domingo, octubre 22, 2006

IKEA

Intentaré narrar mi historia sin demasiadas valoraciones subjetivas, aunque me va a resultar muy difícil después de la experiencia vivida ayer. Los hechos se sucedieron de la siguiente manera.

Corrían las 12 de la mañana cuando yo había quedado con mi adorable novia para ir de compras a IKEA. En un principio íbamos a ir con sus padres, pero finalmente fuimos solos. En el transcurso del viaje entre nuestra bella ciudad y el centro comercial en cuestión, fuimos divagando sobre todas las compras que teníamos que realizar. Muebles, mesas, sillas, cortinas, ... Todo parecía ir bien ya que teníamos la referencia de cada uno de los artículos que nos hacía falta, todo viene en su catálogo. Sabíamos que iba a llevarnos un buen rato, pero no esperábamos mayor dificultad. Ingenuos que éramos.

Una vez alcanzamos el IKEA y tras un aparcamiento bastante rápido, cosa que nos sorprendió enormemente, empezamos con nuestra ilusión la aventura jamás contada, si exageré un poco. Un señor de seguridad nos indica muy amablemente que no podemos dirigirnos a la exposición de la planta superior con carrito, así que salimos a dejarlo en su sitio. Una vez cumplimos todos los requisitos de seguridad empezamos a ver la exposición.

A partir de ahora empieza nuestra desesperación, son las 13 horas. Cogemos el lápiz y la hoja para apuntar todo lo que tenemos que coger después, y nos disponemos a iniciar la aventura. Vemos unas flechas en el suelo, son las que hay que seguir. Mal empezamos, porque si queremos ver la parte de habitaciones, cortinas e iluminación, para qué me tengo que tragar las cocinas, plantas, baños ... Pero en fin, te conviertes en uno más y sigues la hilera de gente que llevas delante. Había mucha gente, demasiada gente, y uno, con problemas de respiración, no es precisamente amigo de las aglomeraciones. Pero en fin, es lo que hay. Al cabo de un rato encontramos uno de los artículos que queríamos llevarnos, preguntamos a un chico que había por allí y nos dice que en la hoja y con el lápiz que anteriormente cogimos, apuntáramos la referencia del artículo. Aquí llega el primer problema. Señores de IKEA, la referencia es diferente de la ubicación, es decir, referencia es un número más o menos grande, ubicación es pasillo X, sección Y. Pero bueno, como somos previsores, apuntamos ambas cosas. Pero, ¡oh campos de soledad, mustíos collados! uno de los elementos principales de uno de los muebles está agotado. Que digo yo, si vendes un mueble por partes, lo normal es que haya de todas las partes o de ninguna, pero que tengas todas las piezas salvo las estanterías que lleva y una cajonera, tiene "cajones". Volvemos a preguntar y nos recomiendan que miremos abajo, sin más, pero esta vez al estar quitada la pegatina de la ubicación del elemento no tomamos nota de ello. Seguimos con nuestra aventura y nos encontramos el perchero de forja que buscamos, otra vez, pero tenemos un problema: mismo artículo, dos señas diferentes, en cuál confiar. Apuntamos las dos, por si acaso, seguimos andando y nos encontramos con ondanadas de niños haciendo el mal. Ya llevamos 40 minutos, hemos avanzado muy poco, y lo último que apetece es niños puteando, pero weno, seguramente cuando nosotros los tengamos sean igual. Tomas aire, cuentas hasta 3 y tiras, siguiendo las flechas claro. Llegamos a la zona de mesas, nos gusta una y vemos que en la etiqueta pone: "hablar con personal". En esa zona personal era una chica, no especialmente grande y que se veía acosada por unos 4 señores/as. Tras un poco de espera, 10 minutos de nada, nos dice que espera que miro. Aquí es donde yo veo que utilizan Windows server. Empieza a entrarme mal rollo. Y efectivamente, no carga, no acepta ni su login ni su password, se pone nerviosa la chica, nosotros ponemos esa cara de venga tía que me aburro, reinicia el pc y nos dice que no queda. No pasa nada, hemos perdido 20 minutos, pero al menos la tía fue muy educada. Ya son las 14.15. No lo mencioné, pero yo no había desayunado más que un zumo y una caña de hojaldre, pequeña, y a las 9 de la mañana, así que mi estómago empezó a rugir. Parece que hemos acabado la planta de arriba. Ahora nos queda sólo coger todo lo que habíamos apuntado.

