No tuvimos problema para adjudicarnos un buen sitio junto al escenario y bien pegaditos a la barra, por si nos entraba la sed. Pero incautos de nosotros, no sabíamos del poder de convocatoria del nuevo y cantabrizado (con su pulserita rojiblanca y todo) Quique y así nos fue. Vaya angustia vital, atrapados sin poder mover ni una pestaña. Y pasando un calor de mil demonios, que si al ambiental sumamos el humano aquello parecía un horno crematorio.

Con 10 minutos de retraso (los postres de la cena tardarían en salir, digo yo) aparece el hombre. Se sienta ante su piano/órgano/lo que sea y empieza a cantar. Bien, que se quite de en medio las (más) deprimentes cuanto antes y así luego lo disfrutamos más. Bostezo. Se salva porque canta Reloj de plata, que yo sé que le gusta mucho a mi acompañante.

Bienvenida, señora guitarra. Vaya, un tema nuevo, con lo que me cuesta a mi digerir estas cosas por primera vez y más en directo. Y ahora dos peticiones. Circula el rumor de que la pava que pide SIEMPRE De haberlo sabido es la misma allá dónde quiera que sea el concierto, que tiene un pacto con Quique por el que él queda bien con su público, que maravillado le admira por entregarse así a los deseos de la audiencia, y ella... ella no sé qué sacará de beneficio, pero algo bueno tiene que ser porque pesada es de narices la tipa. Me aburro.

La promoción no mentía. ¡Va a tocar con banda! La emoción nos embarga. Tras acudir a numerosos recitales intimistas, hoy vamos a ser bendecidos con la vena más rockera de nuestro héroe. El batera con americanilla de estas con la bandera de Alemania y gafas de sol estilo Beastie Boys en "Sabotage". El bajo con corbata roja y zapatillas. Y el guitarra, con traje y camiseta negra, no es otro sino Luis García, dispuesto a aplicar las enseñanzas adquiridas en el "The Cavern" de Liverpool. No sé yo, muy poperos les vemos. No le pegan nada a la imagen de nuestro chaval. Por lo menos lo viven, que eso es un plus.

Puff, sopor. Ya no sé si es culpa nuestra, de Quique y su selección de repertorio para la ocasión o de Felipe González Márquez como ya advertía Carrascal, pero la cosa se nos está haciendo pesadota, pesadota. Tras escuchar la versión estilo Axl Rose de Kamikazes enamorados, tanto Hepeti como servidor decidimos no pecar de puretas y tener la mente abierta. Pero comprendan ustedes que nos resulta harto difícil.

¡Una hora de concierto y se nos pira! ¡Quique, no te reconozco! Por mucho que me haya gustado Vidas cruzadas no es plan. Ah, bueno, que volvéis pa los bises. Ya nos estábamos mosqueando.

Y aquí sí. Aquí se desata por completo. Tras cargar el marrón de su guitarra a uno de los Deltonos que pasaba por allí y ocupadas sus manos con un truja una y un copazo (en vaso grande, para que respire) la otra, Quique confirma nuestras sospechas y demuestra que no es él, que le han abducido. Miraditas al público, oteando el horizonte de la sala, chocando las manos con los de las primeras filas, ¡tirando agua a la peña! Unbelievable. Eso sí, tanto Te lo dije como Hotel Los Ángeles suenan bastante bien en esta modalidad rockabilly-punk-yo que sé lo que es. Para rematar la faena, Salitre, y así calma a las hordas hambrientas de clásicos (¿se puede considerar ya como clásico algún tema de Quique?). Pero a Hepeti y a mi no nos engaña. Nosotros le conocemos y sabemos lo que puede ofrecer. Pero quizá tengamos que ir acostumbrándonos a esta nueva faceta suya de ídolo de masas juveniles.

Qué lejos quedan ya 1998 y aquella grabación en cassette de "Personal", amigo Hepeti.

Y para rematar la faena, a nuestra vuelta a casa la carretera hacia el Hotel Real estaba cortada por obras y no pudimos peregrinar hasta el lugar de reposo del Boss y mostrarle nuestra admiración incondicional y sin reservas. Rayos y centellas.



PS - Pase lo de apoquinar 3 eurazos por cerveza, pero por lo menos que nos dejen disfrutar de ella en su totalidad, que aún podíamos haber aprovechado un buen par de sorbos. Si me apuras, yo incluso más, que voy poquito a poco. Rey de la night, vuelve cuanto antes. Sólo tú sabes cómo tratar al cliente sediento.

7 comentarios:

Juan_isho dijo...

Este le ha cogido el gusto a los sobaos y las quesadas que con tanta calidad y sabor tradicional hacen en las cercanías de su morada.

Eso pasa por querer ser innovador cuando no puedes serlo, que le pregunten a Ana Torroja, que en sus conciertos la gente sólo canta las de Mecano.

En lo de que vuelve el best waiter of Santander te entiendo, con los precios que tiene el local como para que anden limando.

A cuidarse.

Anónimo dijo...

Pues si... la de anoche fue uno de esos conciertos con los que sales con cara de bobo y mirando al bolsillo y con cara de resignación dices: me han robado. Yo pensaba que iba a tocar un poeta del siglo XXI, un Sabina menos rojo, un Quique Gonzalez como nos tenía acostumbrado. En vez de eso, salió a la pista alguien que se dedicó a ser uno más dentro del panorama nacional.

PD: Pasé otra vez por el Real, a ver si el boss paseaba entre los pocos árboles que han dejado las obras. Muchos taxis sospechosos entraban y salían del recinto... y de repente! Zas! Un hombre con gabardina salía por su propio pie, sólo, melancólico... y tenía cara de americano!! Pero al final no era él... vuelve pronto Bruce! Que me voy quedando sin ídolos musicales

Anónimo dijo...

Joder... qué animos... aún no he visto a Quique en concierto y como el de mañana vaya a ser así... menudo percal...

Portu dijo...

Puedes estar tranquilo. Nuestras anteriores experiencias fueron altamente satisfactorias. Ayer debió de ser que nos afectó el viento sur. O que nos hemos vuelto unos sibaritas. Pero vamos, que al concierto has de ir. ¡No seremos nosotros los que le quiten un seguidor al gran Quique!

Anónimo dijo...

Los 17,5 € de la entrada afirman que no me lo voy a perder. A ver si con un poco de suerte voy por la tarde con mis amigos de la 943 cuando le vayan a entrevistar...

MALEFICABOVARI dijo...

Bueno, Portu, veo que no estás tan mal de tu rodilla, que te paseas por aquí y por allá... Tu no sabías, que por estadísticas, uno ve cuatro mierdas de conciertos por cada uno que sí valga la pena??? Es así, y que nos defrauden los ídolos, está bien, nos recuerdan que son personas, y que hasta tu lo hubieses hecho mejor allí arriba, con tu dignidad no pisoteada por las modas de ahora...
Bueno, que no te muevas tanto, que eso sólo se cura con reposo, y reposo, es reposo, y no movimiento. Ah, lo de beber está bien, seguro que por la sangre le llega el alcohol a la rodilla, y el dolor amaina. Además, si te duele mucho, cógete un pedo del carajo, ya verás como entonces ni te acuerdas de la extremidad dañada.
Cuídate, anda, cuídate.
bss

el_irlandés dijo...

Mierda, otro al que no conozco. Más mula a funcionar. Ahora que lo de comparármele con el gran Joaquín, señor hepeti, no sé si se le habrá ido un pelín la mano. Que Joaquín es mucho Joaquín. Y además el concierto que dio en verano fue para cagarse por la pata abajo. Y todo clásicos.