No me votes, que te voto, y nos ven que nos votamos

Si me votas, yo te voto, y al votarme nosotros te votamos porque vosotros me votasteis y, por tanto, ellos me votarán. Claro que sí, qué potito. Potito de potar, claro, porque si oigo una sola conjugación más del verbo votar me va a dar por aplicar esa ancestral y sagrada técnica de lucha, desarrollada durante siglos en las tierras cántabras, que se conoce como nube de ostias. Pero vaya merienda de negros, señores. Y no es que yo sea precisamente individuo defensor de la rectitud en el obrar y las buenas maneras y la ética por encima de todo y todas esas sandeces del amo a laura y el no lo haga con condón, porque obviamente no lo soy. Pero joder, un poquito de por favor, que una cosa es una cosa y otra, pues ya viene siendo otra cosa bien distinta. Me refiero al concurso este de los blogs. Que el concurso en sí está bien, que uno conoce blogs que molan, y que tresmil pavos son tresmil pavos, pero no me jodan hombre, si van a pedir el voto háganlo con un poco de arte. Y no insulten a mi inteligencia, porque me irlandeso y me obligan a entrar en sus blogs a hacerles un par de comentarios sobre su evidente disfunción eréctil y entonces ustedes se hacen los mártires de la libertad de expresión, y van llorando donde su mamá, o progenitor B, según se mire, a decir que este niño me ha pegado.

Pues no, ahí que te viene el tonto del haba de turno a explicarte desinteresadamente que ha conocido un blog, GumersindoSoplapollasBlog, que es chachi piruli, y que ese sí que sabe lo que se dice y que en honor a la justicia y por los valores democráticos de los fenicios estás en el deber de votarlo. Firmado: gumersindo soplapollas. Pues mire, señor soplapollas, de verdad que yo le votaría, pero tengo la puta manía de rascarme el cojón derecho a las once y treintaysiete de la mañana y, mire usted por donde, esa es exactamente la hora en la que nos encontramos así que he de cumplir con la citada tarea de rascamiento, no vaya a ser que se sienta solo. El cojón digo, no usted, usted se puede ir a tomar por saco. Porque joder señores, a mí si entran en mi blog y me hacen la rosca diciéndome lo guapo que soy y lo grande que la tengo y que evidentemente he de ser un dios del sexo, pues yo les voto encantado de la vida, o no, vaya usted a saber, pero por lo menos no me tocan la moral. Y ya, si lo hacen con un poco de gracia, pues miel sobre hojuelas oigan. Pero no, aquí se les llena la boca a todos con su libertad de expresión, y libertad de prensa, y rectitud, y beatitud, y saber estar, y amor y buen rollito, y fuera los corruptos y los que dicen tacos y los marbellís o marbellienses en general, y qué vergüenza lo que dicen algunos, y mire ese qué bajuno y despreciable. Pero en cuanto huelen la guita se les pasa a todos su noble e inmaculada moral y se lanzan cual gorrinos hambrientos en desenfrenada y pestilente carrera siguiendo el hedor de los billetes recién impresos (coño, qué bien me ha quedado esto último).

Bueno, que esto al final se ha convertido en un alegato en defensa de los derechos humanos del ciberespacio y no pretendía eso. En resumen, que yo me mofo de quien se me pone en los cataplines, de este, de aquel, de su hermana, de la madre que le parió y de mí el primero, que si no le gusta no lo lea, que no me manden spam blogsiano y mucho menos amenazas de ya verás chaval te voy a poner dos velas negras que te vas a cagar por la pata abajo, porque se puede armar la de dios es cristo. Que entren y comenten, para adularnos o para cagarse en mis muertos, según deseen, y yo con mis dos neuronas seré capaz de rastrearlos hasta su blog en blogdelculo.com y hacer lo mismo. Y votarlos o no, dependiendo de según y cómo. De que escriban bien, de que escriban mal y me hagan reír o de que me pongan cachondo. Pero no se las den de adalides de la liberté y luego se arrastren como putos gusanos mendigando votos. Y si lo hacen, perfecto, pero no se echen a llorar luego cuando les expulsen del concurso y se lleven las manos a la cabeza y se fustiguen, y es que esto está amañado y esto es perra censura y habráse visto el país en el que vivimos.

Y sí, antes de que a algún imbécil o imbécila se le ocurra, esto es una pataleta porque no vamos a ganar, no es necesario que lo indique. Ya se lo digo yo para que se quede tranquilo, se lo ahorre y se dedique a escribir un interesante y muy serio artículo sobre cinco orificios del cuerpo humano por los que le gustaría meterse consoladores gigantes.

Y ahora, evidentemente, voten por nosotros.

Ah sí, y señores organizadores, readmitan de una coño vez a los acuáticos, que salvo por lo de follar en paz y armonía, y lo de la lujuria y el desenfreno, creo que están libres de pecado.

He dicho.