Antes de bajar a la zona donde ya te llevas los cosas, pensamos en comer, pero dijimos, nos quitamos ésto y comemos, que total era cogerlo y pagar. Más que ingenuos fuimos de nuevo. Una vez llegamos a la zona de abajo, entramos en la parte de barras para cortinas y cortinas. No hay pomos de los que quería, no hay casi barras de la longitud deseada, no encontramos los anclajes de la barra a la pared, y todavía seguía llegando más gente, yujuuuuu. Éramos muy felices. Al fin conseguimos las barras y los anclajes, que algún hijo de tal había escondido abajo del todo en una caja de aproximadamente 1m^3 de volumen. Primer esfuerzo físico del día, con lo que me gusta a mi andar sudado, pero eso no era nada con lo que me espera. Vamos a por las cortinas, encontramos las primeras, pero no existen las segundas, no las tienen, preguntamos cuándo iban a recibirlas y la respuesta fue: "mmmmmm seguramente el mes que viene". Resultó tan creible como la boda por amor de Dinio y Marujita. Luego pensé, mejor eso y que tarde poco a que nos marease con el Windows server que no funciona. Pues nada, nos llevamos otras parecidas a las que buscábamos y seguimos. Llegamos a la zona de alfombras. Esa no había pérdida, la grande esa que estaba ahí expuesta. Lo clásico en todas las tiendas, pones para que la gente vea y se encapriche la alfombra más chula, y cuando vamos a por ella, no queda. "IKEA empieza a tocarme las pelotillas" comenté, ella se sentía igual y un poco más agobiada. Preguntamos a la chica de las alfombras, y tras repetir el proceso de reinicio de pc, otros 10 minutucos de nada, nos dice que la recibirá en 6 semanas. Pues no hay alfombra. Aquí descubrí que las alfombras no son un monopolio de los moros que van por los bares, que también se pueden adquirir en más sitios. Cuando parece que hemos acabado con ésto y sólo nos queda recoger lo que apuntamos previamente vemos que queda un pasillo mucho más largo del que acabamos de recorrer. Son las 15:10 y tengo mucho hambre. Empezamos a buscar unas cajas que había visto. Esta vez no hubo problemas, qué bien funciona IKEA. Y llegamos a iluminación. Seguro que todos adivináis cómo se encontraba la lámpara que buscamos. Sí, agotada, al igual que los 3 espejos que necesitábamos. Pero weno, sólo nos ha llevado 20 minutos más esta parte, gracias a dios no había nada que preguntar.

Por fin estamos en la zona de autoservicio. Erámos felices. Ya está, ahora sólo era cogerlo y pagarlo. Ilusos de nosotros otra vez. Nos encontramos que no tenían carros de los de llevar cosas pesadas, 160Kg. Así que me toca irme de paseo a buscarlo. Como esa "maravillosa" tienda estaba llena de gente no había un puñetero carro de esos. Me salgo fuera y encuentro 1, le cojo tras meter la pertinente monedita y anda un poco raro, pero como no había más, a joderse toca. Me llaman la atención esos tacos de goma situados tan cerca del suelo, pensé, joder a poco que lo cargues me frenarán, pero weno confiaba en las rígidas estructuras de los carros suecos. Volví al pasillo donde se encontraba la mayor parte de las cosas que teníamos que coger y empezamos bien. Me llama la atención que pongan el peso de los paquetes, pero no le doy al principio mayor importancia. Cojo las barras, de 3kg cada una, las estanterías, que pesan un poquito más, y me dispongo a cojer las cajoneras de 1.10 x 50 de madera, 6 tablones más laterales. Intento coger el paquete y empiezo a soltar juramentos, cuesta, le suelto, miro la etiqueta y veo que su peso es de 25 kilos, en forma de caja bastante incómoda de coger. Me coloco en las piernas un extremo, y cual levantador de piedras consigo sacarla de su caja grande y colocarla en el carro. Hago lo mismo con la segunda y empiezan los problemas porque estaba más baja, pero lo conseguimos. Repasamos referencias y colores de los artículos y nos encontramos que algún cabrón ha dejado una estantería negra donde las de color claro. A cambiarlas, menos mal que pesaban poco. Finalmente cargamos el carro y vamos al siguiente pasillo. La rueda jodida se jodió del todo, enfado aumentando, y el freno de goma roza el suelo, no hay cojones de mover el carro. Buscamos otro, pero no hay. Me enfado más, pongo cara de mala hostia, son las 16:15 y sigo sin comer nada, y digo que por mis cojones que eso llega primero a la caja y después al coche. Me pongo a tirar como un energúmeno, y lo llevo a la caja. Una cola interesante. Son las 16.30 y seguimos en ella. A los 15 minutos nos toca, pagamos y parece que no hay mayores problemas. Nos vamos a hacer la factura y nos toca otro ratito de espera, 16:50. Lo acaban y decidimos llevar las cosas al coche antes de comer. Ya estaba medio deshidratado de la sudada que llevaba. En esta ocasión la gravedad jugó a mi favor y cuesta abajo se llegaba bien con el carro al coche. Meter todo dentro fue otra odiesa, pero lo conseguimos, y que conste que el coche que llevamos fue una C8.

Al fin hemos acabado. Son las 17:25, vamos a comer. Un perrito y una cocacola, se nos había pasado el hambre, eso sí 1 € las dos cosas dentro del IKEA (síndrome de Estocolmo), flipados, la comida un poco mierda, pero si encima fuera bueno sería la leche. Ya se acabó todo. Juramos no volver jamás y emprendemos el regreso a Cantabria. Llegamos a PA City a eso de las 18:40 eslomaos y con una gana de darnos una ducha de la leche.



Para acabar mi recomendación personal, id a una tienda de muebles que los venda enteros como una pieza, si os los ponen mejor, y sí, sale más caro, pero lo ganas en salud. Espero no haber sido muy pesado, pero la vida después de IKEA es dura.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Conmovido estoy, compañero. Hoy rezaré por ti y por la paz de tu alma.

Portu dijo...

Mi héroe. La Ilíada fue un paseo por el campo al lado de esto.

MALEFICABOVARI dijo...

Maléfica es la experta en el tema IKEA, tuve que montarme una casa en tres días, y gasté allí la vida. El proceso fué el mismo que narras, pero la entrega la hicieron tarde y mal. Las cortinas que quería eran para dentro de un mes, así cómo bastantes cosas mas, y fué imposible encontrar los anclajes de las cortinas. Yo estoy hasta el culo del universo Ikea. Lo presenta tan bonito en el anuncio, luego el catálogo de los cojones... y para mas inri, las cajas, que yo iba con mi hermana: mis 50 kilos y sus 49, y tuvimos que coger cajas de 60 kilos para el carro, luego en el coche... etc, porque me llevé todo lo que pude, y el sofá y la cama lo dejé para entrega a domicilio. Es jodido. Es muy jodido. Yo te entiendo mejor que nadie. Pero... sólo ellos tienen esos precios y un poco de buen gusto y aficiones interesantes como la de copiar diseños chulos... así que me temo que seguiremos acudiendo a IKEA, ESO SI, MENTALIZADOS, PREPARADOS, Y SI ES EN BUENA COMPAÑÍA, MEJOR. Abstenerse de ir con la pareja, mejor un amigo o familiar, que luego en casa hay que lavar mas trapos sucios... y es otro trabajo mas.
Mis bendiciones,
Maléfica

el_irlandés dijo...

A ver chiquillo si me aclaro. No de lo de ikea que eso me ha quedado diáfano. Mis dudas van por otros lares. Lo primero es para qué cojones necestitas todas esas cosas. Lo segundo es qué coño de los niños de los huevos y el "cuando nosotros los tengamos". Vamos a ver muchacho. ¿Hay algo que quiera contarnos?, si es asín hágalo ya porque empiezo a tener mucho miedo.

Aunque ahora que lo pienso, lo de las bodas es de puta madre. Siempre que sean otros claro. Que se come gratis.

Juan_isho dijo...

1º Las cosas son para la próxima apertura de la tienda/estudio de mi querida acompañante.

2º Los niños NO son nuestros, ni serán en un futuro cercano. Vine de entrenar a los de otros, y allí nos encontramos con más, pero NO son nuestros. Tiempo al tiempo.

Espero que quede aclarado.